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Jungkook seguía contemplando el cuerpo de Jimin cuando su hermana Rose entro a verlo.

― Jungkook, necesitamos comenzar con el entierro ― comento la chica, intentando ser suave ―. Debemos hacerlo e irnos, no podemos quedarnos aquí tanto tiempo. Lo sabes y Jimin no le gustaría que su familia siga corriendo peligro. Se sacrificó por ellos.

― Vete ― logro susurrar Jungkook, para seguir mirando a Jimin.

Escucho la puerta cerrarse y él volvió a estar solo.

Sabía que debía moverse, llevaba dieciséis horas encerrado mirando el cuerpo de Jimin, no se había alejado de su lado desde el momento que llego hasta el accidente. Cuando lo vio tirado en medio de la carretera con su hermano sosteniéndolo mientras lloraba al igual que su madre.

No se sintió mal al momento de arrebatarlo a su familia, simplemente lo sostuvo contra su pecho y lo comenzó a revisar, no tenía pulso y su piel se tornaba fría cada vez más. Había corrido hasta Yoongi y Baekhyun pero nada podían hacer despues de que ya había pasado mucho tiempo, inclusive lo mordió varias veces pero, el veneno en vez de entrar se escapaba de su cuerpo, porque lo que el veneno necesitaba era un cuerpo vivo para poseer. Se rindió cayendo de rodillas, Ken había entrado gritando y arrebatándole el cuerpo de Jimin, poco despues entraron los demás.

Lo primero que hizo la familia de Jungkook fue amarrarlo, sabían que intentaría tomar venganza tan rápidamente y aunque tuvo un ataque de ira en un principio, poco a poco fue perdiendo las fuerzas hasta que su furia se convirtió en tristeza y llanto. Lo habían soltado despues de un tiempo y Jungkook se subió a una mesa donde desde allí se quedó contemplando a Jimin. Ni siquiera se fijó como Baek entro cambiando y limpiando a Jimin con un chasquido, luego se retiró para dar paso a sus familiares que llegaron a llorar y despedirse de Jimin.

Muchos creerían que un vampiro no tendría sentimientos, aun menos los viejos vampiros que tienen una mayor experiencia con la perdida de familiares, sin embargo Jungkook tenía mucho sentimiento porque aunque su familia entraba dentro de su corazón y ocupaban un espacio en este, solo habían dos personas que llegaron a conquistarlo por completo: Mathew y Jimin. Ahora perdía por completo a las dos personas que amo. Sentía por completo como quedaba vacío, porque le arrebataban a otra persona que amaba y que lo amo, un periodo cortó que ahora atesoraría por el resto de su vida.

Al principio Jungkook se sorprendió que no se dejara llevar por el ataque de ira y descontrol como le sucedió con Mathew, pero sabía que con Jimin tenía un compromiso, debía vengar su muerte, sin embargo debía ser más listo que su enemigo si quería acabar con él. No iba a ser sencillo, pero sería paciente y estaba decidido.

Jungkook se levantó por fin del lugar donde había estado y se acercó hasta Jimin que parecía dormido. Le habían colocado un traje gris y peinado su cabello resaltando sus hermosos rizos que se le formaban. Estaba precioso como siempre, no obstante el corazón de Jungkook se rompió por completo cuando coloco su mano en la mejilla de Jimin y la encontró fría.

Jamás volvería a ver esos ojos alegres y vivarachos que le alegraban su día por completo.

― Pequeño Jimin-ssi, por favor, abre tus ojos ― le pidió Jungkook, mirando atento el bello rostro de Jimin. Esperando esperanzado algún movimiento ―. Cumple mi capricho y prometo protegerte, jamás dejarte o abandonarte. Te hare sonreír todos los días de tu vida. Solo abre tus preciosos ojos, amor mío, con una palabra tuya me tienes de rodillas y si pudiera daría mi vida por ti. Vuelve.

Jungkook espero unos eternos minutos, pero Jimin no se movió.

Con la mano temblorosa Jungkook se acercó para acunar el rostro de Jimin, primero le dio un beso en sus labios, luego otro en ambos cachetes, en sus parpados y por último se fue hasta las manos. Vio el brillante anillo de plata y se lo quito. Luego se acercó de nuevo hasta su rostro y planto un beso en su frente, cargándolo con todo el amor posible.

― Te amo, pequeño, lo hago y no dejare de hacerlo. Me arrepiento tanto de no habértelo dicho cuando podías responderme, pero juro repetírtelo hasta el cansancio cuando te vuelva a ver. Pronto volveremos a vernos, espérame ― le pidió Jungkook, antes de agacharse para tomar el cuerpo de Jimin entre sus brazos por última vez. Camino fuera del congelador, todos los presentes en la sala lo vieron salir y caminar hasta el ataúd blanco esperando en medio de la sala.

Fue directo hasta el ataúd donde deposito con gran delicadeza a Jimin, luego lo acomodo tiernamente y por ultimo le acaricio los cabellos rebeldes que tanto amaba, luego se alejó.

Soobin era sostenido por Lisa, ambos lloraban pero ella era quien lo alentaba a no derrumbarse, dejaron flores en sus manos y cada uno se despidió. Pasó Ken acompañado por Yoongi, le dejaron una bella corona de flores en los cabellos. Por ultimo Danbi iba con Rose, esta última fue quien se encargó de ponerle varios anillos, cada uno representa una persona en la vida de Jimin.

Pasaron al jardín donde estaban los demás familiares, entre ellos Tae con J-hope que también se acercaron a despedirse de Jimin. Se habían reunido la familia Kim y Jeon para despedir a Jimin. Fueron los Kim quienes se ofrecieron a cargar el ataúd cuando la madre de Jimin lo cerró. Seokjin, Namjoon, Taehyung y J-hope cargaron con facilidad el ataúd y todos caminaron hasta el pequeño lugar donde descansaría Jimin.

Rose se había encargado con Chanyeol, Minho y Baek de acomodar el pequeño lugar que estaba en el borde del jardín donde había una enorme piedra grisácea, se habían encargado de plantar varias flores hermosas alrededor del agujero. Se pudo escuchar con mayor intensidad el llanto de la familia de Jimin cuando comenzaron a echar la tierra sobre el ataúd.

Jungkook apenas pudo escuchar las palabras de Yoongi, simplemente se quedó mirando al ataúd blanco desaparecer y luego a todos los asistentes poner flores sobre la tierra fresca.

Querido y amado hijo, hermano, amigo y novio

Jungkook habría deseado que lo último fuera Esposo, pero jamás se casaron y no lo pensaban hacer porque sabían que estaba muy joven Jimin.

Faltaba un mes para que cumpliera dieciocho.

Jamás lograra ser doctor y ayudar a las personas, jamás cumplirá todos sus sueños o podría conocer el mundo. Todo se había acabado.

Las manos de Jungkook sostenían un enorme ramo de rosas blancas, eran veinticuatro rosas blancas que le costó conseguir, pero gracias a su hermana lo tenía. Se agacho colocándolas junto a las demás flores, todo el mundo lo miraba atento. Jungkook tomo un poco de tierra en sus manos y la acerco hasta un pequeño saquito color rojo que tenía, metió la tierra y la guardo en su pantalón. Luego el anillo de plata lo saco, las iniciales JM brillaron contra el brillante sol, Jungkook se colocó el anillo junto al suyo y lo miro por un segundo antes de tomar una bocanada de aire.

Había hecho una promesa Voy a detenerlos, pensó. Luego se giró alzando los hombros y enderezando su espalda, se acabaron las lágrimas, debía moverse y evitar que mataran a más personas.

― Quiero a todos en los autos en menos de diez minutos ― ordeno Jungkook, a los Jeon y Kim, presentes ―. No podemos dejar que nos hagan ir a otro funeral, que la muerte de Jimin sea la última y nos haga sacar las fuerzas para no rendirnos. Vamos, debemos llegar a Busan.

Todos asintieron, sabía lo que Jungkook quería decir, no querían rendirse y debían seguir.

― Por Jimin ― dijo fuerte y claro Ken.

― Por Jimin ― dijeron los demás antes de comenzar a moverse.

Sucker for you (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora