_: NO LO PUEDO CREER! HACES TODO LO CONTRARIÓ A LO QUE SE TE ACONSEJA!
_: Mmm.
_: SE ACABO, ESTO ES LO ÚLTIMO, ERES INDEFENDIBLE BAKUGO!
Un pelirrojo arrastraba a su amigo a su departamento a altas horas de la madrugada, este completamente borracho de nuevo, aún que al menos está vez no estaba inconsciente.
La ira de Kirishima no era para menos, le había dicho a su amigo que no la cagué, que tenga un mínimo de cuidado, ni siquiera le dijo que no beba porque sabía que eso le era imposible pero esta vez fue muy lejos.
_: Van a despedirme- decía el alfa rubio entre dientes mientras, como podía, su amigo lo subía al ascensor de su edificio.
_: Acaso eso sería tan malo?
Llegaron y Kiri metió como pudo al rubio a la ducha y lo dejo ahí. Bajo el agua fría que lo ayudaba a ser más consiente de si, Bakugo se puso a recordar todo.
Le dolía el pecho y está vez no era el dolor físico que siempre sentía sino toda la angustia, su trabajo de meses o mejor dicho años se arruinó, también puede que su oportunidad de volver con Deku este arruinada.
Salió del baño y fue directo a buscar a su amigo, lo encontró en la cocina quejándose de que como siempre no había nada para comer, mientras preparaba un té para el alfa.
_: Kirishima- su voz salía apenas por el nudo que tenía en la garganta- estoy cansado de todo esto.
Cuando el pelirrojo levantó la vista vio algo que nunca pensó, su amigo estaba como un niño pequeño, sus ojos llorosos y apretaba con fuerza la remera que traía puesta y se podía ver cómo estaba temblando por aguantarse las ganas de llorar.
Decidió no cuestionarle nada y lo abrazo con fuerza y aunque Bakugo no lo abrazaba, coloco su cabeza en uno de sus hombros y empezó a llorar.
Era algo que el rubio necesitaba con mucha urgencia, al menos por unas horas no tenía que ser el alfa fuerte y desgraciado de siempre, podía llorar, podía romperse.
Ambos hombres en silencio en el pasillo que conecta la cocina con el resto de la casa ahí estaban sentados y el rubio seguía sin sacar la cabeza del hombro de su amigo.
Kiri ya sentía como toda su ropa estaba húmeda en esa zona pero no tenía el corazón para mover al rubio además, él también ya estaba llorando, nunca fue alguien que guardara lo que sentía después de todo.
_: Ya deja ese estúpido trabajo viejo- decía entre hipos por las lágrimas- es una mierda y te alejo de todos tus seres queridos.
_: Izuku me odiara si se entera lo de esta noche y- esto era lo que más le dolía admitir- y se merece alguien mejor que yo,alguien que lo cuide siempre no la basura que yo soy.
_: Ey ey no digas eso Bakugo- al fin le levantó la cara y la sujeto entre sus manos- solo necesitas ayuda y yo te voy ayudar- el otro alfa solo pudo asentir.
Luego de un par de horas emotivas Kirishima se fue de la casa del rubio y este quedó solo, acostado en su cama mirando al techo.
Se frotó la cara con frustración y decidió dormir, dormiría hasta el lunes de ser posible, solo pudo decirse así mismo un "arruinaste todo idiota" antes de cerrar los ojos.
El finde semana paso y Bakugo no salió de su departamento por nada en el mundo, solo pidió comida un par de veces y aguardaba el mensaje de su jefe que cambiaría su vida.
Era lunes muy temprano en un par de horas más el alfa debía ir a la última reunión del jardín de su hija y aún no había señales de nadie del trabajo.
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The Dalmore
FanfictionCuando tú ambición te condena. Omegaverse. BakuDeku. Mundo sin cuirks. Los personajes no son míos.