Capítulo 6

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Notita súper rápida, gerels: no tengo intención de demorar tanto subiendo, pero tuve un problemón con el internet el fin de semana. ♥. Disfruten su lectura. 

***


Maggie no había escrito nada hacía unos tres años, justo cuando le faltaba un año para terminar la universidad. El año en que murió su padre.

Al día siguiente de la cena con Eric Wolf, abrió las cortinas y la ventana y se dejó caer en la salita. En el regazo, mantuvo el segundo título de la serie que le había dado un salto a los mejores lugares de ventas. La cubierta era preciosa, con los colores del otoño impregnados por todos lados, con esa tapa, ese lomo, la tipografía... Un suspiro la sobrecogió.

Todo lo que tenía que ver con su sueño de dedicarse enteramente a la escritura parecía ahora tan lejano... Israel, su editor, le enviaba correos y mensajes instantáneos de vez en cuando. Eso porque en los primeros meses tras la muerte de su padre y su repentina desaparición de las redes sociales, había sido todo lo insistente que cabría esperar.

—Oh, no.

Cerró el libro cuando intentó leerlo. La dedicatoria también significaba algo. Una cita, un chico, alguien a quien creía importante, pero de quien no sabía nada en esos momentos. Para entonces ya tendría alrededor de veinticinco años y Maggie... Bueno, no esperaba nada.

Recluirse a vivir el duelo fue la idea más lógica en el instante en el que el cielo se tornó tan gris. Arrojó el libro sobre la mesa del café, se inclinó y se cubrió la cara con las palmas de las manos.

Era un sábado por la tarde y había intentado darle final a la trilogía. Un libro que todavía no veía la luz. Los de la editorial habían sido indulgentes y le disculparon un contrato que todavía tenía que culminarse, pero tampoco le apuraba mucho.

No quería abandonar la escritura...

Era solo un lapso de descanso.

Que ya duró como tres años...

Por otra parte, la fabricación de los ungüentos también requería de mucha atención. Y seguir el recetario de su padre, escrito por su puño y letra, ayudó demasiado.

—Hay trabajo que hacer —dijo, atravesando el pasillo.

Salió por la puerta trasera, dirigiéndose al invernadero donde guardaba algunas de las especies de flores que no germinaban en la tierra del descampado; ya fuera por la humedad o las grietas, cada año se daba cuenta de que la tierra se volvía yerma y otros tantos retoños no se lograban.

Los ungüentos tenían más demanda y no se daba abasto. A lo mejor su madre regresaba para diciembre, pero para ello faltaba más de medio año.

Mientras se ponía los guantes de jardinería, comprendió que una parte de ella quería que el legado de su padre perdurara, y no confiaba en sí misma para hacerlo.

Sonó su celular.

En la pantalla, apareció un mensaje de texto; era un número desconocido, aunque tuvo una premonición. Las palabras en él eran básicas, educadas y un poco secas, pero Maggie no esperaba ningún trato dulce del lado de Eric, que le escribió:

Mi equipo y yo estaremos allí para el fin de semana. Prepare un itinerario.

Se guardó el móvil en el delantal, luego de ponérselo. La otra parte de ella no sabía qué plan de venta ofrecer a un hombre con tanta experiencia. Pensar en una historia romántica acerca de una joven que prefirió marcharse a la universidad y olvidarse totalmente de un padre cariñoso y trabajador... No, Eric Wolf tenía una sombra macabra en los ojos, como si se moviera más aprisa que ella.

Aparte conocía su secreto... y la verdad era que se sentía furiosa. Aun así, imaginarse de dónde lo sacó o quién se lo dijo, le provocaba dolor de cabeza.

Prefirió dejarlo de lado por ahora, como hacíacon casi todo lo que girara entorno a sus libros románticos, la universidadincompleta y el espectro de la memoria de su padre. 

BrujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora