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Hemos entrado a septiembre, lo que significa que he pasado por tres semanas desde el inicio de curso, escuchando a todo el mundo hablando de la universidad, las solicitudes iniciaban este mes y todos estaban ansiosos, ¿y yo?, yo solo quería matarme de una vez, cada que cruzaba la calle esperaba que apareciera un auto y terminara con todo para no tener que pensar más en el futuro, mi futuro,

Mis amigos no paraban de hablar sobre eso, era realmente estresante, ¿y cómo reaccioné a eso?, renuncié a mi trabajo, Oli me reprochó por dejarla sola, mis padres lo notaron hasta el día anterior, al ser domingo y verme en el sofá en pijama aún, mi padre me dijo que no era una persona constante, yo solo callé y evité cualquier comentario que arruinara su único día en casa.

Y hablando de casa, Farid estaba insoportable, su cumpleaños en dos semanas y actuaba como un niño de diez años, en lugar de un hombre a punto de cumplir veintidós, ¿y quién tenía que presenciar ese carácter infantil y energético?, pues claro, la única otra presencia que rondaba por el hogar, yo.

—No me imaginaba tu habitación así.

—¿Y qué hacías imaginándote mi habitación antes? —Arrugué mi nariz y él sonrió.

—¿No has imaginado tú la mía?

—No.

—Ya —Chasqueó la lengua y siguió observando cada centímetro del lugar —Me lo imaginaba con todos oscuros y posters de bandas de rock pesado.

—Si tengo posters de rock.

—No es rock pesado —Tomó el ukelele y pasó sus dedos haciéndolo sonar —Toca algo.

—No.

—¿Por qué no?

—Porque no se me antoja.

—Eres muy gruñona —Se acercó a mi librero y repasó sus dedos por los bordes de los libros —¿Todos son tuyos?

—Por algo están en mi habitación, chico listo —Rodeé los ojos —Puedes dejar de revisar el cuarto, me pones de nervios.

—¿Te pongo nerviosa? —Inquirió alzando una ceja arrogante.

—Eres un pendejo.

—Soy muchas cosas, pequeña Ara —Tomó un libro y me miró divertido —¿Por qué tienes un diccionario tan gigante?

—Brayden, no me hagas dudar de tu capacidad mental, por favor —Curveo sus labios formando un gesto inocente —Algunas veces no entiendo palabras en los libros y las busco ahí.

—¿Por qué no eres una adolescente normal del siglo veintiuno y lo buscas en internet?

—Es más placentero así —Me defendí.

—Eres rara —Frunció el gesto y devolvió el diccionario a su lugar para después sacar otro de los libros, tirando un papel blanco al suelo en el proceso, lo tomó y comenzó a analizarlo, una corriente fría bajo por mi espalda poniéndome tensa —¿Por qué tienes un calendario escondido y no pegado en la pared?

—Es mi calendario personal, chismoso —Me levanté de la cama rápidamente para arrebatar el calendario de sus manos.

—Pues perdóname si estoy mal, pero, según tengo entendido es que eso pasa cada mes —Alzó la hoja sobre su cabeza lejos de mi alcance —Y aquí marcas cada cuatro o cinco días, ¿eso es normal?

—Jamás dije que fuera ese tipo de calendario personal, idiota, dámelo —Lo empuje por los hombros pero él no se inmutó.

—¿Entonces?, ¿marcas cada que piensas en mí? —Dio una sonrisa ladeada.

BREATHE ME (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora