Capitulo 25

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Dilan se puso en alerta pero Kate le hizo señas de que se calmara y camino en la dirección en la que Bud había venido.

-Es una sombra- le menciono Bud a Dilan que parecía a punto de seguirla.

Sombra era el nombre que se les daba a los espías de la corporación sombra, Kate prefería hablar a sola con ellos así que cuando se reportaban los demás le daban su espacio.

-¿Han descubierto ha algún grupo?- fue la primer pregunta de Kate, la cual parecía estar hablando sola.

-Todo marcha de acuerdo al plan- la respuesta provino de la oscuridad -el rey movilizó tropas a la parte noreste del reino pero me temo que aún no los considera una verdadera amenaza-

-Lo hará pronto- Kate miro a sus espaldas para asegurarse de que no la escucharán sus compañeros -¿Consiguieron la información que pedí?-

-Si, pero no es muy agradable-

-Lo suponía. Cuéntame todo-

Después de que la sombra le dio un informe detallado sobre lo que había pedido, Kate no pudo más que torcer su rostro en una mueca de desagrado.

-¿Me asignará una nueva misión?-

-Quiero que investigues a alguien, necesito saber a qué nos enfrentaremos. Quiero que averigües quién es Jahiel, solo se que debe ser alguien importante en la guardia del Reino-

-Me reportarte en cuanto obtenga información que cumpla sus expectativas- después de eso la sombra desaparecio y Kate regreso.

-¿Algo interesante?- pregunto Dilan a la menor.

-Mas que interesante diría desagradable-

-¿Descubrieron ha algún grupo?- pregunto Bud.

-No, todo eso está en orden-

-¿Entonces qué sucede?-

-¿Recuerdan al noble a cargo de estos pueblos?- sus compañeros asintieron -ya hemos escuchado rumores bastante horribles de sus acciones, así que le pedí a una sombra que investigará-

-Es peor de lo que dicen los rumores ¿Cierto?- intuyo Sheryl y Kate asíntio.

-La sombra me informo que una vez cada tres meses compra esclavos de diferentes lugares, incluidos campesinos de la zona. Después los deja a su suerte en uno de sus territorios, el cual está plagado de bestias salvajes- Kate sentía la furia fluir por sus venas -una semana después se reúne con un grupo de nobles de origen dudoso y salen de cacería-

-¡Ese maldito!- exclamó Dilan.

-Eso no es lo peor- continúo Kate -hacen apuestas y al parecer gana más dinero el que mate menos presas pero las dejé heridas para que los animales las devoren, a las mujeres que sobreviven les depara un destino peor a manos de sus captores- Kate miro a Dilan -no le importa comprar niños aunque sabe que no tienen probabilidad alguna de sobrevivir- Dilan la tomo del hombro.

-¡Acabaremos con ese bastardo!- le prometió.

—¿Cuánto tiempo tenemos hasta la siguiente cacería?— pregunto Sheryl compartiendo la furia de los hermanos, pero Kate le dirigió una mirada llena de tristeza.

—Un día— suspiró resignada —No podemos hacer nada, ni siquiera llegaríamos a tiempo— Dilan maldijo y sacando sus espadas golpeó un árbol cercano.

—Pero podemos impedir la siguiente— Bud le dio un profundo trago a su botella — y seguro que así el rey se digna a echarnos un vistazo—

—Lo haremos— Kate los miro con determinación y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas mientras desdoblaba un mapa de las tierras y propiedades de aquel desagradable ser —tenemos tres meses para prepararnos y no quiero ningún error— sus acompañantes asintieron y se sentaron junto a ella a escuchar su plan.

Los días pasaron esperando la anhelada fecha en la que actuarían. Mientras tanto el grupo seguía atacando a los nobles por las noches y en las mañanas se dedicaban a entrenar.

Dilan volvía a negarse a dejar que Kate se expusiera tanto pero no tenía opción, se necesitaba a todo el grupo para salir victoriosos. Así que cada uno se dispuso a enseñarle nuevos movimientos a la menor dado que es la de menos experiencia.

Pronto a sus oídos llegó la noticia de que por todo el reino había un grupo que buscaba la justicia, los rumores volvían a ser de los más variados, algunos incluso les atribuían poderes místicos que les permitían aparecer en el lugar que desearan. Kate sonrió al escuchar esto, había sido buena idea mandar grupos con las mismas características.

Pero al parecer el Rey seguía restándole importancia, solo movilizó a una mínima parte de sus guardias lo que no hizo ninguna diferencia.

Kate entrenaba todos los días haciendo su máximo esfuerzo, no quería ser el eslabón débil del grupo. Sabía usar una espada, eso era un hecho, pero si podría sobrevivir a un combate estaba por verse.

Así que todas las mañanas se levantaba antes que el sol y corría por el bosque tratando de seguirle el ritmo a su hermano, pero solo seguía viendo su espalda a varios metros delante de ella.

Después entrenaba combate cuerpo a cuerpo con Bud y Sheryl, eso funcionaba mejor pues de alguna manera estaba fusionando los estilos de lucha de ambos creando el suyo.

Después luchaba contra Dilan usando su espada, no tenía mucha oportunidad pero al menos se defendía. Lo que ella ignoraba es que su hermano estaba a la altura de los mejores espadachines, así que eso le otorgaba un buen nivel en el manejo de la espada.

Finalmente la fecha establecida se acercó, así que movieron su campamento para estar más cerca del lugar donde atacarían.

Comenzaron a vigilar a su objetivo y aprender su rutina, conocer todo su territorio y evaluar amenazas. La gente de los alrededores se mostró más que gustosa al cooperar con información.

Incluso descubrieron que había un noble de alta cuna en esas tierras que parecía ser el único con sentido común, los campesinos varias veces sugierieron que sería un mejor gobernante. Así que el grupo decidió investigarlo por su cuenta y en efecto no le encontraron nada reprochable.

La fecha esperada llegó, y desde la oscuridad el grupo observó como varios carruajes llenos de esclavos se reunían para ser inspeccionados. Un asentimiento de cabeza por parte de la menor bastó para que Bud y Dilan se movilizaran y con sumo sigilo se introdujeran en uno de los carruajes ya inspeccionados.

Mientras que Kate y Sheryl se dirigían al punto de encuentro del otro lado del muro.

Con odio observaron el mal trato que le daban a los esclavos, como los arrojaban sin consideración de los carruajes. Incluso había niños de pecho con sus madres siendo maltratados. Inmediatamente después de vaciar la mercancía, como ellos los llamaban, salieron lo más rápido posible de ahí. Temían ser atacados por las bestias que ahí se ocultaban.

El pánico invadió a los recién abandonados, estaban por correr en todas direcciónes cuando una voz los detuvo.

—¡Si quieren sobrevivir tendrán que seguirme!— la imagen de Dilan con sus espadas desenfundadas era imponente pero inspiraba confianza.

Sangre de ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora