Vida diaria

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Después de un rato, Marinette se avergonzó y dijo que debía irse, la iba a acompañar a su casa cuando vio a Liu Zhang parado ahi, Marinette se fue con él, se despidió de Luka con la mano, el de mechas azules supuso que ella estaba bien con eso de intentar algo ya que tampoco se lo negó.

Si ella le hubiera dicho que no de nuevo, seguro si la dejaba ir, pero ella le dió otra oportunidad.

Suspiró. De nuevo la vida no le sonreía de una manera pero al menos tenía la oportunidad de reconquistar a musa. Sólo esperaba que ya se hubiera olvidado de Adrien.

Sólo le llamó la atención que por primera vez la melodía de Liu Zhang no se escuchaba misteriosa, si no que se escuchaba bastante alborotada, como muy preocupado.

Le lanzó una mirada, pero este no volteó a verlo, si no que se fue con Marinette que se veía un poco mal, al verla más detenidamente, sin la plática, se dió cuenta que ella llevaba su suéter puesto, el aire en París seguía siendo frío, no lo notó hasta ahora, cosa que lo hizo sonrojarse, aunque ella estaba dispuesto a terminarlo, aún así llevaba algo que básicamente le había regalado. Miró su muñeca, con la pulsera que le había regalado Marinette. Abrazó su mano a su pecho, pensando en que haría con la chica de las coletas.

(...)

-Vaya, eso es depresivo, amigo.- le dijo Antoine mientras lo acompañaba de regreso a su casa, Belmont estaba con su novio y Giselle debía cuidar a sus hermanas. Pero Antoine no quería irse a su casa, así que fue con Luka a estudiar antes de que el de mechas entrara al trabajo.- Casi te termina tu chica el mismo día que vuelve de un viaje a el Tibet ¿Crees que conoció a alguien allá?

-No lo creo, Antoine.- dijo él mientras picaba el botón para que el puente de su casa se estirara y pudieran pasar. - Tengo la seguridad de que no fue por un chico del Tibet.

Él habría oído el acorde de enamoramiento, cosa que no escuchó en ningún momento.

-Entonces no entiendo que pasa con ella, bueno, en general no entiendo mucho a las mujeres, por eso he salido más con chicos.- dijo Antoine encogiéndose en hombros mientras entraban al barco de la familia Couffaine.

-Cierto... Por cierto, te queria hablar de algo pero no había tenido la oportunidad.- dijo Luka mientras bajaban a su camarote, saludó a su mamá, que le avisó que Juleka iba a estar en casa de Marinette.

-Ajá, sueltalo.- dijo Antoine mientras tomaba un vaso de agua de limón que Anarka le había dado.

-¿Desde cuándo te gusta Giselle?

El castaño casi escupe lo que estaba tomando, Luka le pasó un trapo que estaba de paso, Antoine lo miró como si estuviera loco.

-¿¡Que Giselle qué!?

-Al principio pensé que era por Belmont pero realmente te ves bastante tranquilo con la noticia de su novio, y no sé, cada que se toca el tema de Giselle conmigo te pones tenso y no sólo de la manera de un amigo.- explicó Luka mientras sacaba tranquilamente sus cuadernos para empezar con la tarea. Mientras Antoine parecía querer lanzarse por la ventana al río.

-A-A mi no me gusta Giselle ¿Estás bromeando? ¿Quién se enamoraría de una chica que está enamorada de otro?- Luka le lanzó una mirada, y Antoine sintió sudor frío.- Okey, tal vez fue un mal comentario, pero... ¿Porqué crees eso? ¡Giselle es de nuestro grupo de amigos!

Luka volteó a verlo y le dedico una sonrisa que hizo sonrojar a el moreno.

-A veces en los grupos de amigos hay algunas parejas.- mencionó.- Tú y Belmont por ejemplo, cuando empezamos a ser amigos ustedes eran pareja.

La Melodía en mi cabezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora