𝗦𝗶𝗺𝗽𝗹𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲, 𝗘𝗹𝗹𝗮...╰─►Mikey y tú ;;

¿quieres saldar cuentas aquí?

—Entonces... —dijo ___—. Estás asustandome. —___ bajó la mirada—.

—¿Estás molesta conmigo? —Preguntó Mikey haciendo un puchero—.

—¿Hm? ¿Por que estaría molesta contigo? —___ sonrió—. Yo no voy a entrometerme en su pelea, solucionenlo usted-

—Mikey, sin pensarlo dos veces abrazó a ___ y suspiró—. Que alivio... Realmente pensé que estabas molesta.

—Mikey... —___ se quedó en silencio—. No puedo enfadarme contigo por eso. —sonrió—.

—¿Sabes? En el caso que hubieras estado enojada conmigo... Hubiera hecho hasta lo imposible con tal de que me perdones. —Mikey se aferró al abrazo—. Tenemos una promesa.

—Hmph... La promesa. —___ rió y correspondió su abrazo—. Te quiero, Mikey.

(. . .)

—Hm... Igual intimidó con este parche. —habló ___ mirándose al espejo—. Claro que sí. Me veo del uno la verdad. —sonrió—. Huh... Como estará mi ojo... —quitó su parche con miedo—. ¡¡AH MIERDA!!  ¡¡COMO...!! —bajó el parche nuevamente, ya que su ojo tenía un hematoma—. ¡¡QUE HORRIBLE!!

(. . .)

—Creo que la pelea si iba en serio después de todo... —mencionó Takemicchi—. Me preocupa como puedan tomar el arresto de Pah.

—Buenas, rubio. —___ llegó a casa de Takemicchi encontrándose con sus amigos—.

—Hola, ___-chan. —dijo Takemicchi sin importancia—. ¿Ah? ¡¡___-chan!! ¡Tu ojo!

—___ sonrió nerviosa—. Un pequeño conflicto.

—¡N-no importa, ___-senpai! ¡Se ve genial de todos modos! —habló kazushi completamente sonrojado—. E... Es como... ¡Una de esas gángsters de la TV!

—¡¿Hahh?! —___ volteó la mirada con brillos en su ojo visible, ya que era precisamente eso lo que quería escuchar—. ¡¿Siiii?!

—Oi, ___-chan. —habló Takemicchi—. ¿Sobre... Draken-kun, Mikey-kun y tú...?

—Perdona, Takemicchi. —dijo ___—. Esa pelea no me entromete a mi, Draken y Mikey verán como se las arreglan.

—Hum... ___-chan, necesito hablar contigo. —miró a los demás presentes—. A solas.

—Takuya chistó con pezades—. Bieeeen, estaremos en la sala.

—___ les hizo un gesto de despedida con la mano y volteó su mirada hacia Takemicchi—. ¿Y bien...?

—Por casualidad, ¿tú conoces a Kisaki?

—En su mente rondaba las dos veces que vio al chico—. Huh... Si, pero no tengo nada en común con él. Es uno de los tantos bastardos que existen. ¿Te cuento algo, Takemicchi? Recuerdo que hace poco me topé con él, no sabes las ganas que tenía de golpearlo. —sonrió—.