5. No salió bien.

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"No puedes decir que la culpa fue tuya." Tina y yo caminábamos detrás de nuestros amigos mientras entrábamos al hospital para visitar a Max. La única que no había ido con nosotros era Melanie.

"Lo sé, pero aun así siento que era mi deber prevenirlo," le respondí en voz baja. "Después de todo las visiones pasan por alguna razón, y creo que es para avisarme de lo que va a pasar y que lo evite si puedo."

"¿Has tenido ya varias visiones?" Me preguntó. La verdad era que sí. Contando las que se repetían, había tenido varias.

"Sí," le respondí después de unos segundos. "Sí, ¿Por?"

"Y, ¿Cuantos accidentes has visto en ellas?" me preguntó. "Y de esos, ¿Cuantos has evitado?"

"¿Cuál es tu punto?" pregunté confundido. "Explícate un poco."

"Mi punto es que al final siempre pasa lo que ves en tus visiones, pero no siempre pasa como tú crees."

Me quedé perplejo a lo que me dijo, analizando las posibilidades de que ella tuviera razón.

"¿Quieres decir que mis visiones siempre son correctas?"

"En pocas palabras, sí."

Entramos al hospital y la recepcionista nos recibió, así que dejamos el tema de lado.

"Venimos a visitar a Max Bustamante," dijo Emma a la señorita. Después ella nos dijo que debíamos entrar a la habitación número trescientos seis.

Una vez subimos el ascensor hasta el piso donde Max estaba hospitalizado, buscamos la habitación y pusimos las sonrisas más creíbles que pudimos.

"¡Hola!" Todos lo saludamos una vez dentro. Aunque el brazo derecho de Max estaba cubierto de vendas, se le veía muy contento.

"Te trajimos esto," le dijo Brandon mientras le daba un pequeño llavero con un oso de peluche colgando de él.

Max lo estudió con determinación y al final preguntó "¿Dónde lo había visto antes? Recuerdo haberlo visto en algún lugar..."

"En la fiesta del viernes," le respondió George. "Era uno de los premios de consolación."

La sonrisa de Max se ensanchó y puso el llavero a un lado. "Pues está lindo. Me aseguraré de usarlo cuando tenga alguna llave."

Reímos un poco y le fuimos explicando lo que había pasado el viernes con Alice, y llegaron al punto de decirle que fui yo quien la salvó de ser aplastada por las bocinas.

"¡Es que tú tienes que ser el superhéroe de la escuela!" Dijo Max bromeando. "¡Hasta pareciera que sabes cuando algo malo va a pasar y llegas justo a tiempo!"

Si hubiera tenido un vaso de agua, y si hubiera estado bebiendo de él, probablemente la habría escupido.

Solté una risa nerviosa y, aunque no volteé directamente a ella, pude notar que Tina me observaba con detenimiento.

"No es nada," dije por fin con una risa nerviosa. "Solo estaba en el lugar indicado en el momento indicado."

"Pero eres un héroe, literalmente, ¡Mas o menos salvaste una vida tres veces en una semana!"

"Sí, ahora sabemos a quién debemos llamar si una casa se quema, ¡A Super-Cody!" bromeó Brandon.

No sería necesario, pensé. Sabría que se quemaría desde antes de que comenzara...

"¡Solo debemos inventar una señal y ponerla en el cielo!" George le siguió la corriente. "¡Solo necesitaríamos prender la señal y Super-Cody iría al rescate!"

Deja vuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora