Capítulo 33: El inicio de nuestro recuerdo

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Todo había terminado, los demonios finalmente habían desaparecido y Kibutsuji Muzan ya no era una amenaza. Los caídos podrían descansar en paz.

Los demonios ya no existían, solo había uno sobre la faz de la Tierra pero dicho ser era bueno y se dedicaba a realizar obras de arte.

No había peligro.

🔥❄

—¿Entonces? —un hombre de rostro amable cuestionó con los ojos llenos de emoción. —¿Son... Son dos?...

—Así es, señor. —la doctora sonreía hacia el hombre que tenía enfrente. —Felicidades, es padre de un par de gemelos.

—¡Ay, Dios mío! —gritó con entusiasmo, su felicidad no tenía cabida. Era el hombre más feliz del mundo.

—Señor Soyama, le recuerdo que estamos en un hospital, por favor, guarde la compostura. —regañó la doctora con una sonrisa y con el ceño levemente fruncido. —El enfermero lo llevará a la habitación con su esposa e hijos.

—¡No puedo esperar!

Con amabilidad, el enfermero habló:

—Es por aquí, sígame, por favor.

Ambos hombres caminaron hacia la habitación y en cuanto el padre de aquellos gemelos pudo observar a su esposa e hijos sanos y salvos, no pudo evitar llorar de felicidad.

—¿No son hermosos? —la mujer cargaba en cada brazo a los niños. —Son hombrecitos...

Sin pensarlo, el señor Soyama se acercó hacia su esposa e hijos para ayudarla a cargar uno.

—Son gemelos pero tienen distinto color de cabello... —comentó en broma.

—Será más fácil reconocerlos por separado. —la mujer le siguió el juego. —El de cabello rosa, ya elegí un nombre para él.

—¿En serio? —preguntó algo incrédulo. —¿Cuál es?

—Akaza... Creo que es el nombre adecuado para él.

—Akaza. —repitió el hombre. —Por alguna razón me suena el nombre pero sí ya lo decidiste, Akaza será.

—Tu escoge el nombre del otro. —con dulzura, habló la mujer.

—¿Segura? —en cuanto vio como su esposa asentía con la cabeza, prosiguió. —En ese caso, me gusta el nombre de Hakuji.

—Bienvenidos, Akaza y Hakuji. —la mujer habló con ternura mientras observaba como su marido contenía las lágrimas, era muy sentimental.

🔥❄

—¿Akaza? —el papá del nombrado buscaba al pequeño pelirrosa en su habitación. —¿Qué sucede? —lo encontró sentado en una esquina del cuarto cubierto de cobijas desde los pies hasta la cabeza, como si quisiera ocultar algo.

—No es nada... —exclamó silenciosamente.

—¿No estás feliz por cumplir 5 años? —con cautela el hombre se acercó. —¿No te gusta tu fiesta?

—...No es eso...

—¿Entonces?

—No quiero ver a nadie. —el pequeño Akaza dijo seriamente, tanto que le heló la sangre a su padre. Aquello no era normal.

El mayor suspiró cansado. —De acuerdo, te traeré comida pero si quieres bajar, serás bienvenido; estoy seguro de que te divertirás. —sonrió y salió de la habitación.

ArrepentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora