El sol iba saliendo poco a poco iluminando los alrededores con la luz cálida de las mañanas y con eso, dejaba ver los rostros desechos de los cazadores de demonios.
Rengoku observó como el joven Kamado gritaba hacia la oscuridad del bosque defendiéndolo de la Tercera Luna Superior, admitía que eso lo reconfortó en su terrible derrota.
Al escuchar que Tanjirō expresaba fuertemente lo del embarazo, se sorprendió, ¿Cómo lo sabía? No solo eso, el chico identificó que su resultado era positivo solo con el simple hecho de olerlo ni siquiera necesitó realizar una prueba de embarazo para confirmarlo o para estar seguro de lo que decía, aquello era inesperado.
—Embarazado... —susurró para sí mismo mientras el pelirrojo lloraba desconsoladamente en la entrada de la arboleda.
Sonrió con derrota, embarazado o no eso ya no importaba, iba a morir en cuestión de segundos y si bien le iba, en varios minutos. Ya no había necesidad de decidir si quería tenerlo o no o, en su defecto, conocer los resultados de la prueba de embarazo para asegurarse. No obstante, estaba bien con no saber qué hacer.
Como pudo, respiró profundo y compuso su postura, si moriría, lo haría con dignidad. Al ver a Tanjirō y a los demás vivos, le hizo creer que al menos su muerte no sería en vano.
Nadie murió en su presencia.
—Joven Kamado. —Llamó al chico que no dejaba de llorar. —Si muero aquí, será mi derrota...
—Rengoku-san... —El pelirrojo atrajo su atención hacia el Pilar que no dejaba de sonreír pese a su situación.
—Ven aquí, tengamos nuestra última conversación. —Observó con ahora su único ojo bueno a Tanjirō acercándose a él.
Entre varios sollozos, el pelirrojo se acercó hacia el Pilar y se acomodó frente a él para escuchar lo que tenía que decir. El brazo de Akaza que había atravesado el plexo solar del rubio comenzaba a desintegrarse y con ello, la sangre no dejaba de salir.
Intentó convencer a Kyōjurō para detener el sangrado utilizando su respiración pero él se negó, no había forma de salvarlo y ambos lo sabían.
—Rengoku-san, por favor, no siga, guarde energías, pronto vendrá la ayuda y su futuro hijo y usted estarán bien. —habló con lágrimas en los ojos moviendo sus manos al frente en señal de que ya no sabía qué hacer. No dejaba de temblar.
Sonrió con lástima, era obvio que Tanjirō no sabía cómo se habían dado las cosas aquella noche donde perdió su virginidad y, que por azares del destino quedó embarazado esa misma noche. —No te preocupes, joven Kamado, yo tampoco sabía que estaba esperando un hijo, de hecho, es una sorpresa que tu lo sepas antes que yo.
—Pero...
—Aunque se pudiera hacer algo, ya no queda tiempo... —La voz del Pilar comenzaba a sonar cada vez más apagada, su vida se estaba desvaneciendo. —Ve a mi casa, ahí encontrarás la información que buscas...
De ahí en los próximos segundos, Tanjirō solo se dispuso a escuchar a Kyōjurō mientras se resistía a llorar para no interrumpir al mayor en sus últimos momentos de vida.
Con una sonrisa tranquila y honesta, Rengoku pronunció sus últimas palabras hacia el joven Kamado. —Yo realmente creo en ti, con todo mi corazón, creo en ti...
Tanjirō ya no pudo soportarlo y comenzó a llorar tapando su rostro con su mano siendo observado por Kyōjurō que poco a poco iba perdiendo el brillo en sus ojos, señal de que estaba a menos de un paso de morir.
Rengoku observaba como su vista se iba tornando borrosa, ya no tenía nada qué decir por lo que solo estaba esperando su muerte con una sonrisa.
Fue ahí cuando la vio con una claridad asombrosa, pudo dilucidar a su madre a pocos metros de distancia de donde se encontraba, se sintió nervioso de que tan solo no haya cumplido su promesa con ella.
Sin embargo, al preguntarle a su madre sobre eso y recibir una respuesta positiva, pudo dar una última sonrisa llena de paz y tranquilidad.
—Hiciste un trabajo asombroso. —dijo dulcemente la mujer.
—Madre... —y con ese último susurro, finalmente su vida se había desvanecido.
Esa mañana soleada, Rengoku Kyōjurō, el Pilar del Fuego, había fallecido.
ESTÁS LEYENDO
Arrepentimiento
Fanfic¿Los demonios tienen sentimientos?, ¿Son capaces de sentir? Por primera en su larga vida como demonio, Akaza fue capaz de sentir y experimentar lo que los humanos llaman sentimientos.