Cuando Izuku llegó a la habitación Katsuki aún no salía del baño, era raro no solía tomar duchas largas. Busco ropa cómoda y se dispuso a recostarse.
Aún tenía que lavarse los dientes pero estaba tan cansado, no solo fue un día largo sino que pasar por emociones tan fuertes lo desgasto mentalmente, cerro un poco los ojos y sin pensarlo se durmió.
El rubio salió del baño y vio a su esposo dormido en la cama, encima de las sábanas, con la luz de noche aún encendía.
Suspiro y se acercó para mirarlo mejor, el maldito era hermoso, la luz tenue lo favorecía aún más, sus pecas eran como constelaciones que el podía seguir toda la noche.
La tristeza lo sacudió de golpe ¿Por qué no lo felicito como era debido en la cena? Pudo abrazarlo y decirle que estaba orgulloso de sus logros pero en su lugar decidió ser un bruto.
Extendió la mano y acomodo un par de mechones que tenía sobre la frente y en eso Izuku se movió.
Katsuki casi muere del susto de que el pecoso se despertara y lo descubriera mirandolo fijamente, cuando eran más joven el hacía eso pero nunca lo descubrió.
Aprovecho que la luz de noche aún estaba encendida y miro un poco más de cerca el rostro y cuerpo de su esposo. No había arrugas, levanto un poco la remera para ver su torso y todo estaba aún en su lugar.
¿Cómo era posible? El peli verde solo salía a correr de vez en cuando los findes de semana y su cuerpo se mantenía intacto como cuando entrenaba 5 días a la semana. Que injusto.
Por el frio que sintió en su abdomen Izuku se hizo una bolita, para Bakugo eso solo lo hacía más tierno y en eso una idea llegó a su mente.
Había comprobado en el espejo que su cuerpo estaba en buen estado pero no pudo comprobar todo su cuerpo.
Apagó las luces y fue a su lado de la cama, solo se metió en ella con la toalla sujeta a la cintura. Abrazo por la espalda al pecoso y empezó a soltar feromonas.
Por el contacto el de ojos verdes los empezó a abrir, todo estaba oscuro, fueron pocos minutos pero Izuku sentía que durmió un montón.
En eso besos en su nuca lo asombraron pero todavía no estaba bien despierto, lo que estaba sintiendo tenía que ser un sueño no había forma de que fuera real.
Pero en cuanto él rubio jalo más su cuerpo para estar más cerca el pecoso reacciono.
_: Kacchan? Qué?- intento girar un poco para verlo pero el alfa lo tenía bien agarrado.
_: sssshhhh- le susurró en el oído- estamos celebrando.
Las manos de su esposo recorrían su pecho, subiendo poco a poco su remera y llenaba su nuca, cuello y hombro de besos.
La habitación olía muy bien, muy exitante, no entendía que estaba pasando pero tampoco iba a poner recistencia, hace mucho que ambos no estaban en una situación así.
El rubio lo giro para besarlo en la boca y fue ahí que el pecoso se dio cuenta de que Bakugo solo tenía una toalla atada a la cintura.
El también empezó a acariciarlo, se sentía muy bien poder tocar todo el cuerpo del alfa de esta manera, sus brazos aprisionándolo, su ancha espalda, el contacto de sus entre piernas, sus lenguas luchando en sus bocas.
El omega se separó un poco buscando aire y el alfa fue a su cuello a besarlo y morderlo despacio sacando pequeños gemidos de él, la ropa que estaba de más voló al suelo.
Pero algo no estaba bien con el rubio, si bien estaba exitado y por algún milagro Deku no había dicho nada para molestarlo, su cuerpo no estaba reaccionando como el quisiera.
ESTÁS LEYENDO
The Dalmore
FanfictionCuando tú ambición te condena. Omegaverse. BakuDeku. Mundo sin cuirks. Los personajes no son míos.