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Las personas aplaudieron con gran fuerza.

Jimin también lo hizo, mientras Jungkook a su lado chiflaba.

― ¡Que hermoso! ― exclamo Jimin, mirando como Baek y Chan se daban un beso. Ambos se casaron y eso era magnifico, aunque Jimin ya sabía que había algo entre esos dos desde hace años, la boda lo tomo por sorpresa, pero fue tan feliz la noticia.

― Esto ya lo sabias ¿Verdad? ― le pregunto Jimin a Jungkook. Ambos estaban parados entre el pequeño público que había asistido a la boda.

― Nadie se puede esconder de mí, Jimin-ssi ― le contesta Jungkook rosando sus labios suavemente con la oreja de Jimin, produciéndole pequeñas cosquillas.

― ¡Jungkook! ― exclamo Jimin pegándole en el pecho, aunque no pudo esconder la risita.

― Me alegro por ellos ― comento Jungkook, mirando a su hermano.

Jimin asintió, porque era cierto, ambos chicos se miraban radiantes sonriendo y aunque muchos no aprobaban que fuera un brujo y un vampiro, no había nada que ellos pudieran hacer para impedirles a Chan y Baek amarse.

El celular de Jimin comenzó a vibrar en su pantalón a lo que el muchacho desconcertado lo tomo y miro el nombre de su mamá en una llamada entrante. Jungkook observo el nombre y le dio un asentimiento para que fuera a contestar. Jimin se alejó hasta el borde del enorme patio de la casa de los Jeon, debido al bullicio de las personas que se congregan para felicitar a los novios.

― ¿Mamá? ― contesto Jimin, mirando al suelo.

― ¡Jimin! ¿Dónde estás? Eso parece una fiesta ― comenta la mujer feliz ― ¿Qué crees? Ya que mañana es viernes pienso viajar por la tarde para ir a visitarte, despues de que el psiquiatra decidiera reducirte la medicina has tenido pocos viajes a Seúl, por eso he decidido ir a verte para conocer a las personas que te rodean y para comprobar por mí misma que estas bien.

― Mamá, no hay necesidad que vengas ― dice Jimin, mordisqueando su labio sin saber que decir para evitar que su madre llegue a Hajoon. Aunque el clan enemigo haya partido, no quería decir que en verdad estaban fuera de peligro y eso era lo que más le preocupaba a Jimin. Que su madre se viera involucrada ―. Si querias podía tomar el tren mañana para visitarte, además de que te vas a aburrir aquí en Hajoon, no hay nada que hacer, en cambio en Seúl hay muchos lugares ¡Había un nuevo restaurante de comida mexicana en el centro! Se está volviendo popular y

― ¡Nada de eso! ― exclamo la mujer, irrumpiendo a su hijo ―. Voy a ir a verte y punto. Si tanto quieres comida mexicana bien podemos comprar lo necesario para crear un platillo exquisito. Además, sería un desperdicio que cancelara todo cuando pedí permiso en mi trabajo y llene el tanque de mi auto para hacer un viaje hasta allá.

Jimin bufeo, sabiendo lo terca que podía ser su madre, ya que, de ella fue de quien heredo esa terquedad.

― Esta bien mamá ¿A qué hora llegaras? ― le pregunto Jimin, derrotado.

― Como las seis de la tarde y no te preocupes. Me quedare en un hotel en el pueblo ― le explico la mujer ―. Por favor, solo avísale a Ken que llegare mañana. Te amo, hijo, hablamos luego.

― Claro, mamá, te amo más ― dijo antes de colgar.

Jimin guardo su celular y comenzó a masajear sus sienes porque su madre sería una metiche en todo, pero la debía recibir bien. Volvió a tomar su celular para marcar el número de la casa, porque sabía que su hermano y su padre jamás contestarían sus celulares. Tuvo que marcar dos veces hasta que por fin le contesto su hermano.

― ¿Qué quiere? ― contesto enojado Soobin. A lo que Jimin quedo indignado por la forma de contestar un teléfono. Ahora entendía por qué a los del hospital cuando tuvo su accidente les costó comunicarse con su padre, ya que ninguno de los dos se dignaba a contestar un porquería de teléfono.

Sucker for you (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora