CAPÍTULO IV: "ESPEREN UN MINUTO, ¿DÓNDE ESTÁ HIMURO?"

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"ESPEREN UN MINUTO, ¿DÓNDE ESTÁ HIMURO?"

Takao, Kagami y Kouki se miraron perplejos. ¿Himuro en Estados Unidos? ¿Qué estaba haciendo allá? ¿Cómo iba a regresar?

- Bro, ¿qué fue lo que pasó? - Kagami volvió a sentarse puesto que sin querer se había puesto de pie y puso el celular en altavoz.

- Taiga, no tengo ni la más remota idea! Lo último que recuerdo es que estaba con ustedes en el departamento y de pronto todo negro. Y de la nada siento como alguien se tira encima mío, como si fuera un maldito jugador de la WBA! - se escuchó a través del celular, Himuro cada vez elevaba más la voz - Y para colmo, ¡se abalanza sobre mí como un bendito oso dejándome sin respiración! Había olvidado lo asquerosamente melosa que se ponía Alex - dijo lo último en un suspiro.

Kagami empezó a reír escandalosamente por la desgracia que estaba viviendo Himuro. Amaba con todo su corazón a Alex, la consideraba la mejor hermana mayor del mundo, pero no podía negar que la joven era bastante peculiar. Alex, era una persona demasiado extrovertida, divertida, amigable pero sin pelos en la lengua y con una extraña obsesión por andar con la menor cantidad de ropa posible que resaltaba muy bien sus curvas.

Alex, fue la razón por la que tanto Kagami e Himuro amaban tanto el basket. Cuando la veían jugar podían ver la pasión y el amor en sus ojos cada vez que sostenía el balón, que daba un pase o que anotaba una canasta. Ver a Alex en un partido era como ver a un ave volar libre por el cielo, era simplemente hermoso; sin embargo, esos días no duraron mucho. Alex en uno de sus partidos, se lesionó la rodilla y le dijeron que no podía volver a jugar de manera profesional, ese fue un fuerte golpe para ella, fue como cortarle las alas a un ave que recién empezaba a volar, pero aún así con ese dolor, nunca dejó de apoyar sus kohais, los acompañaba en sus juegos de la tarde, los motivaba a nunca rendirse, los hizo fuerte ante las derrotas. Ellos no solo jugaban al básquet porque lo amaban, sino que también lo hacían por Alex, para que ella pudiera volar a través de ellos.

- Bro, deja de burlarte de mis desgracias. Ya tengo suficiente solo con Alex.

- Lo siento, bro. Pero me alegro de que estés bien, un poco traumado pero bien. Estaba, no, estábamos preocupados por ti, no sabíamos donde podías estar.

- Esto significa que si funcionó, verdad? Viajamos realmente al pasado, es ... ¡es una completa locura! - Himuro dijo con emoción - ¿Cómo están los chicos? ¿Están todos bien?

- Sí, todos estamos bien. Nos encontramos en el parque cerca de aquí y vinimos al departamento para ponernos al día - dijo mientras miraba a los 2 restantes, los cuales sonreían por la divertida conversación que estaban escuchando - Chicos, saluden a Tatsuya.

- Hello, Tat-chan!

- Buenas noches, Himuro-san.

- Hola, mis niños. Considerando que aquí son las 9 de la noche, deben ser las 10 de la mañana por allá, así que espero que Taiga ya les haya dado algo de comer, ¿verdad? - Himuro respondió amenazante, él era el mayor del grupo y se sentía responsable de sus kohais hasta el punto de a veces tratarlos como sus hijos.

- Mooooo, Tat-chan. Me muero de hambre y Kaga-chan no nos ha dado nada que comer, ¿cuándo vas a regresar a Japón? - dijo con una pequeña sonrisa traviesa mientras que Kagami lo miraba indignado.

- Eso no es ...

- ¡Qué vergüenza, Taiga! ¡Yo no te crié así!

- Pero ...

- Ya estás grande como para saber tratar a tus invitados correctamente.

- ¡Ya, basta! Uno, tú no me criaste, lo hizo mi mamá y dos, esperen un rato que ahora traigo algo para comer - Kagami se levantó indignado y se dirigió a la cocina refunfuñando.

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