11. Deudas.

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Por alguna desconocida razón, la casa de Tina siempre me había parecido bastante acogedora.
Después de haber salido de clases, había acompañado a Tina a su casa como me lo había pedido. Ella creía que contarme todo ahí sería mucho más seguro que decirlo en un lugar tan público como la escuela, y tenía razón. Las ansias de saber qué era lo que ella tenía que decir me habían estado matando lentamente las últimas horas de clases, pero por fin había llegado la hora de escuchar todo lo que ella quisiera contarme.
"Toma asiento," me dijo una vez que entramos a su habitación.
"¿Eso significa que vamos a tardar un rato, o que tendré que sostenerme de algo cuando escuche las noticias?"
"Significa que te sientes," me cortó y yo la obedecí. "Sé que estás muy ansioso por saberlo todo-"
"Exacto, me dejaste con una gran duda."
"Como decía," continuó, "sé que estás ansioso por saberlo todo, pero la verdad es que no hay mucho que saber."
"¿Cómo?" pregunté confundido. "¿Qué se supone que eso debe significar?"
"Ya lo entenderás cuando te explique."
Tina sacó un par de libros de debajo de su cama y los colocó a un lado suyo. Enseguida, tomó su laptop y la encendió mientras hojeaba el primer libro. Era bastante grande, tanto que parecía una de esas viejas enciclopedias escritas en un idioma extranjero. Seguramente estaba demasiado pesado, y me pregunté cómo era que Tina había decidido cargarlo hasta su habitación.
"Este es un libro antiguo sobre magia negra," explicó. "Explica toda clase de cosas extrañas. Desde espíritus poseyendo personas, hasta viajes espirituales, hasta cambios de cuerpo, hechicería, brujería, etcétera."
La escuché atentamente mientras explicaba un par de las cosas que cubría el libro. Todo parecía ridículo, sacado de un libro de fantasía o de una película mala de ficción. Pero, de nuevo, el hecho de que yo pudiera ver el futuro también parecía todo lo anterior. Incluso tal vez más que lo que el libro mencionaba.
Tina terminó de leer el temario del libro y me observó como esperando una respuesta.
"¿Qué pasa?" le pregunté.
"¿No te llama la atención algo de lo que mencioné?" preguntó sin quitarme los ojos de encima.
"Para ser honesto, sí. ¡Todo eso de viajes espirituales y fantasmas suena genial!"
Tina puso los ojos en blanco y lo volvió a intentar. "¿Te suena algo que te pueda ayudar con lo de las visiones?"
"Uh... no. Nada de eso parece relacionarse con mi problema."
"Exacto," dijo antes de cerrar el libro y dejarlo a un lado de nuevo. Ahora tomó su laptop y la puso delante de nosotros.
"Ninguno de los libros que encontré tenía información sobre ver el futuro. Lo más cercano a eso, me parece que fue algo sobre leer las mentes. Así que estuve investigando un poco en linea, ya que es mucho más amplia que cualquier libro, y siempre encontraba una de dos cosas: un libro de ficción o un documental sobre personas locas que se hacen llamar 'videntes'." Hizo una gran pausa.
"¿Y eso qué quiere decir, exactamente?" En realidad no entendía a dónde quería llegar con todo eso. ¿Por qué no simplemente llegaba al grano?
"Videntes son las personas que pueden ver el futuro, Cody. ¿Te suena?"
"¿Osea que yo soy un vidente?"
"¡DING, DING, DING!"
"Pero eso no explica por qué lo soy. Sólo le estás poniendo un nombre a mi problema, pero no una solución."
"Oye, tranquilo," me dijo mientras tecleaba algunas otras cosas en el ordenador. "Después de haber llegado a la conclusión de que tanto el internet como los libros no ayudarían en mucho, decidí sacar mis propias conclusiones. Hacer mis propias investigaciones. Más o menos como mi propio documental." La sonrisa en el rostro de Tina me decía que ella se estaba divirtiendo con todo eso. El hecho de poder explicarme algo, de llenar mi recebro con conocimiento que yo necesitaba, la hacía a ella sentirse orgullosa de sí misma.
"Entonces, pensé que tal vez estaba buscando muy a fondo, cuando la solución en realidad estaba frente a mis ojos. Literalmente, frente a mis ojos." Mientras decía eso, ponía una expresión de maniatica al abrir como platos sus ojos hacia mí y sonreír.
"¿Así que la solución a mi problema soy yo mismo?" pregunté haciendo una mueca. La verdad es que lo de las brujas y los demonios tenía más sentido que el punto que Tina intentaba hacer.
"Hasta cierto punto," contestó. "Sólo piénsalo. Sé de dos personas que pueden ver el futuro en intervalos pequeños, específicamente cuando algo malo va a pasar. Una de las personas está frente a mí, y la otra es ficticia. ¿Te suena?"
"¿Raven de That's So Raven?" intuí.
"¡DING, DING-! Okay, basta de eso. Pero sí, eso era a lo que me refería. En todo internet, en todo libro que busqué, nada se acercaba tanto a tu problema como este simple programa de televisión. Solo que tal vez no sea tan simple como creemos..."
"¿Quieres decir que el programa en realidad sí tiene algo que ver conmigo?"
"Es una posibilidad. Una gran posibilidad." Tina cerró la laptop y se sentó frente a mí con las piernas cruzadas. Un brillo inusual destellaba en sus ojos. "Cody, sé que no estás loco. Yo misma vi tus ojos cambiar de color, y yo misma fui testigo de las predicciones que diste. Esto, sea lo que sea, es real. Y si esto es real, significa que todo puede ser real, ya que desafía toda ley de la ciencia. Cody, puede que seas prueba viviente de que existe la magia."
Esas últimas palabras, más que alegrarme, me asustaron. La manera en la que lo decía, su mirada al pronunciar dichas palabras, me hacía querer poner una barrera entre nosotros y ponerme una camisa que dijera 'no soy un conejillo de indias'. Había visto suficientes películas como para saber que esa era la mirada del científico loco que quería saber más y más sin importar lo que pasara. Pero Tina no era un científico loco. A ella sólo le importaba el ayudarme, ¿Cierto?
"No lo sé," le contesté en voz baja. "No sé si pueda decirte que creo en la magia. Incluso con lo que me pasa, simplemente no creo que sea posible."
"Bueno, si lo que te pasa no es magia, entonces debe ser una muy nueva tecnología alienígena. Y no sé cuál me gusta menos."
"Me quedaré con la magia, por ahora," comenté con una sonrisa.
Tina chasqueó los dedos y su sonrisa se amplió. "Ahora que lo recuerdo, hice algunas teorías sobre cómo es que tus poderes sirven," me dijo. "¿Quieres escucharlas?"
Me preparé física, mental y emocionalmente para lo que fuera que pudiera venir.
"Adelante. Soy todo oídos."

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