— Víctor, Víctor, Víctor. — Iba repitiendo su nombre mientras tocaba sus costillas con mi dedo índice. — Hazme caso, Víctor.
— Ava. — Advirtió con voz cansina. — Creo que es suficiente.
— Víctor, deja el maldito teléfono y préstame atención. — Me quejé.
— Ya estoy terminando, espera un poco. — Continuó enviando mensajes.
Era un mentiroso, me había quedado observándolo para ver si dejaba de escribirle a quien quiera que fuera pero no. Cansa de ser ignorada y queriendo molestar un poco, le arrebaté el teléfono y lo guardé en uno de los bolsillos traseros de mi pantalón.
— ¡Ava! — Saltó, intentando recuperar su teléfono. — Devuélvemelo.— No, me ignoras. — No se lo iba a dar. — Almorzaremos, hablaremos y luego podrás volver con tus niñitas.
— ¿Celosa? — Preguntó burlesco. — Si lo que quieres es que te bese solo tienes que pedirlo.
— No querido, no es lo que quiero pero gracias por tan barata oferta. — Comenzó a reírse como un demente.
— No sería la primera vez que nos besaríamos. — Me recordó.
— No pasará, aquello fue un accidente y lo sabes. — Lo señalé, advirtiéndole de una posible colleja.
— Algún día volveré a girar la cabeza cuando vayas a besar mi mejilla. — Aseguró.
— Claro que sí, Víctor, claro que sí. — Dejó de hablar sobre ese incómodo incidente y cambió el tema para informarme sobre quién era su nueva víctima amorosa.
Pobre chica, no sabía en qué y con quién se estaba metiendo.Amaba a mi mejor amigo pero él no era muy bueno con las chicas, les hablaba y les decía que eran especiales para nada. Víctor no quería tener ningún tipo de relación, ya fuera sentimental o física. Él quería mantener las distancias por un tiempo porque la chica de la que había estado enamorado le había fallado hacía relativamente poco. Ellos habían estado saliendo por unos meses pero lo había dejado para irse con el chico que siempre había presentado como “su primo”.
— Si no vas a salir con ella, entonces no la ilusiones. — Lo reñí.— No estoy haciendo nada, Ava. — Suspiró. — Es solo que… Carolina es agradable pero no estoy preparado para tener algo serio y no sé cómo decírselo sin herir sus sentimientos.
— Simplemente dile, sé sincero con ella pero hazlo antes de que se haga falsas ilusiones. — No quería tener que lidiar con otra chica que lloraba mientras me culpaba por “su relación fallida”.
Mientras mi cabeza se iba hacia el terrible recuerdo de las más de cinco chicas que me habían hecho pasar aquello, mi teléfono comenzó a vibrar.
Mansajes de texto— ¿Mañana en la biblioteca? — Preguntó el Sr. P.
— ¿A qué hora? — Necesitaba saber la hora exacta para poder preguntar.
— A las tres y media. — Respondió.
— De acuerdo. — Esperaba que me dieran permiso.
Fin de los mensajes
— Porqué tú sí puedes enviar mensajes de texto y yo no. — Se quejó mi amigo.— Porque para empezar, yo sí te escucho cuando hablas y en segundo lugar, porque yo no estoy hablando con alguien que podría eclipsarte o enamorarse de mí. — Él bufó y continuó comiendo.
Víctor sabía que tenía razón y por eso no me había discutido nada.
— ¿Con quién estás hablando? — Preguntó, luego de unos minutos.— No lo sé. — Alcé los hombros para restarle importancia. — No sé su nombre.
— ¿Le escribes a un desconocido? — Todo rastro de amabilidad desapareció de su rostro. — Eso es peligroso, Ava.
— Es un chico de esta misma escuela y me va a ayudar a estudiar, justo aquí. — Él podía ser muy protector cuando quería. — Quédate tranquilo.
— Si te hace algo solo avísame y me encargaré. — Asentí repetidas veces y lo abracé, tal vez por eso todos pensaban que éramos pareja.
Víctor se había ofrecido a llevarme a casa porque ese día no tenía entrenamiento de atletismo, cosa que agradecí. Me gustaba caminar pero no todo el tiempo y aquel era uno de esos días en los que no quería moverme más de lo necesario.Cuando el auto se detuvo al frente de mi casa, me bajé rápidamente para evitar que papá lo viera. A papá no le caía mal mi amigo pero desconfiaba de él porque pensaba que era mi novio a escondidas.
— Señores Falcom, tengo mi teléfono. — Lo alcé sobre mi cabeza como si de un premio se tratara. — Y un tutor con el que me reuniré mañana, si me lo permiten. — Seguí hablando, utilizando voz de comercial.— Muy bien. — Mamá asintió sonriente. — ¿Quién es? ¿A qué hora?
— El chico del teléfono y a las tres y media. — Papá dejó de hacer todo lo que hacía para fijar su mirada en mí.
— ¿Cómo se llama? — Preguntó, alzando la ceja.
— Eso es una muy buena pregunta…— Me reí. — A la que no tengo respuesta.
— ¿No sabes su nombre? — Preguntó con el ceño profundamente fruncido.
— Nop. — Murmuré. — Pero no importa, será en la escuela.
— Ten cuidado. — Él no se veía para nada vez pero no podía hacer nada, el Sr. P me iba a ayudar a estudiar y eso era lo que importaba.
— Sí papá. — Asentí repetidas veces. — Por cierto… ¿Puedo trabajar?
— ¿Trabajar? — Preguntó mamá. — Cariño, aún no creo que estés preparada para eso.
— Lo sé pero me estoy esforzando y me gustaría tener mis propios ahorros. — Papá había vuelto a mirarme.
— Si tus notas mejoran, lo que quieras. — Volví a asentir.
Después de un leve intercambio de palabras, subí a mi habitación para dejar mis cosas y darme un baño. En mis planes no estaba tardarme más de lo necesario pero fue lo que sucedió, después de un aproximado de treinta y un minutos, salí del baño y me dejé caer sobre la cama.
Pov Sr. PEstaba exhausto pero no podía descansar, ni siquiera podía cerrar los ojos durante un par de segundos. Constantemente me preguntaba si ella había sincera y no había buscado en mis cosas aunque claro, por su reacción podía intuir que no mentía. Sin embargo, no podía estar cien por ciento seguro porque podía ser una muy buena mentirosa.
— No, ella no pudo haber revisado mi teléfono. — Murmuré para mí mismo. — Si lo hubiera hecho su reacción habría sido distinta, estoy seguro de ello.
Estaba seguro de que no habría estado tan tranquila o al menos eso creía. Esperaba que su reacción fuera diferente.

ESTÁS LEYENDO
Todos tus Mensajes© AEL #3 [BORRADOR]
Romance💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe su copia o adaptación.💫 •Tercer libro de la trilogía AEL.• •No es necesario leer los primeros dos libros pero si deseas conocer ciertos detalles, te lo recomiendo.• Las mujeres Da...