20

1.1K 151 167
                                    

—Tus abuelos vendrán y tus tíos igual —Habló Lilith Loveall, con el tono característico de las madres, amoroso y dulce, su cabellera negra estaba recogido en un moño mal hecho y sus ojos verdes fijos en la serie que iluminaba la pantalla de la sala.

—¿A qué hora? —Preguntó Farid sentado en el sillón con sus piernas sobre el reposabrazos.

—Por la noche, tu tía dijo que traería pastel, como todos los años —Contestó ella, dos pequeñas arrugas se formaron en su entrecejo y sus labios se fruncieron por lo que pasaba en la serie.

—Pero en la noche quede de salir con mis amigos —Chilló mi hermano.

—Pues que vengan al pastel —Dijo Rickson Loveall con tono pedante, sus ojos azules lucían cansados con arrugas en los bordes y unas sombras de ojeras, su cabello rubio como el oro despeinado por la mano de su esposa que lo acariciaba.

De pequeña no entendía porque Farid y yo éramos castaños, mi hermano me dijo que era una combinación de ambos tonos, el negro de mi mamá y el rubio de mi papá, tenía lógica, y use la misma lógica para el color de mis ojos, que el verde y el azul se mezclaron para formar un gris, aunque alrededor de los ocho años envidiaba los ojos verdes de Farid porque eran igual que los de mi madre, y yo quería tener algo que me igualara a ella. Ahora no, me gustaba ser la única de los cuatro con ojos grises aunque a veces parecieran azules como los de mi papá, que los cuales tenía que admitir, eran bonitos.

—Claro que no van a venir —Refunfuñó mi hermano.

—Si son tus amigos vendrán —Contestó papá mientras acariciaba su barbilla con una mano.

—Yo no quiero que vengan, quiero seguir con los planes que ya tenía con ellos.

—Pues no vamos a decirle a nuestra familia que no vengan —Dijo el mayor de los Loveall comenzando a sonar molesto.

—Que vengan más temprano.

—No seas estupido —Le lanzó una mirada a mi hermano con advertencia y después volvió la vista a la televisión.

Farid no agregó nada más pero arrugó su pecosa nariz, también me parecía curioso que ambos tuviéramos tantas pecas si en la familia no conocíamos a alguien más con ellas.

—Yo creo que si vinieran una hora más temprano como mínimo, Farid podría estar con nosotros un rato y tendría tiempo para irse con sus amigos —Intervine en la platica.

Yo estaba recostada en el sillón al otro lado del sofá, jugando con un mechón de mi cabello, mi padre me lanzó una mirada que advertía: Si ya sabes como terminara esto, ¿para que abres la boca, niñita?

Le mandaré mensaje a mi hermana avisándole —Intervino mi mamá finalmente y después se dirigió a su esposo —Y le marcaré a tu padre también.

—No quiero que los molestes, Lilith —Refutó el hombre —Farid no se morirá por darle tiempo a su familia.

—Es su cumpleaños, déjalo que celebre como quiera —Volví a hablar, Farid me miró y casi pude escuchar como en su mente decía: Oh, shit, here we go again —Podrá estar con la familia y sus amigos sin problemas.

Mi padre me miraba suspicaz y mi madre en advertencia, era plenamente consciente de que una de las peores cosas que uno podría hacer era llevarle la contraria a Rickson Loveall si él estaba de mal humor, es por eso que ni mi querida madre o mi preciado hermano solían discutir con él para evitar malos ratos, pero para la mala suerte del señor, nació Nahiara Loveall, la descendiente que, o no abría la boca ni para emitir un pío, o no cerraba la boca y era capaz hasta de pelear con Hitler aún sabiendo que terminaría hecha jabón.

BREATHE ME (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora