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Tuvo sueños horribles sobre manos metiéndose por debajo de mi piel, noches oscuras sin luna y una fogata que producía sombras que se burlaban de mí.

Odiaba los domingos, de verdad.

Se supone que es un día de descanso pero en realidad no lo es para nada. Tengo que dormir temprano para el día siguiente (lo cual siempre fallo en ese punto), lavar mi ropa para el resto de la semana, bañar a Michi (que es como iniciar la guerra de Troya) y ser una familia "feliz" por el momento que mis padres se quedan en casa. Además de amargarme revisando Instagram viendo como los demás SI disfrutan su domingo.

Además ese día se pasaba taaan rápido y el resto de la semana taaan lento, y aún así, en un abrir y cerrar de ojos, el viernes por la noche ya tenia de nuevo a Margo y Oli en mi casa mientras arreglábamos nuestros disfraces.

—Si no fuera por la trenza una pensaría que no estás disfrazada —dijo Oli y lleve automáticamente una mano a mi cabello.

—Yo si entiendo el concepto sin que se explique —defendió Margo acomodando la peluca rubia sobre su cabeza —. Es obvio que es Katniss Everdeen, con el arco y todo.

Apunte el arco de juguete hacia ella y sonrió.

—Claro, muy obvio porque todos hemos visto los juegos del hambre —Oli se puso sobre la cabeza el gorro de su capa roja y nos miró —. ¿Me veo bien?

Su disfraz de Caperucita era atrevido y perfecto para el cuerpo con curvas de Olivia. Porque en un cuerpo como el mío pasaría de ser sensual a parecer demasiado infantil.
Margo por su parte optó por disfrazarse de Violeta de Charlie y la fábrica de chocolate, y si no fuera por la mancha púrpura en su rostro podría pasar fácilmente como una madre americana.

—Me dan ganas de declararme bi al verte —le dije a Oli.

—Gracias, Ara —sonrió satisfecha con esa respuesta —. ¿Y Kai?

—Sabes que tarda bastante ese tonto —contesto Margo retirándose del espejo —. Llegaríamos más rápido caminando que esperándolo.

—Claro, porqué no irnos caminando tres chicas en una noche de Halloween —dijo la morena con una sonrisa irónica —, ¿qué podría salir mal?

—Lo mejor que podría pasar es que nos lancen unos huevos crudos —agregué yo.

—¿Lo mejor?

—¿Quieres que te diga que sería lo peor? —arqueé una ceja.

—Lo capto —suspiró Margo —. Podríamos pedir un Uber.

—O decirle a Van que pasen por nosotras

—Me gusta más la idea del Uber —opine mientras aflojaba la trenza de mi cabello.

Era demasiado raro para mí verme tan peinada, la última vez que había tenido ese aspecto fue a los doce años a inicios de secundaria.

Un claxon se escuchó fuera de casa anunciándonos la tardía llegada de Kai. Salimos de mi habitación y Michi aprovechó el momento para entrar corriendo, le grite a Farid que ya me marchaba antes de recordar que él no estaba en casa.

—¡Corran o las dejo aquí! —nos apuró Kai asomado desde la ventanilla.

Llevaba unas sombras oscuras y disparejas en sobre sus párpados y por debajo del ojo, pupilentes blancos, los labios pintados de negro y una cruz volteada del mismo tono. Y su cabello teñido de un rojo intenso despeinado.

—¡Pero si tú fuiste el que llegó tarde, ingrato! —se quejó Margo —. Nosotras deberíamos de apurarte.

—Yo llevo el coche, yo decido quién llega tarde y quien no.

BREATHE ME (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora