Capitulo 28

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Dilan fallo el ataque por la distracción que causo aquel grito, perdiendo una gran oportunidad.

—No podrás intentar eso de nuevo— se burló el anciano mientras dejaba caer el hacha directo en la mano del menor que a penas pudo desviar el ataque con su espada. Resultando con varios dedos fracturados y su espada volando a la distancia.

El grito había provenido del sujeto que se enfrentaba a Bud, él cual había sido el primero en perder la vida.

"El creador de sirenas" bufo molesto al perder uno de sus hombres pero continuo atacando. Dilan esquivo como pudo pero con una espada no podía atacar correctamente.

Desvío su mirada en busca de Kate y al ver que también se encontraba en dificultades la adrenalina recorrió con más fuerza su cuerpo, tenía que terminar esto pronto e ir a ayudar a su hermana.

Usando la espada que le quedaba cambio de posición y al ver que el ataque venia, rápidamente lanzó su arma hiriendo el hombro de su contrario al mismo tiempo que se deslizaba por debajo del hacha y terminaba a espaldas de su enemigo recuperando sus dos espadas.

El anciano se giró molesto al ver que la sangre en su hombro no se detendría.

—Supongo que tu también tienes algo de "el asesino de leyendas" después de todo— lanzó su hacha directo a Dilan.

Bud que se había encargado de su contrincante ahora buscaba cómo ayudar a sus compañeras. Tenía que actuar rápido pero debía definir quien necesitaba más ayuda pues durante la pelea se habían dispersado por todo el salón.

Kate parecía pasar más dificultades al ser su primer experiencia en combate así que se acercó a ella. Usando su bastón comenzó ha atacar por la espalda al sujeto, Kate seguía lanzando estocadas sin detenerse pero a pesar de herirlo no le causaba más que rasguños. Finalmente Bud le hizo una seña a Kate y ella retrocedió un poco, él enemigo avanzó pero inmediatamente cayó derribado al suelo y Bud lo dejo inconsciente.

—No es momento de que manches tus manos con sangre—le dijo Bud a Kate al ver que la menor dudaba sobre que hacer con el enemigo. Entonces él saco una daga y de un rápido movimiento la inserto en el corazón del caído. Kate agradeció internamente no haber sido ella quien terminó con esa vida.

Kate observó cómo Dilan tenía dificultades y comenzó ha analizar el lugar buscando alguna ventaja, mientras tanto Bud se dirigió a ayudar a Sheryl.

Dilan seguía atacando a pesar de haber recibido heridas en ambos brazos, pero no era el único herido pues en el suelo la sangre de ambos contrincantes se mezclaba. El anciano se veía molesto por no acabar con el menor y a pesar de su cansancio seguía dejando caer el hacha una y otra vez sobre su objetivo.

Entonces Kate vislumbró la salvación sobre su hermano y corrió hacia él. Dilan estaba demasiado concentrado para verla así que la menor silbo atrayendo la atención de todos. Dilan cruzo su mirada con la de ella y después de una seña comprendió lo que tenía que hacer.

Dilan arremetió de nuevo pero esta vez no se detenía ha pensar ni a recuperar el aliento, tantos ataques consecutivos causaron que el anciano comenzará a retroceder. Una vez que estuvo en el lugar indicado, Dilan se detuvo, retrocedió y ante la confusión de su enemigo sonrió.

"El creador de sirenas" no comprendió hasta que un sonido sobre su cabeza le llamó la atención. Su preciosa sirena caía hacia él.

Kate había cortado las cuerdas que hacían de soporte para la estatua en el momento justo.

Mientras la gran decoración caía sobre el anciano, este logro ver como Kate le sonreía, como su último movimiento le regaló una reverencia concediendole la victoria.

El estruendo que causo la figura al aplastar a su creador marco el fin de la batalla. Ambos hermanos se acercaron al anciano quien exhalaba sus últimos alientos.

—Me equivoqué...— dijo el moribundo mientras miraba a Kate —pensé que eras la viva imagen de "el asesino de leyendas" pero ese eres tu— miro a Dilan antes de toser sangre —aunque aún no le haces honor a esas espadas— tosió de nuevo —pero tu tienes la mente del ser más temible que he conocido— sonrió mientras miraba a la nada —no existe mejor manera de morir que ha manos de la descendencia de "El asesino de leyendas" y "El titiritero", solo hubiera deseado que fuera en el mar...— sus palabras cesaron al igual que su vida, pero en su rostro quedó impresa una sonrisa de satisfacción.

Los hermanos se miraron confundidos por las palabras del difunto.

Bud y Sheryl se acercaron a ellos.

—Supongo que esto debe celebrarse— sonrió Sheryl —pero primero tratemos las heridas de todos—

En ese momento Dilan sintió un agudo dolor recorrer sus brazos y vislumbró sus heridas. Tres dedos de su manos derecha estaban fracturados, su hombro izquierdo dislocado y la sangre corría por su piel a causa de los diversos cortés que le había realizado el hacha.

Kate tomo las espadas gemelas mientras Dilan se apoyaba en el hombro de Bud. Sheryl iría ha revisar el lugar por si había algo valioso.

Esa noche siempre sería recordada por todos los campesinos de la zona, pues aunque nadie lo sospechaba ese momento sería el inicio de una revolución.

Dilan fue atendido por el médico del pueblo con discreción absoluta, después se marcharon de regreso al bosque.

Al día siguiente el noble que Kate había aprobado se levantaba como supervisor de esas tierras y la zona se llenó de festejos.

Pero a miles de kilómetros de ahí ni una voz festiva se escucharía. El rey había recibido la noticia de la muerte de aquel que fue compañero de su padre.

Él monarca conocía al hombre y sabía de sus habilidades, alguien común no le habría hecho ni un rasguño, menos habría acabado con los restos de su tripulación. Furioso rompió la copa que sostenía en sus manos e ignorando la sangre que corría por sus dedos se puso de pie.

—Llamen a Jahiel—

Minutos después el menor entro en la sala, el parecido entre ambos era inegable pero claro que nadie se atrevería a opinar sobre eso.

—Manda una parte de tus mejores hombres a la zona oeste del reino y que averiguen quienes son los que están causando tanto alboroto—

—Me prepararé para partir de inmediato—

—¿A caso dije que fueras tú?— el monarca miro a su hijo con desdén —Solo manda hombres capacitados— entonces le hizo un gesto de que se marchará.

Jahiel apretó la mandíbula y los puños antes de hacer una reverencia y marcharse de ahí.

—Nadie se burla así de mi— murmuró el monarca mirando a la lejanía.

Sangre de ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora