No es para tanto

984 112 14
                                    

Bakugo estaba llegando a la oficina, un poco tarde como era ya su costumbre, y ni bien salir del ascensor una chica de largo cabello azul claro ya lo estaba esperando con un montón de carpetas en una mano y en la otra un café.

_: buenos días señor- Nejire empezó a caminar presurosa a lado del rubio que iba con mala cara hacia su oficina.

_: hmp- ni se molestó en saludarla pero ella ya sabía cómo era él por las mañanas.

_: eh eh hoy tendrá una junta- le dio el café y empezó a seguirlo- a las 11 con el director, hay que llamar a los proveedores de Alemania y necesito que revise y firme todas estas- ya habían entrado a la gran oficina de Katsuki y la chica dejo el montón de papeles sobre el escritorio.

_: okey gracias- se sentó y sin siquiera mirar a su secretaria la despacho con un movimiento de mano.  

Nadie entendía como una chica tan amable y risueña termino como secretaria de Bakugo, quien era una persona odiosa con los demás y nunca mostraba una sonrisa.

Pero era fácil, ella era la mejor en su trabajo y por eso Bakugo confiaba en su juicio y capacidad, la chica tenía siempre todo listo para él y con más de 6 meses en su actual puesto ya sabía todas las mañas del gerente, tanto las buenas como las malas.

Lejos de la atareada oficina del Alfa un angustiado Omega llegaba a la suya, con su portafolios y el saco de su traje en la mano.

¿Por qué llevaba siempre el traje completo? nunca usaba el saco; Quizás era algo que se le quedó de su padre, ir siempre bien vestido a trabajar.

_: Hola buenos días a todos- entro pasando por los puestos donde estaban sus empleados de camino a su oficina.

El pecoso había logrado levantar su propia agencia de publicidad y marketing, aún era pequeña y tenía pocos empleados pero eran los suficientes para cubrir sus demandas.

Obviamente esto no lo hizo solo tenía un copropietario,  Hitoshi Shinso un Alfa y su mejor amigo desde el momento en que puso un pie en la universidad.

Si bien por el hecho de que Shinso había puesto la mitad del dinero para abrir la agencia y le correspondía ser también un director de la misma el prefería no serlo.

El hombre ojeroso de pelo violeta era más bien un reclutador de posibles clientes y eso le gustaba, le daba la oportunidad de salir mucho e interactuar con la gente.

Por algún motivo era muy bueno convenciendo a las marcas de contratarlos para llevar sus campañas, por más que ya tenían a otras agencias contratadas, era un poder que Izuku siempre admiro del Alfa.

Así que todo la responsabilidad burocrática que conlleva tener una agencia propia recaía en los hombros del peliverde además de el propio trabajo de relaciones públicas.

_: otra vez tarde y angustiado- el hombre de pelo violeta entro a la oficina del director.

_: hola Shinso, buenos días- estaba sacando su computadora y acomodando todo- aaaggh parece que nunca podré llegar temprano.

_: su casa nueva está muy lejos.

_: si lo se, pero que podía hacer, le dije a Kacchan que no la comprara pero ya ves cómo es, jamás me escucha.

_: si ya se- hubo un breve silencio entre ambos- bueno anímate hoy tenemos grandes propuestas y el dueño de The Dalmore vendrá.

_: eso me emociona- puso sus manos frente a él y las cerro en puños, con una mirada decidida en sus ojos- tenemos que esforzarnos para complacer al cliente.

_: si.

La verdad era que ese cliente que ambos hombres esperaban no solo era importante sino que le tenían un cariño especial.

The DalmoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora