𝗦𝗶𝗺𝗽𝗹𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲, 𝗘𝗹𝗹𝗮...╰─►Mikey y tú ;;

compañía mutua.

Una chica se encontraba en medio de un callejón, caminando de vuelta de la escuela.

Sus manos estaban exhaustas por tanto escribir apuntes. Quitó aquella corbata que la asfixiaba, quitó su coleta y se desordenó un poco el cabello.

Suspiró con pesadez y saco un cigarrillo de su mochila para posteriormente buscar el encendedor, el cual no encontró.

—¿Esta mierda es en serio...? —pensó buscando el encendedor—. ¡Hey! —le dirigió la palabra a unos transeúntes—.

Últimamente el estrés de los últimos años de escuela para ___ no eran más que un fastidio, sumando las noticias sobre la "Kantō Manjikai". Ella sabía que Mikey lideraba la pandilla, cosa que le causaba nervios. Los cigarrillos podían ser su única fuente de escape para aquel estrés de la chica.

Se acercó a los dos sujetos, estos inmediatamente se tensaron, ___ todavía parecía una pandillera hecha y derecha.

—Uh... —posicionó una mano en su nuca para sonreír—. ¿Tienen encendedores?

—¡Uhm... S-si tenemos! —habló el más alto con algo de miedo—.

—¡S... Si, si! —los dos entregaron sus encendedores y salieron a paso rápido de allí—.

—Gra- —___ observó cómo se despedían rápidamente para irse—. Cias... —observó a su izquierda, un panel de vidrio que la podía reflejar de pies a cabeza—.

Definitivamente había crecido, ya había madurado. Su seifuku se veía bien en ella. No veía el lado aterrador y no encontraba explicaciones de por qué la gente se alejaba con temor.

Así que finalmente prendió el cigarrillo y aprovecho de guardar los dos encendedores, No le venía mal tener algunos más para emergencias.

Siguió caminando a paso calmado mientras disfrutaba del humo que inhalaba con algo de ansias.

A simple vista, un cigarrillo en la mano, el par de aretes, y el tatuaje en su brazo la hacían ver cómo una chica de pandillas de manera estereotipada. Sinceramente no le importaba lo que dijeran los demás, pues ___ estaba bastante enfocada en sus estudios, poco más hacia además de estudiar hasta el amanecer con tal de ser alguien en la vida.

(. . .)

—Y pues eso. ¿Quieres un encendedor? Tengo dos. —le sonrió mientras mostraba los dos encendedores—.

—¿Para que voy a querer uno? —rió Ken mientras arreglaba la motocicleta de Takemichi—. Últimamente te dañas los pulmones, eh. —dejó de reír para voltear su mirada con algo de preocupación—. Déjalo, te hará mal a largo plazo.

—Hm. —asintió sin darle importancia—. De algo hay que morirse. —___ lo tomó con algo de gracia, pero sabía que estaba mal—. Además de que... —habló mientras se estiraba para liberar tensiones—. Los exámenes finales en cualquier momento pueden joderme. ¿No?