16

460 55 1
                                    

Cinco minutos, una llamada y papá caminando cada tanto a mi alrededor. No sabía qué iba a suceder primero, que Daven llamara o que papá preguntara qué estaba esperando.
 
— Seth… — Mamá se asomó por la entrada principal. — ¿Qué haces?

— Me vigila. — Lo acusé.
 
Me había quedado recostaba en el auto para tener un poco de privacidad pero a papá no le había importado. El Sr. Falcom se había quedado en el marco de la puerta, observándome con desconfianza.
 
— ¿Por qué? — Preguntó ella.

— Tu hija va a hacer algo e intento saber qué antes de que lo haga. — Murmuró.

— Ay, por favor…— Rodeé los ojos. — Solo voy a hacer una simple llamada.

— ¿Para qué necesitas estar tan lejos de tu habitación si es “una simple llamada”? — Preguntó con el ceño fruncido.

— Para que mi papá no se vuelva loco cuando…— Su mirada de advertencia detuvo cualquier broma que iba a hacer.

— Cuidado con los chistes pesados. — Colocó su brazo alrededor de los hombros de mi madre y me señaló. — Máximo una hora y te estaré vigilando.

— Sí, señor. — Murmuré.
 
Justo cuando papá había comenzado a alejarse mi teléfono comenzó a sonar, logrando que la atención recayera nuevamente en mí. Con la mano libre le hice un gesto para que se fuera y entre bufidos me hizo caso.
 
— ¿Quién es? — Por supuesto que sabía quién era, tenía su número guardado y era con quien más hablaba.

— L'amour de ta vie. — Ahí volvían a estar las palabras en francés que jamás entendería.
 
*L'amour de ta vie.: El amor de tu vida.*

— ¿Sabes? Comienza a interesarme más el alemán que el francés. — Murmuré. Creí escuchar que alguien al otro lado de la línea se ahogaba pero no estaba cien por ciento segura.

— Putain d'allemand. — Murmuró. — Se me dan bien los idiomas, puedo aprender alemán y seguir así hasta que te canses de pedir tanto.
 
*Putain d'allemand.: Puto alemán.*
 
— No lo creo. — Me burlé. — ¿Cómo estás?

— Creo que debería ser yo quien pregunte eso pero bien, ¿y tú? — Un leve silencio se formó entre nosotros. — ¿Qué tal te fue?

— Me alegro, Sr. Manchot. — Rio nasalmente cuando escuchó la palabra que me había enseñado en francés. — Pues… Hablamos o bueno, me interrogó.

— ¿Puedo saber de qué? — Mi pulso se disparó a trecientos por minuto.

— ¿Mayormente? De ti. — Murmuré.

— ¿Por qué de mí? — Una risilla nerviosa se escapó de entre sus labios. — La paciente eras tú.

— Sí pero le pareciste interesante. — Me burlé.

— ¿Qué más? — Preguntó.

— Bueno, el ladrón con corbata dijo que podría ser que mi miedo no fuera a la oscuridad, sino al abandono. — Repetirlo una y otra vez me causaba nauseas.

— ¿Abandono? — Preguntó más para sí mismo que para mí. — Quelle absurdité.
 
*Quelle absurdité.: Que absurdo.*
 
— En español…— Murmuré.

— Mañana te llevaré a otro, uno que realmente pueda hablar contigo y no decir diagnósticos desde la primera visita. — ¿Se había vuelto loco?

— Se te han caído todas las tuercas. — Su idea estaba completamente fuera de este mundo.
 
Aquello no iba a ser posible porque mis padres, los suyos y hasta la psicóloga, le iban a impedir ejecutar su idea. Éramos dos menores que aunque nos escapáramos, el profesional nos mandaría a freír espárragos.

— Un amiga de papá es psicóloga y te aseguro que lo que conversen se quedará entre ustedes. — Que su papá tuviera un amigo con esa profesión era muy conveniente.

— ¿Nuestros padres? — No iba a mentirles a los míos y tampoco quería ocasionarle problemas con los suyos.

— Pasaré más tarde por tu casa y hablaré con ellos, tú solo prepárate mañana. — Daven iba a meterme en muchos problemas.

— Espera un momento. — Alejé la oreja del teléfono y fui a buscar el traductor. — Tu es fou? — Pregunté con mi pésimo francés.
 
*Tu es fou?: ¿Estás loco?*
 
— ¡Oh! — Comenzó a reírse a carcajadas. — ¡No me lo esperaba! J'ai fini de tomber amoureux.
 
*J'ai fini de tomber amoureux.: Terminé de enamorarme.*
 
— Dime cómo se escribe, quiero saber qué es. — Otra tanda de risa se hizo presente, solo que esa vez fue un poco más moderada.

— Me niego. — Canturreó. — Pronto voy a cobrar el favor que me debes.

— Hombre, ya era hora. ¿Puedo saber qué es lo que tendré que hacer? — Quería prepararme mentalmente para cualquier locura que fuera a pedirme.

— Necesito que me acompañes a un lugar importante. — ¿Qué tipo de lugar? — No demasiado elegante pero sí bastante crítico…

— ¿Acaso voy a tener que ir a tu casa? — Pregunté en broma. Era una lástima que mi sonrisa se borrara a causa del espeso silencio que se formó al otro lado de la línea. — ¿A tu casa? — Casi grité.

— Parecido. — Habló por lo bajo. — Por favor…

— ¿Para qué? — Estaba entrando en pánico y ni siquiera sabía el motivo por el cual debía ir.

— El aniversario de mis abuelos. — Murmuró.

— De acuerdo, necesito que me digas cuando será para poder pedir permiso y comprarme ropa. — Un suspiro de alivio se escuchó con claridad.

— De acuerdo, si quieres… Puedo acompañarte a comprar…— Emití un leve “mjm”. — Bien. Em… Te veo luego, ¿está bien?

— Está bien. — Un movimiento en la ventana de mi casa llamó mi atención. Papá estaba allí, sonriéndome mientras golpeaba el reloj en su muñeca con su dedo índice. — Hasta luego.

— Hasta luego, ma belle future petite amie. — Se despidió antes de cortar la llamada.
 
*Ma belle future petite amie.: Mi hermosa futura novia.*
 
Siempre hablaba francés cuando era algo que consideraba comprometedor. Algún día iba a sacarle cada una de las definiciones, estaba segura de ello.
 
Pov Daven

Al terminar la llamada me lancé en la cama, sintiéndome más liviano y feliz que nunca. No se había negado a acompañarme, sino todo lo contrario. Sabía que la había invitado a acompañarme a un ambiente realmente venenoso pero si no era con ella, no iba a ir con nadie más.

Volví a ponerme de pie y me dirigí hacia el baño porque debía cumplir con mi palabra e ir a hablar con sus padres. Hacía muchos años que no los veía, desde que éramos pequeños y su papá no quería que se pasara conmigo.
 
— Si supiera que quiero conquistarla me mataría. — Me burlé de mí mismo y de la situación.
 
Iba a hablar con los que quería que fueran mis futuros suegros y ellos ni lo sabían, de hecho, ni siquiera la futura novia era consciente de ello. Quería comenzar a colocar una base sólida para que el camino fuera estable.

Todos tus Mensajes© AEL #3 [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora