081: Campeones y perdedores

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❝¡ES HORA DE CONOCER A NUESTROS CAMPEONES!❞

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CAPÍTULO OCHENTA Y UNO

CAMPEONES Y PERDEDORES


SI NO FUERA POR LAS VELAS, el Gran Comedor estaría en completa oscuridad, gracias a que la noche había caído sobre Hogwarts. Aquel enorme lugar donde suelen gozar de los más exquisitos platillos estaba completamente lleno, con estudiantes llegando de cualquier parte del castillo para poder contemplar lo que sucedería. Hace un par de minutos habían quitado el cáliz de fuego del vestíbulo, poniendo este frente a la grande y dorada silla del Director, quién se encontraba disfrutando su cena, cerca de la mesa de profesores, mientras que las grandes cantidades de estudiantes disfrutaban del delicioso banquete de Halloween, conversando unos entre otros. Uno que otro estudiante, por supuesto, había levantado la cabeza para ver si Timotheé ya había terminado su tan adorada cena, aunque parecía que este tardaría un poco más.

Los Cuatro P, junto a la pandilla de plata, se encontraban disfrutando de aquel delicioso banquete mientras que reían sobre alguna cosa que estaban conversando, con los directos coqueteos que Kai tenía con Dore, quién parecía encantado con la idea de tenerlo para él, o los quejidos de Maxwell sobre cualquier cosa que llegará a su mente. Jason y Scorpius, quiénes al parecer eran ''los papás'' de sus respectivos grupos, habían entablado una buena conversación sobre algunas cosas, desde lo cansado que era ser prefectos hasta lo riesgoso que podría ser el Torneo de los Tres Magos. Albus, en cambio, se había distraído un poco de lo que presenciaba con Ares y Cassandra, notando el amor que estos se daban a si mismos con una sola mirada, resignándose.

Eso, por supuesto, no le impedía entrar a la conversación de Maxwell, Dore y Kai, riéndose de algunas cosas que decía él búlgaro o notando la extrañez que tenía él chico Fallen, quién ya hacía bastante obvia su molestia sobre algunas cosas que, en realidad, antes le fascinaban. ¿Por qué? Quién sabe.

Ares y Cassandra también entraban en las conversaciones de vez en cuando, aunque se perdieron por completo en el enorme tazón de fresas frescas que él Rey había asignado para su mesa, provocando que Ares le sonriera a su padre por tal gesto, aunque sabía que su madre tenía algo que ver con ello.

Su madre, cómo la extrañaba. Su padre, después de la cena del día anterior, le había comentado que verían a esta en la primera prueba, siendo lo más probable, o en la segunda, ya que se encontraba completamente ocupada con algunos temas del Ministerio, según había entendido. Ares supuso que debía ser completamente importante, ya que su madre ni de loca dejaría de lado las oportunidades de estar con él. Él chico Riddle se preguntaba: ¿Qué podría ser tan importante?

En cuanto los platos de oro volvieron a su estado original, completamente limpios, mientras que las enormes cantidades de comidas comenzaban a desaparecer, esta vez, ninguno replicó. Las piernas de muchos estudiantes comenzaron a temblar, mientras que otros se mordían los labios por la impaciencia que estaban sintiendo, complemente impacientes de presenciar el Torneo, de saber quiénes serían los campeones de cada escuela.

𝑨𝑹𝑬𝑺 | 𝑯𝑨𝑹𝑹𝒀 𝑷𝑶𝑻𝑻𝑬𝑹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora