Decayendo II

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La pequeña rubia estaba muy emocionada ayudando a su mami a juntar sus cosas, hoy después de toda una semana vería de nuevo a su papi.

Seguro que se divertían mucho juntos, si seguro que se divertían tanto que su mami tendría que ir con ellos y así todos estarían juntos.

A Sayumi le gustaba su nuevo hogar, sentía que su mami estaba más cerca de ella y aún que dormía con él estás noches seguro que si dormía en su cuarto y venía un monstruo y ella lo llamaba él llegaba enseguida.

De igual forma, extrañaba a su papá y la casa sería mucho mucho mejor de estar los tres.

_: ¿El lunes papá me lleva al jardín?- decía saltando un poco a lado de Izuku.

_: Eeemm no se amor, veremos si papá no tiene que ir al trabajo antes- la niña se detuvo en seco.

_: No pasa nada mami, si el tiene trabajo voy con Katia- salió corriendo a la sala a esperar ahí.

Ese cambio tan brusco en su actuar confundió al pecoso, Shinso, él y Uraraka le habían dicho a la niña que nada de lo que pasaba era su culpa pero al parecer Sayumi aún creía que ella molestaba y no dejaba a sus padres trabajar.

Tendría que hablar con Bakugo para que él también le expliqué a su hija que esto no era por ella, las palabras del rubio parecían ser las que tenían más peso para su pequeña.

Bakugo había llegado al lugar, subió y nada parecía muy lujoso, ja maldito Deku siempre tacaño. Tocó la puerta y desde fuera ya pudo oír a su hija.

_: SIIII! PAPI LLEGÓ! PAPI LLEGÓ!

_: Sayumi sssshhh no grites tanto- justo abrió la puerta.

_: Que tampoco puede estar feliz de verme?

Su ex esposo no pudo llegar ni a decir nada que la niña se escurrió entre sus piernas y salto a los brazos del alfa, Izuku solo lo miro resignado no tenía caso explicarle nada.

_: SIIII PAPI.

_: Hola princesa- la cargo y llevó por encima de su cabeza- me extrañaste?- la empezó a cubrir con su olor característico.

_: Siii siempre papi, jaja no hagas eso me haces cosquillas- su papá le estaba haciendo cosquillas con sus cabellos igual de rubios que los de ella.

El olor a caramelo lleno el aire y el pecoso solo estaba por irse para buscar las cosas de su hija, no soportaba ese aroma, solo lo ponía más triste.

_: Papá puede entrar a ver mi habitación nueva mami?- justo antes de girarse su hija le hablo.

Sus ojitos verdes brillaban con intensidad y tenía un pose suplicante, Izuku cruzo unos segundos su mirada con Bakugo y al final accedió, no debía olvidar que ese hombre seguiría siendo el amado padre de su hija.

_: Por supuesto mi amor- le sonrió.

_: Siiiiii, ven papi te mostraré.

Los dos rubios pasaron a su lado por el pequeño pasillo y mientras iban Sayumi le contaba todo de la nueva casa a su padre.

Izuku que se había quedado detrás de ellos tuvo que suspirar muy hondo para no llorar, una imagen muy hermosa para él se estaba dando.

Su hija tomando la mano del alfa muy feliz y Bakugo mirándola con paciencia y sonriéndole, ojalá se hubiera comportado así con ella en más ocasiones cuando estaban casados.

Para distraerse el pecoso fue a la cocina y decidió empezar a preparar la cena, pasaron unos minutos y Bakugo entro a la pequeña habitación donde se preparan los alimentos.

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