La Melodía en mi cabeza

Silencer

Llevaban meses de amistad, realmente era algo que no sabía cómo había pasado, pero pasaban mucho tiempo juntos aunque sabía perfectamente que la melodía de Marinette pertenecía al chico rubio que también era su amigo, aunque de él, su melodía no era precisamente por Marinette, no sabía a quien iba pero no quería desilusionar a su querida amiga, así que la apoyaría en todo.

Después de todo, él era el mayor y más maduro de la dupla. Muchos dicen que hay diferencias abismales entre un año adolescente y otro. Y era cierto. Cuando tenía 14 años él odiaba tener el don que tenía, había abandonado la música, era una persona despota, ahora se avergonzaba de que pateaba botes de basura y salía corriendo para que no lo atraparan, o a los 15 años que se dió cuenta de que su físico llamaba la atención y al conocer las melodías de las personas, podía utilizar eso a su favor, fueron buenos meses hasta que vió por primera vez a una chica llorar llamándolo "Cerdo" porque sin querer había salido con su hermana también, no pudo con ello y decidió cambiar en sí mismo. Ahora a los 16 años realmente era alguien tranquilo y esperaba seguir así, era inteligente, le agradaba a la gente no solamente por su físico o algo así, si no por su actitud y realmente todo lo analizaba y nada lo tomaba personal. Nada podía afectarlo.

Excepto una cosa, y es que por primera vez escuchó un sonido que provenía de sí mismo, fue tan extraño que lo hizo caer, él estaba con Marinette, habían sido lanzadas literalmente fuera del bote a buscar unas cosas que las chicas necesitaban para la pijamada que habían organizado. Le pareció extraño pero realmente no le importó demasiado aquello. Siguió charlando con su amiga hasta llegar a la tienda de conveniencia más cercana.

—Me gusta charlar contigo, Luka.— le dijo Marinette sonriéndole, él le devolvió la sonrisa.— Es muy fácil y realmente me divierto mucho.

Su corazón en ese momento se aceleró un poco, y por primera vez, escuchó un acorde que venía de él, abrió mucho los ojos y trastabilló cayendo al suelo en acto, el corazón le aporreaba el pecho, Marinette se veía espantada y le ayudó a levantarse.

—¿¡Estás bien!?— preguntó checando que el chico estuviera bien pero él no contestó nada, estaba en shock.—¿Debería llevarlo a un hospital? ¿Luka?

El tono de preocupación en su voz al decir su nombre lo sacaron de su consternación y la miró, quería abrazarla, quería decirle tantas cosas, pero no podía. No quería espntarla o que lo creyera loco, no quería que se alejara, era su buena amiga que de vez en cuando lo ponía nervioso pero estaba bien. Le confirmó que estaba bien y siguieron su camino, decidió ignorar aquello por el momento y centrarse en su compañía, luego llegaría al fondo del asunto.

Tenían una amistad sólida, se podría decir, a veces ella llegaba a su casa en la tarde para ver los ensayos de Kitty Section, inspirarse para los nuevos trajes de la banda y que temática tendrían, él la apoyaba en lo que podía, le daba pena que se cargara demasiado la mano pero a él no se le daba el coser, así que a veces la ayudaba recortando tela. 

Era una chica divertida, lo malo: le estaba empezando a gustar, él se lamentaba por ello, no porque odiara el amor o algo parecido, él sabía que era uno de los sentimientos más hermosos que alguien podía experimentar, pero si eran recíprocos era increíblemente más grande. Pero sabía que sus sentimientos no eran correspondidos, lo sabía perfectamente como ella veía al modelo, como su corazón y melodía se volvían locos cada que el chico se acercaba, su actitud con él y vamos, a veces se ponía nerviosa a su alrededor pero no era nada comparado con lo que Adrien causaba en la franco-china.

Pero sus sentimientos por aquella chica simplemente se aumentaban con el paso del tiempo que pasaban juntos y se sentía fatal. Sabía que nunca sería correspondido.

Pero eso no evitaba qué tal vez, en algún punto, él pudiera ser ese alguien para ella, así que sería su incondicional y su apoyo, con su actitud calmada la reconfortaria, estaría para ella, incluso si no se enamoraba de él, él estaría ahí hasta que sus sentimientos por ella desaparecieran.

Esperaba que pronto. Pero siempre sería sus apoyo como amigo.

Así como ella era con él, como esa vez que XY sacó una convocatoria para bandas, ella les enseñó el vídeo y todos se emocionaron, originalidad y estilo, todo lo que era Kitty Section, la halagó por ello y se sintió bien al verla sonrojarse, ellos decidieron participar y ella los apoyó con los vestuarios unicornio, él la ayudaba con sus diseños y ella capturaba cada detalle de ello. Pasaban bastante tiempo juntos compartiendo miradas, pero sabía que seguramente eso no duraría mucho si llegaba Adrien, a pesar de que era un buen amigo suyo, sabía que si él estaba Marinette ni siquiera lo miraría.

Marinette grabó el vídeo, fue divertido participar en ese proyecto con ella y su hermana realmente se veía más feliz y confidente. Le acarició la cabeza a su hermana al terminar ello y ver el vídeo, todos chocaron las manos y esperaban los resultados de ese concurso.

Pero no llegaron, lo que llegó fue un vídeo con el concepto plagiado de Kitty Section pero con menos calidad, decidieron ir a reclamar, no los dejaron en un principio pero Marinette y él consiguieron entrar al edificio y hablar con Bob Ross.

Primero intentaron convencerlo por las buenas, pero llegó un momento que él empezó a gritarle a Marinette y no supo que pasó en ese momento. Solamente que una voz habló en su cabeza al estar enojado ¿Quién se creía ese productor para hablarle así a su querida?

Lo demás no lo recuerda, pero Marinette le preguntó algo.

—¿E-Es verdad lo que dijiste cuando estabas akumatizado?

Él no sabía que responder ¿Qué le había dicho? Esperaba que nada malo pero la tomó de hombros y ella lo miró con el rostro algo sonrojado. Pero relajado le declaró sus sentimientos.

—No sé lo que dije en realidad, pero...— Prosiguió sonriendo.— Eres una chica extraordinaria, clara como una nota musical, sincera como unas melodías. Eres la canción en mi cabeza desde la primera vez que nos vimos.

Y sin más él fue con la banda. Le dedicó una mirada y una sonrisa, ella estaba sonrojada pero le sonrió. Tal vez, en algún punto podía ser el dueño de la melodía que sonaba en el corazón de ella.