Las tres hijas

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Tomas se encuentra sentada en el suelo viendo a su hermana mayor llena de tubos en una camilla de hospital. Los tubos son para extraerle la sangre mientras que solo hay uno que le da la mínima cantidad de sangre para que no muera.

El chico cierra los ojos y se deja llevar por su mente en el momento en que llegaron a Lagos.

Tomas:

Todo en ella se ve normal, su mirada su sonrisa, su cabello. Todo. Pero no es ella. Según las palabras de Megan, aunque para mi sigue siendo mi hermana. Llevo cinco minutos desde que hemos llegado y Megan se encuentra con la junta hablando de asuntos que aún no se me permiten saber.

Pero Megan estaba en lo cierto, no era ella. Porque solo pasaron quince minutos para que la ingresaran a un hospital y la comenzaran a desangrar para que se me lanzara encima e intentará ahorcarme.

Por suerte entro Azael y me soltó de sus manos. Sophie solo gritaba una y otra vez muere maldita arpía.

Y ahora me encuentro sentado en un rincón de la habitación mientras Megan y Azael hablan en un idioma que no logro comprender.

Megan y Azael terminan de hablar y ella me indica que salga de la habitación pero antes de cruzar la puerta escuchó una voz en mi cabeza.

Tomas, busca una piedra negra en la calle del barrio español. Llevársela a Valent y ella sabrá qué hacer con ella.

Me giro y miro a Sophie que está dormida pero puedo jurar que ha sido ella la que me lo ha dicho.

.

Azael espera a que Tomas y Megan salgan de la habitación y cierra la puerta. Sophie lo mira mientras lucha con el sueño.

-Yo no quiero hacerle daño a mi hermanito.-susurra con voz áspera y Azael se acerca a su cama. Ella se mueve un poco y él la ayuda, Azael se sube encima de la camilla y Sophie deja caer en el pecho de él.

-Lo sé.-le responde él mientras acaricia su mejilla.

-No me dejes.

Un silencio se cierne en la habitación y Azael suspira.-Nunca te voy a dejar Sophie.

La mencionada pone sus manos juntas en el pecho de Azael y cierra los ojos por unos segundos dejándose escuchar el corazón latiendo de él.

-Me siento mal.

-Te están drenando Soph.-ella mueve su cabeza y lo mira con los ojos medio dormidos.

-¿Cuánto más tendré que estar así?

Azael frunce el ceño y deja caer su mano alrededor de sus fríos brazos.-Lo que sea necesario.-dice dándole un abrazo.

Sophie se siente más relajada estando junto a él, y protegida. Ella deja cerrar sus ojos y se duerme en los brazos del chico que ha ganado su corazón.

-Te quiero Sophie. -susurra Azael antes de besar su cabeza y cerrar los ojos junto a ella.

El cuerpo de Sophie se comienza a mover sobre Azael, el arconte abre los ojos y la encuentra aun con los ojos cerrados diciendo cosas sin sentido. Sophie se intenta quitar los tubos que transportan su sangre pero Azael lo impide.

-No, Jackson.

Azael frunce el ceño y coloca sus manos en las cienes de ella.

Si no la puedo curar puedo entrar.

El arconte cierra los ojos y se concentra hasta sentir que el cuerpo de ella se relaja completamente. Azael abre los ojos y todo lo que ve es una matanza. Definitivamente ha entrado a la mente de ella.

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