Capítulo 18: Verdades

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La difusión de la muerte del Pilar del Fuego fue rápida, sobre todo a los demás pilares, fue una lamentable noticia y con ello, el funeral del mismo se llevó a cabo poco tiempo después.

Al día siguiente del funeral, Shinobu Kochou, la Pilar del insecto, se presentó en la casa de los Rengoku's, tenía los resultados de la prueba de embarazo del ahora difunto Pilar del Fuego; Ella creía que era necesario informarle al expilar sobre los resultados, después de todo, Kyōjurō era su hijo.

Justo en la entrada, observó al segundo hijo de la familia barriendo la entrada con desgane, su rostro mostraba sus grandes ojos llorosos e hinchados. Lo comprendía, ella también había perdido a su hermana mayor por un demonio y no era fácil de asimilarlo, sobre todo si tenían una buena relación.

Se acercó al pequeño y, con amabilidad y una sonrisa, le habló:

—Buenos días, Senjuro-kun.

El rubio de inmediato miró a la chica y la reconoció, ya se habían conocido antes cuando visitaba a su hermano por alguna herida en la finca mariposa.

—Kochou-san, buenos días. —se escuchaba deprimido.

—¿Cómo estás?, ¿Te sientes mejor? —preguntó preocupada.

—Sigo sin creer que mi hermano mayor ya no esté... Hace pocos días el estaba almorzando aquí en la casa y ahora... —sin pensarlo, dejó caer varias lágrimas, de inmediato se limpió el rostro. -Lo siento...

—No te preocupes, Kyōjurō-san no quisiera verte deprimido de esta forma, así que. —antes de terminar, el menor la interrumpió.

—¿Viene a ver a mi padre?

—Tengo algo que decirle, ¿Está en casa? —el tema de su hermano mayor todavía le era difícil de tratar por lo que Shinobu decidió ya no cuestionar más al respecto.

Bajó su mirada triste y asintió. —Padre está en su habitación, ha estado viendo el jardín toda la mañana.

—Ya veo, iré a hablar con él.

—Está tomando alcohol, no creo que deba hablar con él ahora. —sugirió Senjuro.

—Desde que trabajé con él, siempre estaba bebiendo, estaré bien. —dicho esto, se adentró a la casa de los Rengoku's.

—Kochou-san... —habló en voz baja el rubio.

🔥❄

Caminó hacia lo que creía era la habitación principal de la casa, afortunadamente la encontró rápido.

—Con su permiso. —la pelimorada deslizó la puerta, se adentró al cuarto y cerró la misma tras de sí. —Shinjuro-san. —llamó cuando vio al hombre sentado observando el árbol donde su hijo mayor solía entrenar con la espada, sujetaba firmemente su botella de alcohol demostrando que en cualquier momento daría un enorme sorbo para sumergirse en la embriaguez.

—¿Hm? —se giró para ver a la cara la persona que lo había llamado. —¿Qué necesitas? No estoy de humor para nada.

—Se trata sobre Kyōjurō-san, verá...

El mayor la interrumpió sin descaro alguno. —¡Ya estoy harto sobre eso! Si vas a darme las mismas palabras de pésame, no quiero escuchar esa mierda.

—Lo respeto mucho, Shinjuro-san, pero no creo que usted sea el indicado para recibir dichas palabras. —los ojos del Pilar del insecto se mostraban fríos, no se dejaría intimidar por nadie.

Aquello sin duda había dejado en silencio al expilar. —¿Qué quieres entonces?

Suspiró, ya se le había olvidado que tratar con él era difícil y más porque Kyōjurō era muy accesible y fácil de tratar, más que nada por su amabilidad:

ArrepentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora