25. Nuevo "look".

794 59 59
                                    

El día siguiente fue sábado, por fin. Después de un espectacular viernes por la noche (y con espectacular me refiero a que me quedé en cama hasta tarde viendo películas en Netflix), estaba listo para comenzar el segundo día de mi fin de semana.

Siempre me había parecido extraño que contaran el viernes como fin de semana. Después de todo, casi nadie descansaba ese día.

El día anterior había hablado un poco más con Tina por internet. Le había preguntado qué pensaba hacer sobre Mrs. Díaz, y ella me dijo que por primera vez en su vida no tenía un plan B. Me extrañaba, pero le prometí que juntos, todos nosotros descubriríamos algo para ayudarla a volver. Sólo nos tomaría tiempo y esfuerzo. El verdadero problema era que no nos quedaba mucho de eso.

Como fuera, me permití descansar todo el fin de semana, y comenzaría ese descanso con una buena salida al centro comercial con mis amigos.

Brandon llegó a mi casa alrededor de las once de la mañana, justo como dijo que haría. Fue algo incómodo que él saludara a mi madre al entrar, no porque él no la conociera, sino porque yo había estado evitando hablarle en los últimos días.

El día anterior no había tenido otra opción mas que hablarle cuando entró a mi habitación a preguntar si me encontraba bien. Había ido a conseguir alguna clase de medicamento para la gripe, pero yo la había rechazado jurando que estaba bien. Al final, le había terminado contando a mi padre lo que había sucedido aquélla tarde con mi madre. Él me había dicho que ella solía decir cosas así sin pensarlo. Que normalmente hacía que sus palabras parecieran peores de lo que en verdad eran. Yo no le creí.

De igual manera, ese día me tocó intercambiar un par de palabras con ella cuando nos ofreció comida y bebidas a Brandon y a mí. Traté de no mostrarme tan molesto, ya que ese no era el caso, pero de todas formas no hablé mucho ni expresé emoción o gracia alguna cuando trato de bromear con nosotros.

"¿A dónde van, chicos?" nos preguntó antes de que pudiéramos huir de ella. "Cody se ha estado arreglando, ¿van a conseguir chicas?"

"Tal vez," le respondí sin siquiera sonreír.

Mi madre rio como si acabara de decir un pequeño chiste.

Brandon y yo proseguimos a entrar a mi habitación. Esperamos a que llegaran Tina y Emma, quienes habían mandado un mensaje diciendo que llegarían con un poco de retraso. Max también había prometido llegar a tiempo, pero no daba señales de vida por ningún lado.

Brandon en algún momento comenzó una conversación sobre nuestros amigos. Comenzó por decirme que sentía algo por alguien, y que necesitaba mi ayuda.

"Cody," me llamó mientras yo me distraía con mis pensamientos.

"Uh, ¿sí?" le respondí, dándole toda mi atención.

"¿Tú qué opinas de Tina?" me preguntó. Una clase de rubor llenó sus blancas mejillas al mencionar su nombre. Primer indicio de que ahí ocurría algo.

"Pues... opino que es... ¿en qué sentido, Brandon?"

"En cualquier sentido. Sólo dime, ¿crees que sería buena idea invitarla a salir?"

Me miraba como si le estuviese pidiendo consejos a Buda, su mirada fija en mí sin siquiera parpadear.

"Pues... supongo que lo sería si no fuera por todas las cosas que tiene últimamente en su cabeza. Sabes cómo se pone cuando se propone algo. Probablemente no pueda dedicarte el tiempo que a ti te gustaría."

El rostro de Brandon se apagó más rápido que una cerilla sin oxígeno. La decepción reemplazó su entusiasmo.

"Supongo que sí..." dijo sin ánimo.

Deja vuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora