Conversaciones

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BANDAAAA, LLEGAMOS A LAS 10K LEIDAS WHAAAAAT ¿¡COMO ASÍ!? Cómo estoy de buen humor por eso porque es lo único bueno que me ha pasado en estos días con el final del semestre y de mi carrera universitaria, les regalo un capítulo por ello 💕 espero lo disfruten y una disculpa por los anteriores que estuvieron muy... Bueno, las cosas como son, depresivos y retratando un triste pasado.

Luka cerró el libro, si veía para atrás, su vida a partir de los 10 años, que fue la edad en que perdió a su papá, era deprimente, más que nada también porque él mismo se había hecho así.

Era lamentable, no disfruto su pre-adolescencia y adolescencia, en un año cumpliría 18 y estaría pronto en camino a la universidad.

Estaba sentado en el pasto, viendo el paisaje frente a él. En la pequeña capital de la micronación estaba rodeada de pradera y bosques. Era tranquilo y no sé desgastaba tanto mentalmente por suprimir las melodías, no había mucha gente y todo era muy pacífico.

Elora Couffaine se sentó a su lado, y le acarició el cabello. Anarka estaba con Juleka, hablando, su hermana se veía feliz, y su mamá la estaba abrazando por los hombros, alzando un brazo y parecía alzar la voz exclamando algo. Luka volteó a ver a su abuela, tenía el cabello recogido pero al no tener el cabello tan largo, unos mechones se escaparon y cayeron en su cara.

—¿Tú también las escuchas?— le preguntó Luka a su abuela, ella le miró con ternura.

—No.— admitió ella. Eso desilusionó a Luka.— Tengo un oído agudo, pero no oigo las melodías, si leíste sabes que se fue perdiendo la fuerza generación tras generación. Puedo escuchar los sentimientos, pero no puedo escuchar acordes como tú, o melodías. Pensé que Gaizka sería el último ya que ustedes no mostraron señales de tenerlo, pero... Bueno, al parecer que después de generaciones fuiste el que más fuerte lo tuvo.

—No me siento especial por esto, ni tampoco muy feliz, aunque me siento aliviado de saber el porqué.— dijo él mientras escondía su cara entre sus piernas, mirando a la nada.

— Tener respuestas a veces es más importante ¿No crees? —Luka lo pensó un poco y asintió.— Perdón por alejarte de la verdad tantos años, y luego que sufrieras por nuestro don ya que apareció sin control... Es sólo que, eres tan parecido a Gaizka que al principio me dolía. Era ver a tu padre de pequeño, y fue egoista de mi parte.

Luka negó con la cabeza.

—Está bien, de cualquier forma no lo hubiera entendido, si aún con 17 años me cuesta, no me imagino si me lo hubieras dicho antes.

—Luka... — dijo su abuela, su mirada era suave al igual que su voz, su abuela cantando tenía una voz que encantaba a quien la escuchara.— Eres tan joven y haz pasado por mucho. Pero cariño, no te cierres ¿Okey? Trata de explorar las cosas que puedes hacer ahora que sabes el don que tienes. En especial, porque después de tantas generaciones, eres el que lo tiene con tanta fuerza.

Luka se quedó pensativo, y miró a su hermana. Ella parecía tranquila.

—Me alegra haber sido yo y no Juleka el que lo tuviera, tal vez fue mejor así, no quisiera que ella hubiera sufrido todo el proceso de aceptación que yo tuve que pasar... Porque ella tendría el doble.

—Mi nieta es más fuerte de lo que piensas, querido, pero tus deseos son buenos.— le dijo su abuela. — Lo superaría también.

Luka no respondería. Tal vez si, y no hubiera hecho lo que él, el caso es que el "hubiera" no existe, debía agradecer lo que tenía ahora y que ya no sufría tanto por el don familiar y que también le servía en su vida. Así alejar las malas vibras de las personas de su vida y descubrir sus intenciones. El único que era un enigma era Liu Zhang pero ya se preocuparía por él cuando volviera a París. Y también de Marinette. Su vida cuando por fin había podido estar estable, Marinette y su familiar habían llegado a llevarse esa tranquilidad.

La Melodía en mi cabezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora