Juramento

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Sophie miraba expectante a las ocho chicas que la rodeaban, esperando cualquier movimiento por parte de ellas.
-Ese brazalete que llevas camufla tu aura.-firmo una de ellas, Sophie la miro pero no supo quién era.-Muy inteligente de tu parte, deberías quitártelo.
-No lo hare.-respondió muy segura la vigilante.
-Entonces lo haremos nosotras.-esa voz si la reconoció Sophie al instante, Urania.
-Tócame y te arrepentirás.-le dijo la castaña mirándola desafiante a los ojos, Tessa sujeto el brazo de Urania y miro a Sophie.
-Solo queremos hablar Phoe.-dijo Tessa.
-La que va hablar aquí seré yo.-sentenció la castaña.-Haré lo que ustedes quieran solo si rompen la conexión que tenemos Sophie y yo.
Una risa encantadora salió de los labios de Calíope.-Pequeña musa, eso no lo podemos deshacer nosotras. No hay forma de deshacer el lazo que las une a menos de que tu hermana muera y si muere tú también lo harás, deberías saberlo Phoebe, pero no eres una musa original.
-Lo sea o no, me necesitan. Pero yo a ustedes no.-la sonrisa de Calíope se borró al instante.
-Crees que eres nuestra única esperanza, no lo eres. Si mueres Euterpe regresará a la vida por derecho ella tiene que estar aquí.-hablo la musa mayor.
Sophie sonrío siniestramente mostrándole sus dientes perfectos.-Ustedes la mataron, la delataron, la condenaron a vivir sin su amado. Lo sé todo, todas la envidaban por ser la favorita, si me matan vendrá por su venganza me vengará a mí por ser su descendiente.-cada palabra que decía la castaña lograba asustarlas cada vez más.-Buscará la esfera que todas desean y hará una flecha como la que hizo Artemis, y les hará todo lo anterior que les dije. O me dicen como romper el maldito lazo y yo misma haré esa flecha.
-¡Tú no eres Phoe!-exclamo Tessa.-Ella nunca le haría esto a sus hermanas.
-Ustedes no son mis hermanas y la rubia tiene razón, no lo soy. Pero si me hacen algo o intentan hacerlo en estos momentos volaré este lugar en miles de pedazos y vendrán tantos vigilantes que perderán la cuenta, como ya saben estuve con Apolo por la cual sé mil y un maneras de torturar una musa con solo usar mis manos. Como rompo el maldito lazo.-las ocho musas la observaban asombrada, era como tener Apolo en frente de ellas. En su forma de decir las palabras era idéntica a él.
-Solo si mueres.-respondió una de ellas ganándose la mirada asesina de Calíope quien se le acercaba amenazadoramente a la castaña.
-Tú crees saber cómo asustarnos pero sabes que no tienes poder alguno sobre nosotras, iremos por la verdadera musa y cuando ya no la necesitemos te mataremos a ti y a ella, como lo hicimos con Euterpe.-Sophie no retrocedió ni se acorvado.-Los romanos fueron solo la prueba la próxima vez que nos vuelvas a ver te mataremos.
-Primero veré como tu cuerpo se desintegra en miles de partículas doradas en el aire y luego acabaré con cada una de tus hermanas, lo hice una vez y lo volveré hacer.-le siseo la castaña entrecerrando los ojos.-Azael.-lo llamo y el arconte apareció de repente en la habitación sosteniendo la muñeca de la castaña.-Aun así volare este lugar.-y después de decir eso desapareció en el aire dejando a las ocho chicas confundidas. Segundos después una explosión las alerto y el lugar empezó a llenarse de escombros y llamas.
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-No hay forma de romper el lazo.-dijo frustrada Sophie, solo habían cinco personas en la mesa. Los dos arcontes y tres vigilantes contándose ella.-De una u otra forma voy a morir y Phoe vendrá arrastrada conmigo.
-Eso aún no lo sabemos.-intento animarla Joe y ella negó.
-Tiene que haber una.-susurro Nicolás al borde de la desesperación.
-La hay.-dijo pensativo Azael y todos se giraron a verlo.-puede que haya una, una maldición fugaz... pero solo un incubo puede generarla.
-Todos los íncubos son tropas de las musas.-le recordó Megan.
El ceño de Sophie se frunció y las miradas de Azael y ella se conectaron por unos segundos, ambos pensaron lo mismo.
-Jackson.-dijo Sophie y Megan comenzó a negar.
-Él está muerto.-dijo la morena.
-No lo está totalmente, aún se mantiene en este mundo pero está del otro lado.-le explico Azael.-Es un divagante.
-¿Y eso como lo sabes?-pregunto Joe mientras miraba a Sophie y Azael con el ceño fruncido.
Sophie tomo aire y suspiro.-Jackson... nos ha ayudado bastante desde el otro lado. Aparece en mis sueños.
Rápidamente la mirada acusadora de Megan se centró en Azael.- ¿Y tú lo sabes?, el incubo es un atormentador y no lo has reportado. Azael, eso tiene graves consecuencias.
-Lo sé.-respondió él.-Pero es cierto, el incubo ha sido de mucha ayuda para nosotros.
-Aun así está muerto y no hay nada que lo traiga de nuevo a la vida y si lo hubiera no lo podríamos usar porque está prohibido y eso te llevaría hasta tu propio inframundo.-le sentencio Megan.
-Pero lo hay.-dijo rápidamente Sophie levantándose de la mesa.-Lo hay y si esa es la única manera de que Phoe viva lo traeré a la vida.
Megan imito a Sophie levantándose de su asiento poniendo cada mano a su lado sujetando la mesa y la miro de forma amenazadora su semblante había cambiado drásticamente.-Si lo haces tendré que mandarte al inframundo, está prohibido.
Sophie la miro entre cerrando los ojos y sonrío con un aire peligroso.-Iré de todas formas al inframundo, no hay nadie que pueda asustarme Megan, ni tu ni el mismo Zeus me detendrá.-giro lentamente su cabeza y sonrió aún más mostrando sus dientes blancos.-Iré en busca del Incubo.
-No está aprobado.-intento frenarla Joe pero la castaña se giró hacia él con una mirada fría y sin expresión.
-No necesito su aprobación.-Nicolás miraba con el ceño fruncido a Sophie, era como ver a la chica rubia que conoció hace unos años. La parte fría y sin sentimientos estaba presente en ella de nuevo.
-Iré contigo.-dijo el vigilante y Azael estaba en un gran debate consigo mismo.
-Jaek no lo hagas.-Le hablo Megan en otro idioma que ninguno de los tres vigilantes podía entender. Azael miro a Sophie y luego a Megan, desobedecer una orden de Megan le costaría todo.-Si la esfera es usada... tendré que interferir.
-¿Por qué?-pregunto Joe pero ninguno de los dos arcontes no dijeron alguna palabra.
-No me sigas Azael.-hablo esta vez Sophie, y sus ojos grises se detuvieron en ella.-Está no es la lucha de los arcontes, esta es mi lucha. Agradezco todo lo que ustedes dos han hecho por nosotros pero se están jugando su cargo al estar aquí, no entiendo muy bien sus leyes pero si las básicas lo que voy hacer es algo anti natural y no quiero que me sigan en esto.
-Hemos sido enviados.-fue lo primero que dijo el arconte.-a cumplir una misión sea cual sea el precio. Mantenemos el orden en el mundo, esta es nuestra guerra al igual que la tuya.

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