Capítulo 14

14 3 0
                                    

A Dilan no le quedó otra opción más que seguir a Kate, así que comenzó a rodear la carreta por el lado contrario. El sujeto realmente se encontraba sólo, y descaradamente contaba el dinero mientras se burlaba de los campesinos a los que les robo.

Esto hizo que la sangre se ambos hermanos hirviera, Kate le hizo una seña a Dilan y el las comprendió de inmediato.

Kate se acercó a la puerta y tocó, mientras Dilan se posicionaba en la puerta contraria.

—¡¿Quien anda ahí?!— pregunto alarmado en pasajero.

—Soy una campesina de aquí cercas y sólo quería ver si no necesitaban ayuda, puedo llamar a mi padre si necesitan algo—

El sujeto abrió la puerta, una mujer sola parecía ser suficiente tentación, Kate sintió asco por el tipo de sujeto que era pero consiguió que se acercara más a ella. Y justo cuando la iba a tocar un par de espadas rodearon su cuello.

—Si se mueve o grita lo mato— dijo Dilan, el sujeto se puso pálido y se quedó inmóvil por el miedo. Kate tomó rápidamente la bolsa con el dinero y le hizo una reverencia.

—Gracias por su valioso servicio— dijo Kate con burla y segundos después desaparecieron en el bosque.

Cuando el sujeto reaccionó ya era muy tarde y además no tenía a sus guardias. Kate y Dilan corrieron todo lo que pudieron y al llegar a un lugar seguro se dejaron caer en el piso mientras reían.

—¿Viste su cara? Parecía que había visto a un muerto— dijo Kate entre risas.

—¿Y tu reverencia que? Gracias por su valioso servicio— Dilan la imitó y ambos siguieron riendo. Mañana devolverían el dinero y eso alimentaria a muchas familias.

Kate no podía conciliar el sueño, la emoción de lo que había pasado no la dejaba dormir, esa sensación de adrenalina la llamaba y al ver a Dilan comprendió que ambos sentían lo mismo.

Antes de irse a la cama, Kate había revisado los apuntes del recaudador de impuestos y los comparo con las ganancias, el resultado los enfureció pues lo que el rey pedía no era ni el 10% del dinero que se encontraba en la bolsa. Ese sujeto se estaba haciendo rico a costa de los campesinos, no merecía tener nada de eso.

Al día siguiente fueron muy temprano al pueblo, ambos portaban capuchas, la gente del pueblo ya los reconocía pero si un guardia andaba cercas podrían ocultar su mirada. Se detuvieron en el centro del pueblo y mientras Kate esperaba, Dilan fue a traer a el vendedor de joyas quien venía caminando delante de Dilan obviamente amenazado. La gente del pueblo comenzó a reunirse alrededor de ellos curiosos por la situación, algunos incluso murmuraban que el sujeto había ofendido a los dos jóvenes y la castigarían públicamente. Al ver a Kate el joyero se puso de rodillas a punto de pedir clemencia pues temía lo peor, pero Kate se le acercó antes de que hablará.

—Debes de llevar una buena contabilidad en tu negocio ¿Cierto?— pregunto Kate, el sujeto asintió rápidamente, había comenzado a sudar a causa del pánico pues tenía dos espadas a su espalda —Bien— Kate le entregó la lista de los impuestos y la bolsa de dinero —quiero que le devuelvas lo que le corresponde a cada persona de esta lista, sin que falte un centavo—

—Y si te quedas con algo que no te pertenece en verdad tendrás que temerle a estas espadas— concluyó Dilan.

El sujeto tardó un par de segundos en comprender a que se referían y cuando reaccionó inmediatamente se puso a revisar la lista, comenzó a llamar a cada una de las familias y a devolverles su dinero. La gente del pueblo a penas podía creer lo que estaba pasando, la noticia del robo al recaudador de impuestos se había extendido rápidamente la noche anterior pero todos daban por perdido el dinero.

Kate y Dilan se quedaron observando como la bolsa de dinero disminuía y las expresiones de alegría aumentaban, aunque de la forma en que vestían causaba desconfianza más de uno se atrevió a acercarseles para agradecerles, una madre incluso se arrodilló ante ellos llorando, agradeciéndoles que sus hijos podrían cenar hoy. En ese momento, Kate y Dilan supieron que habían hecho lo correcto.

El joyero término de entregar el dinero, incluso a él le habían devuelto lo suyo, los miró agradecido.

—Esperamos volver a contar con usted para la próxima vez— dijo Kate y comenzó a caminar rumbo a la salida del pueblo, Dilan la siguió atónito por sus palabras.

—¿Como que próxima vez?— le preguntó a una Kate sonriente.

—Vistes las expresiones de felicidad de esas familias, de los niños. Muchos comerán un día más gracias a nosotros— Kate cambio su alegre expresión por una más seria —No voy a permitir que pasen hambre por culpa de hombres avariciosos, no voy a permitir que todos esos niños que me sonrieron sufran—

—¿Hasta cuando planeas hacer eso? Lo más probable es que aumenten el número de guardias que acompañen al recaudador de impuestos—

—Lo haré hasta que el recaudador de impuestos sea justo, y lo de los guardias ya lo había previsto, así que ya tengo un plan— miro a Dilan sonriendo —voy a necesitar que me enseñes un par de cosas— Dilan suspiro.

—Tenemos un mes antes del siguiente día de impuestos, ¿podrás aprender lo que necesitas en un mes?—

—Lo haré, y volveremos a regresar todo ese dinero—

Dilan sonrió, la verdad es que él también deseaba repetir la situación de la noche anterior, por una vez se sintió capaz de manejar su vida sin miedo. Y ver lo decidida que estaba Kate lo motivaba más, estarían preparados y saldrían victoriosos una vez más.

A miles de kilómetros de ahí, en el palacio una mucama acababa de ser promovida a un mejor puesto. Se encontraba en la habitación del príncipe, la habitación de la que ahora se encargaría, ya había hecho su trabajo y ahora se dedicaba a observar.

La habitación estaba casi igual que la última vez que estuvo ahí, la única diferencia es que en vez de el retrato de su hijo ahora colgaba en la pared el retrato del actual príncipe.

Miro con nostalgia a su alrededor, las lágrimas amenazaron con salir al recordar su pasado, se acercó al balcón y con la mirada perdida en la distancia reafirmo su promesa de matar a aquel que le arrebató todo.

Sangre de ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora