Aquel prisionero entraba con total calma en el territorio de su captor. El sirviente que le permitió pasar le guiaba a la sala de audiencia pero el invitado no lo siguió.
Se quedó de pie en el vestíbulo observando su alrededor, el palacio parecía estar en la misma gloria que antes pero él solo sentía un vacío en su interior. Camino lentamente recorriendo el lugar mientras lo invadían los recuerdos, respiró profundo, si todo salía bien hoy su vida y la de su enemigo llegarían a su fin.
—Disculpe... por aquí...— el sirviente no termino su frase pues un movimiento de mano bastó para dejarlo inmóvil en su lugar.
—Este será mi último día, solo quiero apreciar mis recuerdos— le dijo aunque sabía que no lo escuchaba.
Camino por el lugar observando, recordando y anhelando. El dolor de su corazón aumentaba al recordar lo que perdió, miró a la lejanía por la ventana. Con gusto hubiera dado el reino a cambo de la seguridad de su familia, pero en ese momento fue muy ciego y confío en la persona equivocada.
Hoy todo llegaría a su fin, así lo había decidido.
Entró al salón principal, donde vio por primera vez a aquella dama que tanto amó y perdió. Un dolor que parecía no tener fin estaba sobre él, "un poco más, solo un poco más y estaré enterrado a tu lado" pensó.
De pronto un estruendo lo saco de su ensoñación, alguien venía bajando las escaleras que conducian a la parte superior del salón, al verlo había dejado caer lo que sostenía en sus manos.
Aquellos dos pares de ojos se miraron fijamente como entrando en un transe, ninguno de los dos podía creer lo que veía.
Aún bajo esa ropa gastada y sucia que la identificaba como parte de la servidumbre, él pudo vislumbrar a la mujer más hermosa que nunca vio, aquella que le robó el corazón cuando eran jóvenes.
Ella por su parte seguía anonadada, por un segundo creyó que estaba viendo un fantasma. Su corazón comenzó a latir como no lo hacía hace mucho, se quedó inmóvil viendo como aquel que dio por muerto caminaba lentamente hacia ella.
Él, temiendo haber caído ante su propio poder, se apresuro ha averiguar que sus ojos no lo engañarán y al posarse frente a ella, dudo un poco antes de acercar su mano a su rostro.
En cuanto sus pieles hicieron contacto las lágrimas se desbordaron por el rostro de ambos.
—C... creí que tú...— ella apenas pudo pronunciar el engaño que vivió.
—Te ví morir— menciono él, mientras se unían en un abrazo que reconfortó el dolor de sus corazones.
Estuvieron fundidos en ese abrazo hasta que sus brazos se entumieron, después se sentaron tomados de la mano y hablaron sobre su tormentoso pasado.
Ella le menciono que en efecto fue herida de muerte al caer al río, pero un poco más adelante algunos de los sirvientes la rescataron y la curaron, se aseguraron de tenerla oculta el tiempo suficiente aún cuando su estado mental no era el mejor. Le llevo unos años volver a la normalidad y cuando lo hizo se resolvió ha acabar con el que le quitó todo así que consiguió entrar a trabajar al Palacio.
Él la miro asombrado, ella siempre había sido una mujer fuerte, eso fue lo que más amaba de ella pero en el fondo lamento todo lo que ella había pasado.
Ella se sorprendió al descubrir que él había asistido ese día al palacio para morir, planeaba acabar con aquel tirano y después dejar que los guardias acabarán con su vida. Le dolió el pensar que si no lo hubiera visto en ese momento él ya no estaría en este mundo.
Él no había querido preguntar pero la curiosidad era mayor y aunque temía reabrir una herida lo hizo.
—¿Los niños...— no tuvo el valor de terminar la frase.
—No lo se— respondió ella rápidamente, pero después le informo todo lo que sabía.
Le contó cómo su amigo Sighten había huido con ambos niños y hasta ese entonces estaban a salvo. Pero hace unos 8 años la cabeza de este fue exhibida en una pica, después se enteró por los sirvientes que había sido torturado hasta la muerte pero nunca reveló información de los niños.
También hace un par de años, Kronth fue muerto y sufrió la misma humillación, al mencionar a su fiel amigo una lágrima rodó por su mejilla pero su acompañante rápidamente la atrapo entre sus dedos.
—Si los hubieran encontrado ya me habría enterado— continúo ella —pero mi corazón me asegura que están vivos, ademas hay cierto rumor — ella lo miro fijamente para después relatarle la historia de que en la orilla del país los antiguos reyes volvieron de la tumba exigiendo justicia, le informo sobre lo que sabía y ambos llegaron a la conclusión de que sus hijos eran los causantes de tanta conmoción.
—¿Que haremos?—
—Nos aseguraremos de que estén a salvo y haremos todo lo posible por ayudarles—
—¿No deberíamos hacerlos cambiar de opinión?—
—No podremos— el antiguo monarca sonrió al comprender lo que planeaban sus hijos —después de todo por sus venas corre sangre de reyes—

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Sangre de Reyes
PertualanganKate y Dilan creían tener una vida normal con su padre, pero todo cambio el día que pidieron ir a la capital del reino. Ese día su destino se desencadenó trayéndoles sufrimiento y desesperación, hasta que una luz apareció, tuvieron un nuevo hogar q...