BREATHE ME (BORRADOR)

9

—El entrenador me odia, no tengo dudas —se quejó Olivia sentada en el suelo a un lado de mí, apartó bruscamente unos rulos que le caían en el rostro —¡Hice un saque perfecto!, pero no, él dice "tienes que mejorar tu postura, Green", ¡pues que le den!

—Creí que amabas a tu entrenador —alcé una ceja burlona y después seguí con mi tarea de acomodar los zapatos en las repisas mientras Oli me pasaba los demás.

—Lo amo... cuando no me corrige y se da cuenta de lo fabulosa que soy —resoplo y me reí —. Como sea, se que él me adora, el equipo no sería nada sin mí.

—Si, lo creo —termine con los últimos pares y la ayude a ponerse de pie —. Pero que no te escuchen decir eso en tu equipo o te darán un remate en la cabeza.

Saco la lengua de forma infantil y nos fuimos a sentar detrás el mostrador.

—¿Y qué hay de nuevo contigo? ¿Tu hermano sigue siendo un idiota lindo o qué? —le di un codazo en el brazo y ella se quejó —. ¡Oye!

—No le digas lindo, me entran ganas de darme un balazo en la cabeza.

—Ara, tienen la misma cara, así que acepta que es lindo.

—¡Claro que no!, por Dios, mujer, no aumentes mis inseguridades —la mire con disgusto y ella comenzó a reír.

—De acuerdo no se parecen en nada, ni siquiera lucen como familia, parece que vienen de mundos completamente distintos —se burló y le hice una mala cara —. Solo digo, que no te sorprenda si algún día nos volvemos cuñadas.

—OLIVIA.

—Bien, bien —levantó las manos en señal de rendición —. Entonces háblame sobre ti, ¿Ya aprendiste a tocar nuevas canciones?

—No —resople y me pase una mano por la cara —. La verdad es que llevo tiempo sin acercarme el ukelele.

—¿Por qué?, recuerdo cuando llegaste emocionada porque te lo regalaron tus padres.

—No lo sé —confesé encogiendo los hombros —. Tampoco he pintado desde hace unas semanas, es como si mi mente borrara el interés por esas cosas y ahora solo me dedico a leer.

—Amiga, eres rara —Oli se cruzó de brazos y miro a un frente de nosotras cuando una cliente entró al lugar para mirar los zapatos —. Digo, es normal que las personas se bloqueen algunas veces, pero tú, tus bloqueos duran demasiado y muy seguidos.

Se levantó y fue a atender a la señora con una sonrisa.

Cuando nuestro turno terminó y llegó Kate, nos retiramos juntas hacia la parada del autobús fuera de la plaza para esperar cada una el que se dirigiera a nuestras respectivas casas.

—¡Uy! —exclamo de repente Oli asustándome —. Casi lo olvidaba, ¿aceptarías una inquilina el viernes?, mis padres saldrán de viaje y sabes que odio dormir cuando la casa está sola.

—Y ahí está el punto que nos vuelve distintas, querida Olivia —comencé a desenrollar el cable de mis audífonos —. ¿No seria mejor que yo fuera a dormir a la tuya? Así no estaría mi familia.

—Ara, ¿crees que yo tendría inconveniente algún de encontrarme a tu hermano semidesnudo por la noche? —levantó y bajo las cejas repetidas veces.

—No pensarás lo mismo si al que te terminarás topando semidesnudo fuera a mi padre en su lugar —dije con una mueca de asco.

—Bien, en mi casa entonces —accedió, pasó su vista detrás de mí y alzó una ceja—. No es por alarmarte pero un chico lindo viene a hacia nosotras.