Monte Takao.

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—No debería estar siguiendote... Pero ya entendiste que soy terca. —se quejaba ___ mientras seguía a Hanma—.

—Me sigues porque sabes que estabas aburrida, y si, eres bastante torpe. —se burló Hanma—.





(. . .)




—¿Recorres todo este camino solo porque estás aburrido? —___ hizo una mueca de confusión—. Luego me dices a mí que soy la rara...


—Suelo venir aquí a pensar, supongo. —volteó su mirada hacia ___ mientras ambos caminaban—. También haces lo mismo, solo que de una manera más aburrida. —sonrió—.


—Me voy. —___ perdió su paciencia y dió un paso al frente—. Huh... ¿No vas a detenerme? —habló ___ tratando de manipular al contrario—.


—¿Es en serio, ___-chan? —Hanma comenzó a reír—.


—¡Vete a la mierda! —___ enfureció y siguió subiendo el monte—.


—¡Hey, espérame! —dijo Hanma entre risas—.





Ambos habían llegado al monte Takao, el cual obviamente, estaba cerrado por la hora, así que ambos saltaron las cercas y llegaron a la cúspide del monte, donde se podía observar todo Tokyo.


—¡¿Se podrá ver mi casa?! —Subió a una roca y entrecerró sus ojos para ver mejor—. Huh... Obviamente no. —observó hacia abajo, los árboles parecían pequeños puntos verdes, y las casas muy alejadas de sus manos, cosa que le agradaba a ___, le agradaba la vista—.


—Hanma se mantenía observando como ___ sonreía así como una niña pequeña, hasta que se dio cuenta y dejó de mirarla—. ¿Nunca has venido aquí? —preguntó—.


—Claro que no. —___ se alejó un poco del borde del monte para no caer—. Es lindo, me agrada. —volteó su mirada hacia Hanma, quien mantenía una expresión neutral viendo Tokyo—. Ahora que recuerdo... Un día me amenazaste con una navaja. —___ dió un paso al lado más alejado—. Ahora recuerdo por qué te odiaba.


—Me golpeaste el día de la pelea. —contradijo—. También podría odiarte.

Hmph... Como no voy a golpear al ex "líder" del bando enemigo. —___ rodó sus ojos y rió—. Era cierto lo que dijo Draken... Eres como un jodido zombie.

—Aún así fue difícil. —bufó—. Entonces... ¿Acaso me odias? —dirigió su mirada hacia los ojos de ___—.

—A veces. —desvió su mirada—. Cuando estamos solos, eres agradable... No voy a negarlo. Pero cuando estás con Kisaki o con Tōman, eres un sujeto tan desagradable que me darían ganas de noquearte con una maldita silla. —___ dejó de hablar unos segundos y cubrió su boca con sus manos—. Quizás... Lo último estuvo de más.

𝗦𝗶𝗺𝗽𝗹𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲, 𝗘𝗹𝗹𝗮...╰─►Mikey y tú ;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora