Capítulo 19: El hubiera en las palabras

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Senjuro observó al chico que lo llamaba, él no lo conocía y por lo que dijo, era obvio que era conocido de su hermano. Se veía mal.

—¿Eres Senjuro, verdad? —entre jadeos de agotamiento preguntó Tanjirō. —El hermano menor de Rengoku-san.

—Sí, soy su hermano. —se confundió un poco, hablar con otros le servía para distraerse pero no esperó algo como eso.

—Yo quiero decirte las últimas palabras de tu hermano. —miró directamente a los ojos al más bajo, tenía la necesidad de contárselo por el bien de ambos hermanos. —Por cierto, mi nombre es Kamado Tanjirō.

—¿Las últimas palabras de mi hermano? —se sorprendió, ya había recibido muchas palabras de pésame pero nada como lo que quería decir el pelirrojo.

De pronto, el mayor de los Rengoku apareció, tenía las intenciones de comprar más alcohol pero al salir, se topó con el chico que portaba los aretes de carta Hanafuda hablando con su hijo:

—¡Lárgate de esta casa! —gritó enojado mientras señalaba a ambos chicos. —¡Solo vas a decir idioteces sobre él, ¿Verdad?! Él murió por su culpa, ¿Quién le dijo que se convirtiera en cazador de demonios a pesar de ser tan inútil? Kyōjurō era realmente un estúpido. —insultó con odio, algo dentro de sí le decía que se detuviera, que no dijera cosas horribles de su hijo, sin embargo, él continuó sin importar que Senjuro se pusiera mal y, que sobre todo, insultara la memoria de su primogénito.

Consternado, Tanjirō observó como el más bajo se aguantaba las ganas de llorar bajo esfuerzos nulos.

No lo entendía, ¿Por qué el padre de Rengoku-san era una persona despreciable?, Rengoku-san era completamente lo opuesto a su padre, él era amable y una gran persona que ponía a los demás sobre sus propios intereses.

Ambos, cazador y ex-cazador se pusieron a discutir, sin embargo, la gota que derramó el vaso para Tanjirō fue el hecho de que Shinjuro golpeara a su propio hijo delante de él sin motivo aparente.

Kamado estaba seguro de que Rengoku-san no hubiera permitido tal acto por lo que, enojado, expresó:

—¡Ya cállate viejo de mierda! —jamás se había enojado a ese grado, no permitiría que nadie insultara a Rengoku-san ni a su hermano menor.

🔥❄

La noche anterior, dentro del culto del "Paraíso eterno", Douma se encontraba sentado viendo a la nada con una sonrisa.

Se puso de pie y sin chistar, caminó hacia la salida siendo detenido por una mujer que lo llamaba.

—¿Va a salir, Douma-sama? —se extrañó la mujer, era raro que su superior saliera.

El peliplata sonrió y giró su cabeza para ver a la chica. —Sí, tengo algo importante qué hacer, no te preocupes, te traeré una piedra de recuerdo. —bromeó.

—Douma-sama... —dicho esto, lo vio salir del lugar.

A toda velocidad, la Segunda Luna Superior se dirigía al sitio donde su queridísimo amigo había peleado con varios cazadores. Iba en dirección al tren que se había descarrilado.

Cuando llegó, se percató de que no olía la sangre de ningún demonio y era obvio, el sol se había encargado de deshacer todo rastro que tuviera que ver con cualquier ser de ese tipo.

Recorrió el lugar y se detuvo justo en donde parecía que había estado un enorme charco de sangre, al instante la reconoció.

—Huele a ese cazador. —sonrió con lástima. —Así que Akaza-dono ha matado al amor de su vida. —negó con la cabeza derramando lágrimas de sus hermosos ojos. —De seguro está devastado, lo invitaré a comer o a tomar alcohol para que se anime y... —se detuvo antes de terminar su oración ya que el olor de la sangre lo distrajo.

Respiró profundo para reconocer el olor y estar seguro, sí, no se equivocaba. —Esta sensación por el olor es... Pobre tipo, murió esperando un hijo. —de la nada, abrió los ojos sorprendido, admitía que no se esperaba algo así. —Este olor es una combinación entre un humano y un demonio.

Se quedó pensativo por unos segundos hasta que su sonrisa se amplió de mejilla a mejilla. —Que inesperado, Akaza-dono ya no es virgen y sobre todo, embarazó a un cazador, ¡A un humano!

Colocó una de sus manos en su barbilla para pensar, los donceles eran escasos pero sumamente deliciosos, si no hubiera sabido que Akaza estaba enamorado de ese cazador con condición de doncel, probablemente hace mucho tiempo lo hubiese devorado por completo.

—De todas formas, no sabía que un demonio podía embarazar a un humano, esto sí que es interesante. —dicho esto, se alejó del lugar puesto que no faltaba mucho para el amanecer. —Me hubiera gustado conocer su sabor.

🔥❄

Senjuro escuchó lo que Tanjirō tenía que decir, sinceramente, escuchar las últimas palabras de su hermano le provocó que se sintiera mejor.

Su hermano mayor no le odiaría por no seguir con la tradición familiar, es más, él esperaba que fuera feliz sin importar el camino que tomara. Aquello era un alivio para su corazón.

—Senjuro-kun, antes de regresar a la finca mariposa me gustaría preguntarte algo. —estaba curioso, no lograba entender como un hombre podía quedar embarazado.

—¿De qué se trata?

—Tu hermano, tenía el olor de una mujer embarazada y no me explico cuál es la razón. —desvió la mirada, esperaba no fuera una pregunta incómoda.

—¿No lo sabes, cierto? —sonrió con tristeza. —Mi hermano mayor era un doncel; los donceles pueden quedar embarazados a pesar de ser hombres.

—...

—Nadie lo sabía a excepción de pocas personas incluido el patrón, así que no te preocupes por eso.

—Ya entiendo, espero no haberte incomodado. —se disculpó el pelirrojo y con ello, había aclarado sus dudas acerca del difunto Pilar del Fuego.

🔥❄

—Si estamos todos reunidos en la fortaleza infinita, ¿Significa que una Luna superior fue asesinada? —se dijo Akaza mientras observaba los alrededores del lugar para verificar quién ya había llegado.

—¡Akaza-dono, es un placer verte de nuevo!, ¡Me alegra que estés vivo!—Douma se acercó hacia el pelirrosa para invadir su espacio personal como le era costumbre con su mejor amigo. —Tengo algo muy importante que decirte.

ArrepentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora