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—¿Lamer un pie sucio o comer una pizza caducada hace un mes? —Le pregunté mientras limpiaba mi pincel en el vaso con agua, el azul se diluyó perfectamente.

—Depende, ¿qué tan sucio está el pie?

—¿Qué importa?

—Importa mucho, mi estomago sufrirá igualmente —Se encogió de hombros.

—Con dos semanas de suciedad.

—Mmm —Comenzó a darse golpecitos en la barbilla con el lápiz pensándolo —Elijo la pizza.

—¿En serio? Eso tendrás que masticarlo y pasarlo.

—¿Y? No lameré el pie de otra persona, que asco.

—Eres raro.

Tomé un tono oscuro con el pincel y miré el cuadernillo frente a mí, ladee mi cabeza como si eso me lograra dar una mejor expectativa de lo que hacía. Observé a Brayden por el rabillo del ojo, él estaba concentrado con la lengua de fuera mientras dibujaba quien sabe qué cosa, su cabello estaba aún más largo y lo vi pestañear molesto por unos mechones que caían sobre sus ojos.

—¿Tú que prefieres? ¿Morir asfixiada o ahogada?

—¿No es lo mismo? Te privan del oxígeno.

—Asfixiada por una gomita o ahogada en una pecera —Agregó con una sonrisita.

—Ahogada definitivamente —Arrugue mi nariz —Que vergüenza morir por una gomita... creo que una vez leí eso en un libro.

—¿Qué clase de libros lees? —Cuestionó agrandando su sonrisa.

—¡Oye! No te burles, fue el primer libro que leí por mérito propio y me lo prestó una profesora en secundaria.

—Aww, una profesora que le da un libro a una alumna de alguien que muere ahogada por una gomita, que memorable.

—Eres un idiota, Brayden.

—Ya admite que estás enamorada de mí —Guiñó un ojo y sin poder evitarlo solté una carcajada.

—Arriba la esperanza, abuelita.

Chasqueó la lengua y volvió a concentrarse en su dibujo.

—¿Qué has pensado del viaje? —Volvió a romper el silencio.

—¿Mhmm?

—El viaje a la cabaña —Lo miré de reojo sin comprender de lo que hablaba —Cuando fuimos a Leith te dije que los chicos iríamos a una cabaña.

—Ah, si, ya lo recuerdo.

—¿Y...?

—¿Y qué? —Fruncí el ceño.

—¿Irán Margo y tú? —Intentó ocultar su exasperación pero su voz lo traicionó.

—Oh, yo... olvidé decírselo —Admití.

—Wyatt ya se lo dijo, ella dijo que hablaría contigo —Se rascó la frente con la parte plana del lápiz.

—Ah, pues, no lo hemos hablado —Me encogí de hombros y volví a mi pintura, pero cuando acerqué el pincel a la hoja mi mente ya había quedado en blanco.

Resople y dejé caer el pincel en el vaso de agua, Brayden me miró neutro durante unos segundos y después el bajo su cuadernillo y el lápiz.

—Ugh, ya me enfadé de esto —Dijo con fingido fastidio —¿Qué otra cosa se te ocurre hacer?

Hizo danzar sus cejas y esbozó una sonrisa sugerente.

—¿Estás segura que esto no destrozará mi bello rostro?

BREATHE ME (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora