Capítulo 13

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Kate llevaba una semana entrenando con Dilan, lo cual había sido difícil pues ella no tenía condición física y Dilan se rehusaba a ponerle demasiada presión.

Hoy como todas las tardes, Kate terminaba exhausta con la frustración de que realmente no estaba aprendiendo nada, la rutina se centraba en correr y en conseguir fuerza en los brazos pero era bastante obvio que Dilan se estaba conteniendo, no le estaba mostrando realmente como debía ser un entrenamiento.

Kate recordaba muy bien los días en que vivían con Khronth y el entrenamiento que tuvo Dilan distaba mucho del que ella estaba recibiendo. Dilan entrenaba todo el día desde el amanecer al atardecer y Kate sólo un par de horas en la tarde.  Y a pesar de que ella hablaba con Dilan este la trataba como una niña pequeña, e insistía en mentirle diciendo que era el mismo entrenamiento que él había tenido.

Así que esa noche Kate lo decidió, si Dilan se negaba a entrenarla correctamente ella encontraría la manera de entrenar sola. Tenía una idea de lo que debía hacer, pues un par de veces se escapó de la casa para ver qué clase de entrenamiento le daba Khronth a su hermano, su escape no pasó desapercibido ninguna vez pero Khronth no dijo nada es como si esperaba que ella aprendiera todo lo que pudiera observando, y ella no desaprovecharía esa información.

A la mañana siguiente, Kate se levantó más temprano de lo normal y mientras Dilan aún dormía salio de la casa y comenzó a correr montaña arriba, llegó un punto en el que sentía sus pulmones arder por la falta de aire pero se había propuesto llegar bastante alto antes del amanecer, el primer día no lo logró, no llegó siquiera al borde del pico más alto de la montaña. Luego se trepó a un árbol como pudo y sobre una rama, colgando de los pies, procedió a hacer flexiones, unas cuantas fueron suficientes para dejarla rendida. Pero al bajar la montaña su determinación aumentaba, ella lograría hacer todo eso y más.

Dilan despertó y al no ver a Kate se levantó alarmado y salió corriendo fuera de la casa con las espadas en mano, Kate venía caminando del bosque se veía cansada.

—¡¿Donde rayos estabas?!— le gritó Dilan en cuanto estuvo cercas de ella.

—Solo fui a correr un poco, quiero tener más condición— técnicamente no estaba mintiendo pero se guardaría los detalles para ella.

—Debiste haberme avisado—

—Solo quería correr al amanecer, no iré a ningún lado— se encogió de hombros.

—¿Lo volverás a hacer?—

—Todos los días—

—¿Por que no corres conmigo al anochecer?—

—Quiero seguir mi propio ritmo—

—Esta bien— Dilan suspiró, veía la determinación llenar la mirada de su hermana, y pensaba que con su físico no podría ir muy lejos así que no tenía de que preocuparse.

Cinco meses le tomó a Kate llegar a lo alto de la montaña antes del amanecer, su agilidad era sorprendente. Ahora que tenía más tiempo no sólo hacia flexiones, consiguió una vara del mismo peso que su espada y empezó a ensayar movimientos que había visto hacer a Khronth y a su hermano.

Esa tarde, Dilan llamo a Kate para entrenar movimientos de la espada, él solo quería que Kate tuviera algo con que defenderse. Pero al comenzar se sorprendió, la postura que tomó Kate era justo la que necesitaba para su espada. Le dijo que atacará y él realmente no esperaba mucho no planeaba esforzarse, además sólo eran un par de varas de madera las que usarían.

Dilan a penas esquivo el golpe que le lanzó Kate, no se lo esperaba, ni si quiera esperaba que tomará la vara bien. Si esa hubiera sido una espada ahora no tendría una oreja. Con asombro miro a Kate quien le sonreía.

—¿Que demonios has estado haciendo todas las mañanas?— le pregunto.

—Lo que no me has querido enseñar, querido hermano—

Dilan se quedó mudó, su intención era  darle a Kate las habilidades de protegerse pero siendo sincero se había estado negando a entrenarla bien y de alguna manera ella había averiguado como mejorar por si misma, eso lo hizo sentirse tonto ¿por que había dudado de la capacidad de Kate? ¿Por que no le dio una oportunidad?

—Bien, creo que hoy comenzarás a entrenar conmigo— el rostro de Kate se iluminó al escuchar esas palabras —pero primero te mostraré a lo que realmente te enfrentas— en cuanto término de hablar, Dilan arremetió contra Kate, la pobre no pudo hacer nada y eso que Dilan detenía los golpes antes de que la tocarán. Su cerebro era mas rápido y le decía que hacer para evitar el ataque pero su cuerpo no respondía como ella necesitaba. Término completamente derrotada y dándose cuenta de que el gran logro que ella creía haber obtenido no era nada comparado con lo que su hermano sabía. Pero ahora Dilan estaba dispuesto a enseñarle y ella aprendería todo lo que le fuera posible.

Un año había pasado desde aquel momento, Kate ahora tenía 15 años y Dilan recién cumplía los 17. Ambos habían mejorado mucho en el uso de las espadas, Kate ya podía defenderse un poco ante Dilan, su agilidad era su mejor arma y había descubierto como aprovechar el peso y la fuerza de su enemigo en su contra. Dilan, al tener ahora un contrincante, había mejorado la precisión de sus golpes pues se esforzaba por no dañar a su hermana, ahora tenía mejor dirección y podía golpear donde quería. Claro que a Kate aún le faltaba mucho para alcanzar al Dilan, y si este peleaba en serio ella seguía sin tener oportunidad, pero al menos no estaba desprotegida en caso de quedarse sola.

Esa noche bajaron al pueblo para surtir provisiones, desde el incidente de hace más de año y medio la gente se cuidaba de tener trato con ellos, cosa que no les molestaba. Kate llevaba su espada ceñida a la cintura, ya sabía defenderse pero era mas para asustar a cualquiera que se quisiera propasar.

En el pueblo era el día de los impuestos, Kate y Dilan habían escuchado hablar de el pero no habían estado presentes. Vieron como un carruaje con demasiada opulencia se acercaba al centro del pueblo, y de el bajaba un sujeto bastante pasado de peso rodeado de un par de guardias. Comenzó a cobrar unas sumas excesivas por impuestos que no existían, ambos observaron como dejaba a familias sin comer por su ambición. Pero no se arriesgarían a hacer un escándalo frente a alguien enviado por el rey.

Al terminar sus compras se dirigieron al bosque, tenían que cruzar por uno de los caminos más transitados para llegar al pueblo, sólo eran unos metro y se adentraban al bosque. Pero Kate no siguió a Dilan, se quedo observando hacia el camino.

—¿Que sucede?— pregunto Dilan regresando a donde ella.

—Es el recaudador de impuestos— Kate señaló a una parte del camino donde estaba el carruaje varado, le faltaba una rueda —parece que se quedó atascado ahí y sus guardia fueron al pueblo a cambiar la rueda—

—Pues que bien, que sufra un poco. Pero ya es hora de volver—

—Robemosle— dijo Kate

—¡¿Que?! ¡¿Estas loca?!—

—No hay guardias alrededor, debe estar solo— miro fijamente a Dilan —ese dinero es el alimento de muchas familias, de niños que pasarán hambre—

—Pero es peligro ¿y si nos reconoce?—

—Esta muy oscuro, no nos verá, además estamos lo suficientemente lejos del pueblo, sólo pensarían que fueron unos bandidos cualquiera—

Dilan suspiró y justo estaba por contestarle a Kate cuando noto que está ya no se encontraba con él. Kate se acercaba sigilosamente a la carreta mientras le hacía señas.

—Maldicion—

Sangre de ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora