Crystallize

El baile

Cinco chicas mantienen rodeada a Sophie, las cinco chicas la mantienen sentada mientras ellas hacen su trabajo con la vigilante. Fuera de la habitación en la que se encuentra Sophie están Nicolás, Azael y Joe. Los tres a la espera de la rubia, los tres saben el plan de Sophie y aunque se oponen rotundamente no hay nada que se pueda hacer cuando Sophie Johnson tiene una idea en la cabeza no hay nadie que se la saque, ha pasado alrededor de unas cinco horas encerrada en esa habitación. Phoe se encuentra dormida en la torre más alta de Lagos, Megan le ha estado rociando varias raciones de polvo de Morfeo  sobre el rostro de la musa para que no despierte alrededor de la torre hay un escuadrón de vigilantes obstruyendo el paso a cualquiera, nadie entra nadie sale. Los vigilantes de todo el mundo están más alertas que nunca.

La puerta de la habitación se abre dejando salir a las cinco muchachas que han estado con la rubia, los tres hombres se giran hacia la puerta y miran a las chicas esperando respuestas.-Esta lista.-dice una de ellas, conocida como Nixie.-Ya puedes salir.-le indica la chica a Sophie.

La mencionada cierra los ojos una vez más al verse en el espejo, se pone en pie de la silla y camina decidida hacia la puerta al salir los tres hombres la miran sorprendido.-Desde ahora soy Phoe.-dice intentando imitar el tono de voz dulce de su hermana, el cual le sale a la perfección.-Para todos.-Nicolás la mira muy sorprendido es como tener a Phoebe en frente. El vigilante sacude la cabeza y asiente.-Somos gemelas, es normal que nos parezcamos. Ahora dejen de verme tenemos que ir a un baile, ¿Azael?-el arconte copia la acción del vigilante y le extiende la mano a Sophie que gustosamente la sujeta, con su otra mano libre toma la muñeca de Nicolás, el vigilante al sentir su toque no siente nada lo que para él es bueno.-Te veré allá.-le dice la chica a su padre él cual asiente y le sonríe antes de que su hija desaparezca en el aire.

Joe se voltea y mira a las cinco chicas que aún siguen ahí.-Ya saben que hacer, avisarle a todos. Quiero a los vigilantes listos en cinco minutos y a los civiles en el refugio. ¿Nixie los brazaletes están listos?
-Sí, todos han sido entregados a los demás vigilantes señor.
-Bien, vayan con su formación y esperen la señal.
-En seguida.-responde Nixie por todas.

Muchos ojos se posan en los tres muchachos que se acaban de aparecer en medio de la pista de baile, varias miradas de sorpresa aparecen al ver a la musa de la música hacer acto de  presencia en el baile de las nueve noches. Llevado a cabo en Italia, la musa mira el ligar en busca de alguna de las otras musas y sus ojos se fijan en la más cercana, Talía. Quien se acerca con una sonrisa falsa a ella.-Llegan a tiempo, el baile está a punto de comenzar.-Sophie le da una sonrisa falsa y asiente con educación, la música comienza  sonar y rápidamente Talía toma el brazo de Nicolás.-No te importará que este lindo vigilante baile conmigo, ¿Vedad hermana?-Sophie se encoge de hombros y Nicolás respira hondo al comenzar a bailar con Talía.

-Será mejor que bailemos.-le sugiere Azael y la castaña asiente, delicadamente coloca su mano derecha sobre el hombro del arconte el cual la sujeta levemente de la cintura. Azael mira los ojos azules de Sophie, es como tener a Phoe en frente, lentamente el arconte se acerca a su cara pero ella se aleja y niega lentamente.  Azael parpadea varias veces y mira detrás del hombro de la musa, a unos cuantos metros puede divisar a una chica muy parecida a Calíope junto a la chica está Urania pero su vista vuelve a la chica que parece ser Calíope. La musa se da cuenta de la mirada del arconte y le da una sonrisa siniestra.

Calíope está aquí.

Le intenta decir el arconte a Sophie pero mira discretamente la muñeca de ella y nota que lleva puesto el brazalete que Phoe le dio. Maldice por lo bajo y hace que la chica de una vuelta por la pista de baile, la hala hacia él y antes de chocar con su pecho la deja caer al suelo no sin antes pasar su mano por la espalda de está el cabello castaño de Sophie está a solo unos centímetros de tocar el suelo, su vestido color rojo llega hasta el suelo tapando por completo los pies de ella, solo dando un giro se lograrían ver.