CAPÍTULO XIX: "UNA FLOR PARA RAI-CHIN"

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¡Buenas, buenas! Se preguntarán por qué subimos un capítulo hoy si no es sábado, pero hay una muy buena razón para ello ... ¡Shakia está de cumpleaños! Mi querida amiga, hermana y compañera de escritura y de locuras está cumpliendo años hoy, y queríamos que ustedes también sean parte de esta celebración. ¡Y qué mejor que subiendo un nuevo capítulo! ¡Y sobre todo sobre su pareja favorita! JAJAJAJAJAJAJA. 

¡Feliz cumple, Shakia! Espero que la pases demasiado bien hoy, y brindemos por más años, por más capítulos, ¿y quién sabe? Por más historias. ¡Te queremos mucho! ¡Disfruta mucho este capítulo, te lo mereces!

Y ustedes también, queridos lectores, disfruten de este capítulo, ¡así como nosotras disfrutamos de escribirlo! ¡Nos vemos nuevamente este sábado!

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"UNA FLOR DE RAI-CHIN"

Los lunes suelen ser odiados por la mayoría de personas por diferentes motivos y circunstancias, y nuestro gigante no es una excepción a aquello, pero esa mañana algo se sentía diferente, su característico bufido de aburrimiento y los bostezos que Murasakibara solía tener habían sido reemplazados por movimientos frenéticos de su pierna y por un tamborilero de sus dedos contra su mesa de estudio; además, de que estaba comiendo más dulces de lo normal.

Toda aquella situación no pasaron desapercibidos por Momoi Satsuki, su compañera de asiento desde el comienzo de clases, ya que el hecho de Murasakibara se encontrara despierto era una desgracia para ella, ya que siempre aprovechaba esos momentos de la mañana donde el gigante estaba más despistado para robarle uno que otro dulce para mantenerla despierta.

Las clases tuvieron su curso y después de unas horas, el timbre sonó indicando que la hora del almuerzo había comenzado, pero Murasakibara estaba tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta que todos ya habían salido del salón, hasta que vio a Momoi mover su manos al frente de su cara. Momoi, que si ya antes sospechaba que algo le estaba pasando a su compañero de clase, en ese momento lo confirmó, Murasakibara era la clase de persona que ni bien escuchaba el timbre sale rápidamente del salón para poder ir a comer sus preciados dulces, pero el hecho de que justo ahora se encontrará con la mirada pérdida, indicaba que algo mucho más importante estaba ocurriendo con él.

- Mura-kun, Mura-kun, Mura-kun, ya sonó el timbre - dijo Momoi mientras movía sus manos por enfrente de su rostro.

- ¿Mooo? Ah, gracias, Momoi-chin - dijo Murasakibara mientras agarraba su paquete de papas, luego se levantó y fue en dirección a la puerta.

Momoi también agarró su almuerzo y lo siguió detrás de él, caminaban lentamente hacia la cafetería donde se reunirían con el resto de la Generación Milagrosa, aunque en realidad Murasakibara era el que caminaba lentamente mientras que Momoi prácticamente corría para poder mantener el ritmo del gigante.

Cuando llegaron a la cafetería, ya todos estaban reunidos y los estaban esperando, Murasakibara se sentó y sacó un paquete de gomitas para continuar comiendo porque las papas ya se le habían acabado. Momoi por su parte, se sentía agotada, había estado cuidando que Murasakibara no se chocara con lo primero que tuviera enfrente durante todo el camino, y eso la había cansado completamente.

- Kuro-kun, ¿acaso ha pasado algo qué no me haya enterado? - le susurró Momoi a Kuroko cuando se sentó a su costado.

- ¿A qué te refieres, Momoi-san? - Kuroko le respondió de la misma manera.

- Mura-kun - Momoi señaló con su cabeza a Murasakibara - Está muy extraño, en la mañana se mantuvo despierto toda la clase, no se dio cuenta que el timbre había sonado, y cuando veníamos no prestaba atención al camino, casi aplasta a varias personas.

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