—Necesito hablar contigo, padre. —Kyōjurō habló con seriedad, ni siquera estaba ese tono en su voz de "pasión y emociones positivas" lo cual en cierto punto había llamado la atención de Shinjuro.
—Si es sobre los cazadores, no quiero saber nada. —El mayor sentenció con dureza sin siquiera dirigirle la mirada a su hijo mientras veía el jardín.
—No es sobre eso, padre... —Se sentó a unos cuantos pasos de la puerta. —Se trata de otra cosa...
—¿Entonces? —Cuestionó sin darle importancia. —Habla.
—¿Recuerdas lo que me dijiste aquella vez? —Kyōjurō estaba hablando con nostalgia, se notaba en su voz.
—¿Eh? ¿De qué estás hablando?
—Hablo acerca de la vez que me dijiste que tuviera cuidado con los pervertidos... —El menor habló desviando la mirada, no se enorgullecía de lo que había pasado y sobretodo, se avergonzaba de ello.
En ese momento, Shinjuro volteó a ver a su hijo con extrañeza ¿Acaso él...? ¡No! Kyōjurō ni siquiera le interesaba el sexo, es más, por lo que conocía de él y por su comportamiento, sabía perfectamente que su primogénito preferiría antes la comida que una noche de pasión.
—¿A dónde quieres llegar con esto? —el ex pilar decidió darse la vuelta para ver frente a frente a su hijo, algo andaba mal.
El menor respiró profundamente, "algo" de paternidad quedaba dentro de su padre. —Lo que pasa es que...
—¿Te has enamorado? —interrumpió Shinjuro ¡Eso era! Tal vez así su hijo dejaría de ser un cazador para formar una familia y así, dejaría de preocuparse por Kyōjurō.
—¿Qué? Padre eso no... —finalmente el más bajo entendió a qué se refería su padre. —¡¿Enamorado?!
—No me molestaría en absoluto que tu...
Kyōjurō lo interrumpió. —No estoy enamorado.
Shinjuro chasqueó la lengua en clara frustración. —¿Entonces por qué me recordaste aquello?
—Padre, no me interrumpas esta vez. —se armó de valor, apretó sus puños y finalmente sacó lo que tenía que decir. —No recuerdo nada de lo que pasó anoche y cuando me desperté me di cuenta que yo...
—¡Cierra la boca! —El ex pilar sabía exactamente a donde iba la conversación, no quería escucharlo.
—Padre...
—¡¿Sabes quién fue?! —estaba enojado, aunque no se haya tomado la molestia de educar a sus hijos por completo, sabía que ninguno de los dos era ese tipo de persona.
—No recuerdo nada. —Kyōjurō estaba confundido por la actitud de su padre, él esperaba una bola de insultos.
—Supongo que ya te revisaste. —Shinjuro miró fijamente a su hijo, el uniforme de cazador no dejaba ver ninguna marca. —¿Hubo?
El pilar del fuego bajó la mirada. —Eso me temo.
—¿Nadie más sabe que tu eres un doncel?
—Nadie más de las mismas personas están al tanto de mi condición. —El más bajo aclaró.
Shinjuro suspiró cansando, era un mal padre y lo sabía pero eso no quería decir que un loco podría tocar a sus hijos. —Kyōjurō. —llamó con más seriedad de lo habitual.
—¿Si, padre?
—Quiero imaginar que no has pensando en lo que te voy a decir. —señaló a su hijo y frunció más el ceño. —¿Ya pensaste en la posibilidad de quedar embarazado?
Vio la confusión en su hijo, había dado en el blanco. —Si es así ¿Qué vas a hacer?
Por primera vez Rengoku Kyōjurō no sabía que responder, no se había puesto a pensar en eso y lo peor de todo, ahora que era conciente de ello un temor dentro de sí se formó. Desconocía por completo la respuesta.
—No lo sé... Primero debo asegurarme de si estoy o no embarazado. —Habló con honestidad.
—... —El mayor observó de nuevo a su hijo, era la primera vez que lo notaba tan inseguro después de todo, lo que había pasado no era fácil de digerir pero aun así, estaba llevando la situación de buena forma. —Si es todo, vete.
Kyōjurō se levantó y se retiró de ahí, tenía mucho en que pensar. Por otro lado, Shinjuro meditaba que, si su hijo estaba embarzado y decidía tenerlo, estaba la posibilidad de que dejara de ser un cazador, pero si no era así, otra cosa sería.
Ya en la comedor, Kyōjurō comía como si no pasara nada, su hermano no tenía porqué enterarse. —¡Sabroso!
—¿De qué hablaste con padre, hermano? —cuestionó Senjuro mientras le servía más comida al mayor.
—No es nada de lo cual preocuparse. —le sonrió con normalidad aunque esa respuesta no había convencido a Senjuro por completo.
—Hermano, sabes que puedes... —Fue interrumpido porque el cuervo de su hermano había llegado.
—¡Reunión de pilares! ¡Dirígete a la casa del patrón! —exclamó el cuervo.
—Hablaremos después, Senjuro. —comentó Kyōjurō mientras se preparaba para salir.
—Sí, cuidate hermano. —Se despidió con una sonrisa amable.
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Arrepentimiento
Fanfiction¿Los demonios tienen sentimientos?, ¿Son capaces de sentir? Por primera en su larga vida como demonio, Akaza fue capaz de sentir y experimentar lo que los humanos llaman sentimientos.