Capitulo 27

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El grupo miraba a la imponente figura a unos metros frente a ellos. Él los miro fijamente.

—Arruinar mi diversión les costará muy caro— dijo el sujeto, quién sonrió y se giro hacia una estatua que estaba sobre él, era una estatua de gran tamaño con forma de sirena suspendida en medio del salón como decoración, pero de algún modo el solo verla causaba escalofríos —¿Saben cómo me llamaban en mi tiempo?— no esperó respuesta — Era conocido como "el creador de sirenas"— se giro y miro al grupo —si alguien se atrevía a hacer algo como lo que ustedes hicieron hoy, la mitad de su cuerpo aparecería en el frente de mi barco complementando a la figura arruinada por el tiempo— alterno la mirada en cada uno de ellos —de esas épocas solo conservo está sirena— señalo la estatua —y ahora su piel es adornada por los restos de todos los que han osado arruinar mi diversión— en ese momento los presentes comprendieron que la piel que adornaba a la sirena era humana.

Después de unos segundos de silencio, Kate dio un paso al frente y contra todo pronóstico descubrió su rostro y arrojo a un lado la capucha que antes la cubría, Dilan la imitó. Ambos hermanos habían comprendido que solo un bando saldría con vida de ahí así que no tenía sentido ocultarse. Y tal como Kate sospecho, su apariencia causo una leve conmoción en su anfitrión.

—Esos ojos...— murmuró él cazador— no los veía desde mis años en altamar—

—Imagino que no le traerán gratos recuerdos— dijo Kate.

—¡Oh no!— el sujeto río —me traen los más maravillosos recuerdos, ningún guerrero me hizo sentir un temor como el que causaba el llamado "asesino de leyendas"—

—Entonces considere esos buenos recuerdo como una cortesía que lo acompañarán a la otra vida— continúo la menor, recordando el consejo de Kronth "nunca dejes que sospechen que no sabes de lo que hablan".

—No me cabe la menor duda de que eres sangre de su sangre, tienes la lengua igual de afilada que la de tu predecesor—

—Es un honor que lo reconozca—

—Esas espadas...— dijo al ver que Dilan desenfundo sus armas y después soltó una gran carcajada— pensar que frente a mi está lo que el maldito rey anhela tanto— río más.

—Es una lastima que no le pueda informar— se burló la castaña.

—¿Informar? Planeo llevarle sus cabezas como regalo y después recibir una generosa recompensa— sonrió el cazador.

—Supongo que será una lastima ver cómo pierde tal beneficio— soltó Dilan.

—¿Que no se dan cuenta de que están atrapados en mi territorio, bajo mi autoridad y mis hombres?— el sujeto sonrió.

—Como yo lo veo, él que está atrapado es usted pues no veo a nadie más a parte de los tres que se esconden tras nosotros tratando de emboscarnos— la sonrisa del cazador se desvaneció al ver su ataque sorpresa arruinado.

—Supongo que no podré dejar que él rey acabe con ustedes, tendré que hacerlo yo mismo— dijo sacando una enorme hacha de detrás de una cortina.

—No esperaba menos, después de todo ¿Cómo llegará nuestro mensaje al rey si no es con su cabeza?— Kate sonrió.

Segundos después el sujeto se abalanzó contra ella dispuesto a herirla con el hacha pero Kate ni se inmutó pues rápidamente Dilan se interpuso y el metal de sus espadas causo un gran estruendo.

—Yo me encargo de él— le dijo Dilan a su hermana.

Kate se dirigió hacia el resto de su grupo y se dispusieron a pelear contra los tres sujetos restantes.

—Veamos si puedes mostrarme la verdadera gloria de esas espadas— el creador de sirenas desafío a su contrincante.

Dilan no respondió si no que arremetió contra su objetivo sin dudar. Pero el anciano frente a él reacciono con rapidez y movía la pesada hacha con una fluidez y precisión que asombraban.

Dilan dio un paso atrás observando a su enemigo, era un anciano de unos 80 años de complexión robusta ¿Cómo era posible que manejará su arma con esa fuerza y velocidad? Sin duda en su juventud debió ser alguien muy temido.

—¿Quién dijiste que eras?— soltó Dilan con la clara intensión de provocar a su enemigo.

—¿Por qué no se lo preguntas a todos los que pasaron a la otra vida con mi ayuda?— respondió el anciano mientras balanceaba el hacha peligrosamente.

Dilan apretó los dientes furioso, y su enemigo sonrió.

—Antes esa espadas hacían temblar embarcaciones completas ¿Y ahora las porta un  simple mocoso?—

Dilan apretó el agarre de sus armas y lo fulminó con la mirada. Después se impulso al frente y desencadenó un ataque de varios golpes consecutivos que fueron hábilmente detenidos por el hacha.

Mientras tanto el resto del grupo se enfrentaba a los tres subordinados del creador de sirenas que habían escapado de la cacería con él. Bud no tuvo problema de enfrentar a su oponente pero las chicas no tenían tanta experiencia en combate como hubieran deseado.

Sheryl trataba de ensartar una pequeña navaja en un punto vital de su enemigo pero necesitaba ganar distancia para lograrlo cosa que le estaba resultando realmente difícil.

Por otra parte, Kate hacia su mejor esfuerzo con la espada pero parecía que a sus golpes les faltaba fuerza, pues aunque iban en la dirección que quería no causaban el daño que debían. Si esto se alargaba demasiado probablemente perderían más que sus vidas.

Dilan miro al anciano que le sonreía burlonamente. Su mentor, Kronth, le había advertido que la experiencia era lo más importante en el campo de batalla, no importaba que tan hábil fueras, si tu oponente tenía más experiencia la victoria estaba siempre de su lado. Y Dilan lo estaba comprobando por si mismo.

Sujeto sus espadas nuevamente y después de vaciar sus pulmones se lanzó al ataque nuevamente. El hacha se acercaba peligrosamente a su cuerpo cada vez que atacaba. Pero en ese momento Dilan noto algo, su enemigo parecía volverse mas lento al hacer ciertos movimientos.

Así que espero y cuando el hacha se lanzaba hacia él avanzó. Un alarido inundó el salón.

Sangre de ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora