Dilan miro a Kate buscando una solución, pero ella comenzó a mirar el lugar con preocupación. Es cierto que era buena con los planes de escape, pero no conocía esa taberna así que no sabía las rutas para salir sin ser vistos, por primera vez estaban en peligro real de ser descubiertos. ¿Y si salían y los veían los guardias? ¿O si la taberna ya estaba rodeada? Kate comenzaba a analizar todos los escenarios cuando una mano se deslizó por su hombro y otra por el hombro de Dilan.
—Yo los voy a sacar de aqui— dijo el sujeto con el que Dilan había estado luchando, ya no parecía estar ebrio y al ver su mirada Kate supo que no mentía.
—Te escucho— dijo Kate antes de que Dilan pudiera oponerse.
—Siganme— el sujeto comenzó a caminar en dirección al las escaleras para el segundo piso, pero antes de subir se desvió a la pared de un costado, dio un fuerte golpe en el lugar adecuado y está se abrió. Entro por el hueco y ambos hermanos lo siguieron.
Era un pasillo estrecho que quedó en completa oscuridad al colocar la pared de nuevo en su lugar. Se quedaron en silencio unos segundos hasta que el sujeto les dijo que lo siguieran con mucho cuidado y en el máximo silencio posible, ellos obedecieron.
Avanzaban lentamente y podían escuchar claramente el alboroto que sucedía en el resto del pueblo, las redadas de los guardias no eran comunes pero sucedían, y en un pueblo fuera de la ley eran algo de temer. Finalmente el estrecho pasillo se ensanchó y dio inicio a una pequeña habitación también sumida en la oscuridad.
—No se muevan de aquí y no hagan ningún sonido, iré por algo y volveré inmediatamente— susurro el sujeto para después desaparecer por un hueco de la habitación.
Kate y Dilan se mantuvieron en silencio, y mientras Dilan pensaba que esto era mala idea, a Kate la consumía la curiosidad por saber un poco más de su extraño salvador, tenía miles de dudas sobre su forma de actuar pero por alguna razón confiaba en él. Después de unos minutos, un leve sonido los alertó pero se mantuvieron inmóviles, él había regresado.
—Siganme, los guardias están por entrar a la taberna— susurro y los empujó a una esquina de la habitación en la que había una especie de puerta —salgan por ahí, traten de no hacer ningún ruido— ambos obedecieron y salieron a una especie de establo, incluso había un caballo frente a ellos.
El sol se estaba poniendo, si no eran descubiertos hasta que la oscuridad de la noche los cubriera podrían llegar fácilmente al bosque y escapar. Al observar su alrededor pudieron notar que aquel extraño sostenía sus armas, e inmediatamente se las entregó.
—Si los guardias las encontraban estarían en problemas— dijo refiriéndose a las espadas. En ese momento Dilan descubrió que podía confiar en él.
—Ahora que haremos— susurro Kate mirando a su alrededor —si solo lograramos llegar al bosque—
—Los guardias rondarán por todo el pueblo y revisaran cada rincón, probablemente estarán aquí hasta mañana— ambos hermanos lo miraron sorprendidos —sera su primera redada pero no la mía, pero tranquilos se cómo salir—
Él sujeto se acercó a la puerta del establo y ojeo los alrededores. Kate trataba de pensar la ruta más segura para llegar al bosque, pero sin saber cuántos guardias había no podía ser exacta.
—Esto es lo que haremos— dijo el sujeto acercándose de nuevo —nos iremos por un callejón aledaño a la plaza central, primero esperaremos a que el sol terminé de ocultarse, los guardias no revisaran el hueco por el que salimos por el momento, siempre lo dejan para el final. En cuanto yo les diga saldremos y comenzarán a seguirme con el mayor sigilo posible— ambos asintieron y se sentaron a esperar en silencio.
El cielo comenzaba a tornarnse lo bastante oscuro como para ocultarlos cuando escucharon un par de pasos dirigirse al establo, Kate y Dilan se tensaron pero al ver al sujeto a su lado este les hizo señas de que no se movieran ni hicieran ningún ruido. Entonces se puso de pie y se acercó a la puerta del establo, salió y segundos después se escuchó el sonido de un objeto cayendo.
—Tenemos que movernos ya— los llamo y ambos salieron de su escondite para encontrarse con dos guardias inconscientes en el suelo —suelen reportarse cada 10 minutos, ese es el tiempo que tenemos antes de que comiencen a buscarnos. Así que siganme— él sujeto se dirigió a una esquina y ambos lo siguieron.
Kate no había visto a nadie tan sigiloso, están segura de que no hacía ningún sonido al caminar. Lo siguieron ocultándose en cualquier sombra disponible, el sol aún no se ocultaba totalmente así que todavia eran visibles. En ocasiones el sujeto de detenía y les hacia una seña para que no se movieran, varias veces pasaron grupos de guardias frente a ellos pero gracias a los lugares por qué transitaban no lograban verlos.
Finalmente llegaron a una zona despoblada y justo frente a ellos estaba el bosque, pero en medio del camino se encontraba un guardia listo para alertar a todos en caso de ver algún sospechoso. Dilan propuso acercarse y atacarlo pero Kate estaba segura de que no serían lo suficientemen rapidos para evitar que llamara a los demás guardias, y no tenían idea de cuántos se encontraban cercas, un mal movimiento y sería su perdición. Pero mientras debatian sobre lo que podrían hacer no se percataron de que su extraño acompañante ya no estaba a su lado. Aquel desconocido se dirigía caminado completamente relajado hacia el guardia, como aquel estába de espaldas no logro darse cuenta de su presencia, y con un suave movimiento de manos en el cuello el guardia cayó inconsciente. Kate y Dilan se acercaron a él mientras recostaba al guardia en el suelo haciendo el mínimo sonido.
—Los traje a salvo al bosque, ahora es su turno de llevarme a un lugar seguro—
—Siguenos— dijo Dilan y emprendieron el camino dentro del bosque, caminaron alrededor de media hora hasta llegar al primer punto seguro donde se detuvieron a descansar.
—Hay algo que no entiendo— dijo Dilan dirigiéndose al extraño —¿si nos robaste por qué ahora nos salvas?— Kate espero muy atenta la respuesta de su acompañante pues ella tenía la misma duda.
—Solo tenía curiosidad—
—¿Curiosidad?—
—Queria saber que tan buenos eran y si valdría la pena ponerme de su lado— sonrió —despues de todo, a mi también me busca el rey—

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Sangre de Reyes
PrzygodoweKate y Dilan creían tener una vida normal con su padre, pero todo cambio el día que pidieron ir a la capital del reino. Ese día su destino se desencadenó trayéndoles sufrimiento y desesperación, hasta que una luz apareció, tuvieron un nuevo hogar q...