Salvando tu destino

CAPÍTULO XX: "UN GATITO ASUSTADO"

"UN GATITO ASUSTADO"

Kuroko había dejado observar a Murasakibara cuando Kagami había aparecido frente a sus ojos. La curiosidad de saber qué ocurría con el gigante quedó en segundo lugar a las ganas que tenía de asustar al tigre.

Haciendo uso de su poca presencia se retiró del pasillo dónde estaban Murasakibara e Himuro, y empezó a seguir a Kagami desde una distancia prudencial, si bien era poco probable que alguien lo notara, no quería confiarse de ello. Caminaban lentamente, Kuroko miraba como Kagami cogía diferentes frutas y verduras y las ponía en su carrito de compras, estaba esperando el momento perfecto para hacer su aparición y asustarlo, ya quería ver la cara que pondría. Sin embargo, todos sus planes fueron cancelados por una simple frase.

- ¿Cuánto tiempo planeas seguir siguiéndome? - Kagami dijo mientras miraba la sección de panes. Kuroko miró ambos lados intentando averiguar a quién se dirigía el pelirrosa - Kuroko, sé qué estás ahí.

Kuroko se sorprendió por aquella respuesta, las personas que podían notarlo eran poquísimas; para sus propios amigos todavía les era difícil saber dónde estaba y eso que habían pasado varios años juntos, y aquel chico que recién había conocido ya podía sentir su presencia, algo dentro de él se movió, para alguien no pasaba completamente desapercibido.

Salió de su escondite y caminó hasta ponerse al costado de él, que fue recién en ese momento que Kagami se giró para mirarlo, el rostro de Kuroko estaba completamente inexpresivo pero Kagami pudo diferenciar una ligera mueca en su labio indicando que estaba frustrado de que sus planes no salieron como quisiera.

- Hola, Kawamura-kun - dijo Kuroko.

- Hola, Kuroko. ¿Me dirás la razón del por qué me seguías? - preguntó Kagami colocando en el carrito la bolsa de pan de hamburguesa que no podía faltar.

- No - respondió secamente Kuroko evitando la mirada del pelirrosa.

- No sabía que tenías el hábito de seguir personas, Kuroko. ¿Debería preocuparme?

- No, yo no sigo personas - mintió Kuroko, obviamente había llegado al supermercado porque había seguido a Murasakibara.

- Ajá, si claro - dijo Kagami comenzando a caminar por el pasillo, Kuroko se apresuró a seguir a su lado.

- ¿Viniste solo, Kawamura-kun? - preguntó Kuroko mirando las cosas que habían en los estantes, sus ojos se posaron en una caja para hacer batidos de vainilla en casa, y aquel acto no pasó desapercibido por Kagami.

- No, pero mi acompañante me abandonó - respondió Kagami tomando aquella caja de batidos y poniéndola en el carrito.

- ¿Te abandonó?

- Me mintió y arrastró aquí para comprar las cosas para la casa - ¿La casa? ¿Ambos vivían juntos?

- Eso suena muy triste, Kawamura-kun - dijo Kuroko

- Sí, el maldito debe estar dando vueltas por ahí con ... - el sonido de un mensaje interrumpió a Kagami, este sacó su celular y se dispusó a leer el mensaje.

Taiga, me voy, lleva las cosas a la casa. ¡Bye!

- Himuro T. -

- Ahora, sí, me abandonó. Ya no le cocinaré nada - dijo Kagami guardando con molestia su celular.

- ¿Tú cocinas, Kawamura-kun? - preguntó intrigado.

- ¿Qué? Ah, sí, tuve que aprender cuando empecé a vivir solo - Kagami continuó caminando recorriendo los pasillos.

- Pero, ahora vives con tu ... ¿novio? - preguntó Kuroko mirando fijamente a Kagami.