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CAPÍTULO OCHO
ENCANTAMIENTOS
NOVIEMBRE LLEGÓ, TRAYENDO CONSIGO LOS FRÍOS VIENTOS. Las montañas más cercanas al colegio se tornaron de un color gris, pareciendo hielo a simple vista. El lago parecía ser de un acero congelado, provocando que algunos de los estudiantes quisieran patinar sobre este. Cada mañana, los jardines se cubrían de escarcha lo que provocaba algunas peleas de esta entre los estudiantes. La temporada de quidditch estaba cerca, por lo que la mayoría de los estudiantes estaban completamente emocionados por ello, tales cómo Scorpius Malfoy, Maxwell Fallen y Theodore Montague pero, otros cómo Ares Riddle junto a Albus Potter parecían desinteresados en ello.
Muchas de las personas que formaban parte del alumnado de Hogwarts parecían estar hablando sobre lo que había pasado en la noche de Halloween, siendo que cada uno de los integrantes de la casa de los leones había tenido que dormir en el gran comedor que poseía la escuela para así poder descansar. Muchos de estos seguían teniendo miedo de que él Rey regresará pero, otros cómo los últimos años parecían estar acostumbrados a que aquello pasara. Aunque eso no evitaba que le siguieran temiendo al importante hombre; Él hijo de este, claro esta, había ignorado cada una de las miradas que había recibido desde ese momento. Sabía que las personas ajenas a su casa comenzaron a odiarlo pero, también comenzaban a temer de él, por lo que no le importaba.
Este se encontraba junto a su grupo de amigos, caminando hacía la clase de Encantamientos, mientras conversaban de una manera totalmente agradable hasta que tuvieron que entrar a su clase. Cómo era habitual en ellos, se sentaron en la segunda fila de escritorios que poseía el lugar, notando cómo su viejo profesor se colocaba encima de su taburete para poder observar a cada uno de sus estudiantes.
—Bienvenidos una vez más, pequeños.—Comenzó a decir aquel profesor, con su notable voz chillona.—El día de hoy cada uno de ustedes tendrá que imitar cualquier encantamiento y, para la siguiente clase, necesitaré que traigan un ensayo del encantamiento que eligieron.—Agregó, escuchando los murmullos que había provocado en el momento en que dijo aquello.—Primero que nada, deben de saber que ninguno de ustedes podrá tomar el encantamiento que otro de sus compañeros, por lo que tendrán que colocar su nombre en este pergamino con su encantamiento en el.—Levantó su varita apuntando a un pergamino encima de su escritorio, para que este levitará hasta llegar al primer estudiante de la primera fila.—Necesito que lo pasen entre ustedes, tendrán cinco minutos para que todos tengan su encantamiento.
Los estudiantes comenzaron a murmurar entre ellos al momento en que él profesor Flitwick terminó de hablar. Él hijo de los Montague mantuvo una expresión de horror.—No tengo idea de cuál encantamiento tengo que hacer, no lo sé.
—Yo usaré el encantamiento para conjurar pájaros.—Comentó él chico Malfoy, intentando recordar cuál era el nombre de dicho encantamiento. La lista a casi diez estudiantes de ellos, por lo que deberían darse prisa.
