BREATHE ME (BORRADOR)

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"Dice estar muerto pero llora con ciertas canciones y se conmueve al filo de un libro. Él no está muerto, solo esta infinitamente roto"
—Elena Poe.

Algunas veces era más consiente que otras sobre la existencia y el como yo solo era un personaje secundario de una mala película, la adolescente que odia la vida y no "sigue los estándares de chicas de su edad", ese personaje estaba tan usado que todas querían comenzar a identificarse con él, pero algo podía afirmar yo: ser ese personaje no era para nada gratificante.

Porque la frase "odio vivir", no era solo una frase realmente.

Las ojeras, no eran solo una moda.

El mal genio no era a causa de un capricho no cumplido.

Y la soledad no existía solo por las noches cuando no salías con tus amigos.

En realidad, esas características, tenían una profundidad tan grande y verdadera, que era dolorosa.

Mi existencia era tan dolorosa y mi droga para calmar esa sensación era la nada. Esa nada que se producía en la soledad de mi habitación, en el salón de clases, en el círculo de árboles, en la sala, el comedor; esa nada que apagaba los sentimientos como si funcionara con un interruptor que yo no manejaba.

Y esa nada, de una forma muy distinta e indescriptible, también era muy dolorosa.

¿Has pensado en lo que sería morir? Yo lo he hecho bastantes veces, y el terror baja por mi espina dorsal y espanta mi sueño, pero otra parte de mí espera ese final, siente curiosidad por él... aunque claro, no a mano propia, no tenía ese algo que se necesitaba para ello.

Me gustaba pensar que todo humano tenía ese pensamientos, es lo único que tenemos asegurados, por supuesto que en algún momento nos lo cuestionamos.

Pero ¿esta sensación de soledad también lo sentíamos todos?

Esta sensación de encontrarse sola a pesar de tener a mis amigos riendo a mis lados, de mantenerse perdida durante las charlas de mi hermano, de divagar entre párrafos al tener un libro en mis manos.

Sabía que yo no era nada especial, lo que pasaba por mi cabeza era seguro qué pasó por millones de cabezas más, —y saber que eso calmaba un poco mis inquietudes de creer que me estaba volviendo loca—, pero mi necesidad de conocer como esas millones de personas lograron desaparecer todas esas sensaciones de estar ahogándose.

¿O es que en realidad sólo las ponían en pausa?, ¿esto nunca iba a desaparecer?

¿Me acompañaría hasta mi último respiro?

Dime, Oscuridad, ¿cómo es que eras la única que se mantenía abrasadora sobre mí y aún así seguía temiendo de ti?

Es confuso, es agotador y aquí venía de nuevo.

La nada.

☾

Otro de mis malos días, esa noche no dormí demasiado, fue como si mi cerebro a pesar de haber desconectado cualquier pensamiento o sentimiento, decidiera seguir encendido, como cuando actualizabas un software en tu móvil, él no había dejado trabajar pero no podías usarlo mientras tanto.