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― ¡No salgas! ― le grito su hermano Soobin a Jimin antes de salir en dirección al instituto.

Jimin suspiro antes de dejarse caer contra el sillón de la sala cubriendo su rostro con sus diminutas manos. Había llamado a su padre para avisarle sobre el incidente antes de que se alterara, después llamo a Tae para avisarle que estaba bien y justo cuando iba a entrar a su casa se topó con su hermano que lo estrecho entre sus brazos, estaba a medio vestir. Lo habían llamado de urgencia para ir a ver el accidente.

Por eso Jimin odiaba tanto su poder.

No quería vivir así su vida, siempre estando detrás de las personas a las cuales ve que sufrirán algún daño. Su conciencia no se lo puede permitir por lo débil que es.

Con un gruñido se levantó del sillón y fue hasta la cocina donde tomo un vaso con agua. La cabeza le palpitaba y deseaba una aspirina. Se encamino hacia las escaleras cuando escucho el timbre de la casa, con una ceja arqueada y aun con el vaso medio lleno de agua se dirigió a abrir.

Jungkook al ver a Jimin abrir la puerta se adentró en la casa sin ser invitado haciendo a Jimin gritarle en protesta.

― ¿Qué te pasa? ― le soltó Jimin, cerrando la puerta y dejando en la mesita su vaso.

― ¿Cómo sabias que iba a pasar el accidente? ― le espeto Jungkook, su cara estaba seria, sus labios apretados e igual sus manos ― ¡No me engañes!

Jimin se estremeció y luego se regañó mentalmente por ser tan débil. Se paró firme, aunque su corazón estaba desbocado en su pecho.

― Haber, a mi háblame bien ― le suelta Jimin cruzando sus brazos ―. Fue una coincidencia, además ibas distraído al frente.

― ¡Que coincidencia! ― Suelta Jungkook, burlón ―. Tu auto estaba estacionado del otro lado ¿Sabías que iba a pasar el accidente o me estabas siguiendo?

Jimin trago el nudo en su garganta, sacando su lado testarudo y encarando al vampiro.

― ¿Siguiéndote? ¡Ha! ¿Qué porquería te fumaste?

Jungkook estaba realmente molesto, no le importo nada y estampo a Jimin contra la puerta tomándolo del cuello para obligarlo a que se fijara en sus ojos.

Me vas a decir la verdad ― susurro Jungkook, usando su hipnosis y su voz seductora ―. Habla, pequeño.

La presión en el cuello de Jimin lo dejaba inmovilizado contra la puerta, no le llegaba a cortar la respiración, sin embargo no era la mejor sensación para respirar. Se había quedado momentáneamente hechizado con los ojos de Jungkook, que repentinamente habían cambiado a un negro profundo, la sensación que Jimin experimento por un momento fue la de caer por un vacío, su mente le pedía dejarse llevar. No obstante cuando estaba por caer en el hechizo, parecía que todo volvía a la normalidad, como si alguien lanzara un balde de agua fría sobre él.

Jimin alzo su rodilla pegándole a Jungkook en la ingle.

Las manos de Jungkook dejaron de hacer presión en el cuello de Jimin y esta cayó al suelo.

― ¿Pero qué jodido te pasa? ― le pregunto Jimin tosiendo y tocando su cuello con una mano.

Jungkook se había alejado, no solo por el golpe que fue como si alguien le hubiera dado una palmadita, sino por la impresión de que Jimin se defendió, estando bajo su hechizo. Era algo imposible.

― ¿Cómo? ― tartamudeo Jungkook, alejándose de Jimin un par de pasos.

― ¡Lárgate! ― le grito Jimin parándose y abriendo la puerta ―. Fuera de mi casa, demonio.

Sucker for you (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora