Salvando tu destino

CAPÍTULO XXIX: "EL CAMPAMENTO - PARTE I"

"EL CAMPAMENTO - PARTE I"

El día del campamento había llegado, el tan ansiado viernes, ¿ y qué hacía nuestro pequeño halcón? Pues ... Él dormía plácidamente a pesar del estridente sonido de su alarma, el hecho de que se quedará hasta tarde por no poder dormir por la emoción que sentía, le había pasado factura.

La alarma seguía sonando y sonando que ya había despertado al resto de la familia Takao, pero no al dueño de la misma. Su madre aún en pijamas fue hacia su cuarto a despertar a su bello durmiente y empezar a hacer el desayuno para toda su familia.

- Kazu ... Kazu ... - nada. El ahora rubio seguía durmiendo - ¡Takao Kazunari, ya levántate! - exclamó su madre quitándole las sábanas.

Takao como un resorte se levantó de su cama y con ojos somnolientos miró a su madre y sonrió - Hola, mamá, buenos días - en ese momento el recuerdo del campamento llegó a su mente - ¡Es el día! ¡Es el día! ¡El campamento! ¿Qué hora es?

- Ya es muy tarde, así que apura y ve a alistarte para las clases - dijo la mujer yendo hacia la puerta.

- Mooo, las clases son aburridas, mamá - se quejó el rubio.

- Pero importantes, Kazu, ahora apura que Zumi también se está quejando que no la deje despertarte - la mujer sonrió y salió del cuarto dejándolo solo.

Takao hizo su cama y se fue directo a darse un refrescante baño para comenzar el día. Puso su playlist favorita y al pasar frente al espejo, agarró el pote de shampoo para usarlo de micrófono y bailar al son de la música mirando a su reflejo.

Minutos más tarde, y luego de un concierto privado en la ducha del rubio, Takao salió cambiado y emocionado a comer el delicioso desayuno que su madre había preparado. La emoción bailaba en su pecho, ya quería que las horas pasaran y encontrarse con sus amigos. Luego de muchas peticiones y ruegos, habían logrado convencer a Mitsui de que fuera el adulto responsable de su campamento, que los acompañé ese fin de semana y además que les llevará y regrese a casa a salvo, ¡todo un ofertón!

Se comió su desayuno lo más rápido que pudo, mientras libraba una batalla de tenedores con su hermana quien se quería robar las pocas salchichas que le habían tocado. Notó que su padre se encontraba más inquieto de lo normal; es decir, Takao Kazuki, siempre estaba inquieto, se podría decir que era su estado normal, pero en ese momento, le pasaba algo más, Takao lo sabía, pero la emoción de ese día lo aislaba en su propio mundo.

Dio las gracias, dejó sus servicios en el lavabo y fue a lavarse los dientes mientras daba pequeños brinquitos. Poco después salió completamente listo, se colocó su maleta y le dio un beso en la mejilla a cada uno de los integrantes de su familia para salir corriendo hacia la escuela.

Las horas en la escuela, pasaron extremadamente lentas, era como si el tiempo se estuviera deteniendo a propósito para ponerlo más ansioso. Pero, gracias a Kami-sama, luego de 50 000 horas, el ansiado sonido del timbre que indicaba que la jornada escolar había terminado sonó por los altavoces.

Takao recogió sus cosas lo más rápido que pudo y salió corriendo a pesar de que detrás suyo el profesor le gritaba. Mientras corría de regreso a casa, pensaba en lo que tenía que hacer, su maleta ya estaba lista que solo era cuestión de darse una ducha rápida y esperar a que Mitsui pasara por él. Primero pasarían por Himuro y Kagami, luego por Kouki y finalmente por él, así que tenía tiempo de sobra para otro concierto privado. Nijimura les había dicho que iría por su cuenta, y de pasó llevaría a Haizaki, porque sí, el peligris también se les uniría.

Cambiado y listo esperaba en la sala de su casa a que sonara el claxon de un carro, mientras veía con su hermanita la televisión. Un sonido en la puerta lo alertaron, pero solo era su papá que entraba completamente emocionado.