Deja vu

41. Salir de la jaula.

Cody estaba frustrado. Quería hacer algo al respecto, pero no había nada que pudiera hacer. Cada segundo que pasaba era un segundo más para Max en ese lugar. Pero más que nada, era un segundo más sin él.

La preocupación lo estaba matando. Especialmente porque no tenía ni la más mínima idea de qué estaba ocurriendo con sus visiones. Desde que se enteró de lo de Max, no podía encontrar una manera de saber si estaba bien. Intentó de varias maneras, pero las visiones simplemente no estaban cooperando. Y su telepatía parecía no funcionar.

Al menos no con Max. Y como tanto Tina como Brandon estaban pasando por momentos complicados, Cody no quería meterlos más en todo el asunto. Bastante tenían ya por su cuenta.

Sólo habían sido cuatro días sin Max, pero Cody ya se estaba volviendo loco. A cada rato recordaba las cosas que J había dicho sobre esos lugares. Recordaba las visiones que había tenido, las cuales él creía que eran del centro de conversión. Y con cada recuerdo venía preocupación y una pesadilla para acompañar. Justo lo que él necesitaba. Su única salida era concentrarse en otras cosas. Y para ese día, esa cosa era más bien una persona.

"¿Cómo has estado?" le preguntó al pequeño Christopher. Estaba recortando imágenes de una revista para su clase de comunicaciones.

El niño había decidido volver a entrar al programa de preparación para preparatoria, el cual acababan de readmitir después del accidente que hubo en Halloween. Cody había aceptado igual.

De cierta manera, Cody estaba feliz de verlo. Chris siempre sonreía sin importar en dónde estuviera. Y tal vez eso era exactamente lo que Cody necesitaba: un poco de optimismo.

"Bien," contestó Christopher, sonriendo como siempre.

"Qué bueno," le contestó Emma. Ella se había ofrecido a acompañarlos en la biblioteca después de escuela, ya que también tenía algo qué terminar antes de irse a casa.

"¿Y ustedes?" les preguntó Chris.

"Ahí nos vamos," respondió Cody con una sonrisa. Odiaba mentirle a la gente cuando le preguntaban cómo estaba. Odiaba decir "bien" si algo malo estaba sucediendo. Lo hacía sentir como si estuviera ignorando el problema, pero no era así. "Ser adolescente es difícil."

"Eso creí. ¿Mucho drama?"

Cody resopló. "Ni te lo imaginas."

Christopher rio y siguió recortando como si en el mundo no hubiera nada de qué preocuparse.

¿Por qué no podía Cody ser así de nuevo? Cuando era solamente un niño, lo único de lo que tenía qué preocuparse era de llegar a tiempo para ver su programa favorito después de escuela. Una decisión difícil era si debía tomar leche con chocolate o sola con su almuerzo. Un momento triste era cuando se le caía la nieve del cono.

La vida era mucho mejor.

"Cody," lo llamó Emma. "¿Me ayudas a escoger un libro para mi reporte?"

Cody asintió y ambos se levantaron. "Ya volvemos," le dijo a Christopher.

Emma fue hacia el pasillo de historia y comenzó a buscar. "Algo que tenga que ver con egipcios, porfa."

Cody comenzó a buscar junto a ella.

"Así que... ¿estás bien?"

"¿Huh? Oh, sí. Estoy bien."

"Pareces un poco distraído últimamente."

"Están pasando muchas cosas últimamente," respondió Cody.

Emma asintió, tomó un libro y comenzó a hojearlo. "Tina me contó sobre la discusión..."