45. Ayuda profesional.

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Tratar de hablar con los padres de Chris era un caso perdido. Cody lo supo desde el momento en que el padre de Chris mencionó TARTH, pero lo confirmó después de que le cerraran la puerta a Tina mientras ella intentaba convencerlos de que había sido un error.

"¡Qué maleducados!" exclamó ella, claramente ofendida.

Cody se cruzó de brazos y miró la casa por fuera. "Tienes que tomar en cuenta que somos extraños que vinieron a tocar la puerta a altas horas de la noche," le recordó. "Tenemos suerte de que no le hablasen a la policía."

"Tendremos suerte si llegamos a casa antes de que tus padres se den cuenta," le dijo Manson a Tina. "Si nos apuramos, no tendremos que explicar nada."

Tina suspiró y miró la hora en su teléfono.

"Casi son las nueve y media," leyó ella. "Supongo que tienes razón." Tina volteó hacia Cody, como preguntando '¿ahora qué?'

Cody, sin pensarlo dos veces, se lanzó sobre Tina y le dio un abrazo que se extendió por un buen rato. Extrañaba a esa amiga que estaba a su lado en todo. Esos juegos sin sentido que solían jugar cuando se aburrían. Esos días en los que uno iba a la casa del otro y se quedaban acostados en la cama hablando de lo que se les cruzase por la mente.

Ya no había muchos de esos días últimamente. Oliendo la fragancia que Tina llevaba puesta, que seguía fuerte a pesar de haberse quitado el vestido, Cody recordó que Tina estaba cambiando, al igual que él. Todos sus amigos, de hecho. Era cuestión de poner la atención necesaria y se notaría la diferencia. Y mientras Cody temía que sus amigos cambiasen, esperaba que al menos fuera para bien.

Soltó a Tina y la miró con tristeza. "Nos vemos luego, Tina." Antes de que ella pudiese responder, Cody se adentró en la oscuridad a paso veloz, esperando salir de la vista de ambos tan pronto como fuera posible.

Al día siguiente, Cody decidió de manera inesperada darle una visita a un viejo amigo. No lo había planeado en lo más mínimo, pero lo recordó gracias a que estaba intentando forzar una de esas conversaciones telepáticas extrañas que había logrado antes con Tina y Max. Aunque por más que intentaba, no funcionaba, el pensamiento le recordó de una persona que podría ayudarlo a entender mejor su "poder".

La casa de Michael Poryes seguía igual a como Cody la había visto la primera vez. Sus jardines seguían llenos de flores y la casa parecía una mansión pequeña.

Cody había averiguado que Poryes era el único que podría ayudarlo en ese momento. Si Poryes no tenía respuestas, nadie más las tendría.

Así que Cody fue junto a los pilares de piedra que marcaban el portón al patio y presionó el botón negro. La bocina sobre el botón sonó en cuestión de segundos.

"¿Quién?" preguntó una voz.

"Soy Cody Castillo," respondió él. Pocos segundos después, el portón se abrió y Cody entró sin pensarlo dos veces.

A comparación con la primera vez que había estado ahí, esta vez Cody no se detuvo a observar las petunias. Caminó directo hacia la puerta. Esta se abrió y el mayordomo de Poryes lo recibió.

"El señor Poryes estará con usted en cualquier momento."

Cody se sentó en el mismo lugar que la primera vez, y esperó solo un par de segundos antes de que el mismo Poryes entrara a la habitación. No había cambiado nada en esos meses. Cody se levantó por cortesía.

"¡Cody!" dijo Poryes al verlo. "¡¿Qué te trae por aquí?!"

"Buenas tardes, señor Poryes."

"Michael," lo corrigió. "Pero dime, ¿qué ocurre? Te ves... preocupado.

Cody sonrío un poco. "Estoy bien, dentro de lo que cabe," contestó.

Poryes se sentó y le dijo a Cody que hiciera lo mismo. Luego ordenó a su mayordomo que se retirase y continuó la plática con Cody.

"¿Qué te tiene tan mal?" preguntó una vez más.

Cody lo pensó dos veces antes de hablar, no porque no confiara en Poryes, pero porque no sabía si sería muy inadecuado hablar de sus problemas tan abiertamente.

"Max, mi novio, está en este momento en TARTH," resumió Cody. "¿Sabe lo que es TARTH?"

Pero la pregunta era innecesaria. El rostro de Poryes cambió a disgusto en el momento en que Cody mencionó TARTH.

"Por supuesto que sé lo que es. No dejan de pasar comerciales en televisión."

"Pues él está ahí. Y no está solo. Su... hermanastro, se puede decir, fue enviado con él. Y recientemente mandaron a un pequeño niño que yo conozco."

"¿Y el motivo de tu visita era para pedirme ayuda en eso?" intuyó Poryes.

Cody negó con la cabeza y suspiró. "No, se trata de mis poderes."

"¿Qué sucede con tus poderes?" le preguntó Poryes.

"Ya no funcionan," le dijo Cody. "He intentado provocar una visión, pero no puedo. Tampoco puedo hablar en la cabeza de los demás como lo hizo usted conmigo. Sólo he tenido una visión concreta, involuntariamente. El resto han sido pequeños pedazos de información en sueños, la mayoría borrosos en cuanto me despierto."

Poryes lo escuchó y se quedó callado unos momentos. Luego volteó hacia él y lo examinó como un doctor que no está seguro de qué puede tener su paciente. "¿Desde cuando comenzaron a presentarse las complicaciones?" le preguntó a Cody.

"Uh, no lo sé exactamente, pero aproximadamente alrededor de la fecha en la que metieron a Max a TARTH. Sí, más o menos."

"Pues ahí está," dijo Poryes como si la respuesta hubiese estado frente a sus ojos todo el tiempo. "La respuesta es simple: estás desbalanceado emocionalmente."

Cody lo miró confundido por unos segundos. "¿Y en español?"

Poryes rio. "Significa que tus emociones están por todo el lugar, Cody. Lo que está sucediendo con Max te ha afectado tanto que tus emociones se dañaron, básicamente. Esto normalmente afecta a un vidente de manera negativa porque, para que un vidente pueda tener visiones, primero debe de tener sus emociones en un nivel normal. Cuando un vidente tiene problemas emocionales, sus visiones pueden ser erróneas, exageradamente dramáticas, o inexistentes. Cambios drásticos provocan visiones de la misma manera que causan diferentes hormonas en tu cuerpo."

"¿Eso quiere decir que la razón por la que no he podido siquiera ver a Max es porque Max está ahí y eso me pone triste?" repitió Cody.

"Sí, buena manera de resumirlo."

Cody se quedó mirando al suelo. Tenía tanta rabia por lo que acababa de escuchar. ¿Podía ser más estúpido ser vidente?

Cody debió de haberse puesto rojo, o algo por el estilo, porque Poryes llamó a su mayordomo y le ordenó que les llevara un par de bebidas.

"Tranquilo, Cody. Vas a superar esto."

"¿Cómo?" preguntó él. "¿Cómo voy a poder superarlo, si la única manera de estar tranquilo es teniendo a Max a mi lado?"

El mayordomo volvió a entrar con gaseosas para ambos y se retiró después de haberlas entregado.

"Eso tiene solución, Cody."

"Pues dígame cuál es, por favor, porque llevo buscando la manera de sacarlo desde que me enteré que estaba metido allá."

Poryes negó con la cabeza. "No me refería a eso."

"¿Entonces a qué?" preguntó Cody, confundido.

Poryes lo miró a los ojos sabiendo que no le agradaría lo que estaba a punto de sugerir, pero probablemente sería la única manera de que ambos estuviesen juntos lo antes posible.

"Me refería a que para que estén juntos tendrías que estar ahí con él, dentro de TARTH."

Deja vuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora