004: Enemigo

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❝¡ES UN COMPLETO ESTÚPIDO!❞

❝¡ES UN COMPLETO ESTÚPIDO!❞

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CAPÍTULO CUATRO

ENEMIGO


SUS OJOS PERMANECIERON BLANCOS. Cada persona en el lugar tenía una expresión de horror consigo, observando al príncipe Riddle. Este mantenía una mirada que llegaba a irradiar ira, sin que sus ojos cambiaran. Nadie sabía porque aquellos ojos que anteriormente poseían un precioso esmeralda, cambiaron a un completamente desconocido blanco; Ares comenzó a respirar de una manera pesada, cómo si el aire comenzará a lastimar su garganta. Cerró los ojos, al mismo tiempo en que apretaba los labios. Pensó en cualquier cosa, menos en la completa decepción que se había llevado de la clase de vuelo.

Un momento después, volvió a abrir sus ojos de manera que pudo mostrar cómo estos habían regresado a sus característicos tonos esmeraldas. Le dio una última mirada a la profesora de vuelo, antes de comenzar a caminar hacía las afueras de los terrenos de aquel lugar. En menos de tres segundos, su cuarteto de amigos comenzaron a seguirlo.—¡Ares, espera!

—¿Qué?—Musitó este, de una manera completamente molesta. Dio media vuelta, encontrándose con sus amigos de casa.—No quiero sonar grosero pero, realmente no me encuentro en las mejores condiciones para mantener una maldita discusión.—Agregó, con un tono que solía utilizar cada vez que conocía a una persona importante. Su voz era seria e increíblemente pausada.—Así que, si no quieren que les rompa algún hueso, por favor, aléjense de mi.

—Toma, entonces.—Respondió él hijo de los Malfoy, tendiéndole su brazo a su mejor amigo.—Rompe mi brazo, para poder hablar.

—El mío también.—Dijo Albus, imitando la acción que había realizado su rubio amigo. Un momento después, sus cuatro amigos habían colocado sus brazos frente a ellos, de manera que mostraban que no importaba si Ares los rompía.

—Yo prefiero la mano.—Comentó Maxwell, con un tono ligeramente gracioso.—Así no tendré que hacer la tarea de transformaciones pero, cómo gustes.

Él chico Riddle observó el cuarteto de brazos frente a él, mientras la voz del hijo de los Montague llegaba a sus oídos.—Somos amigos, Ares, no te vamos a dejar solo.

—No pueden darme su brazo cada vez que me moleste.—Mencionó él príncipe, con una pequeña sonrisa de lado.

—Por suerte cada quién tiene dos brazos.—Respondió él chico Potter, al mismo tiempo en que bajaban sus brazos.—También piernas, así que no creó que tengamos problema con eso.

—Son insoportables, ¿Lo sabían?—Preguntó Ares, mientras comenzaban a caminar hacía el enorme castillo cerca de ellos pero, contrario a sus palabras, su voz había mantenido una pequeña porción de satisfacción.

𝑨𝑹𝑬𝑺 | 𝑯𝑨𝑹𝑹𝒀 𝑷𝑶𝑻𝑻𝑬𝑹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora