36. No lo puedo creer.

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Cody no entendía cómo era posible que algo así pasara. La sangre le hervía de tan sólo pensar que alguien podría llevar a Max a un lugar así. No. Cody no iba a permitirlo. No iba a dejar que eso sucediera mientras siguiera vivo.
"Camina más rápido, Tina," la apresuró Cody. Ya sólo faltaban un par de calles para llegar a la casa de Max, donde Cristian acordó verlos después de escuela para contarles toda la historia de lo que había sucedido. Cody ya no podía esperar más sin explotar de ira y nervios.
"Camino lo más rápido que puedo," respondió Tina. Sus pies ya le dolían de tanto caminar, y el frío del invierno no ayudaba para nada.
"Tal vez deberíamos descansar un momento," sugirió Brandon junto a él al poner una mano en su hombro. Por el tono que usó, Cody supo que era más que una sugerencia. Era una petición.
Cody volteó hacia atrás y vio a Tina tratando de alcanzarlos. Estaba a tan sólo un par de metros atrás, pero cada vez parecía tener menos fuerza para seguirlos.
Cody suspiró y bajó la velocidad hasta que estuvo caminando lentamente. A decir verdad, él también estaba cansado.
"No podemos parar," les dijo Cody. Había estado esperando todo el día para poder ir a hablar con Cristian. Ahora que estaba tan cerca, no pensaba tardarse mucho más.
Todos lo miraron un poco molestos, pero a Cody no le importó. Siguió su camino caminando lentamente para permitirle a los demás alcanzarlo.
"Cody," lo llamó George. Al alcanzarlo, puso una mano en su hombro y lo palmeó. "Sé que te preocupas por Max, pero sea lo que sea que está pasando, no creo que sea tan serio."
Cody ni siquiera logró mirarlo a los ojos. Si lo hacía, probablemente terminaría golpeándolo sólo para callarlo.
"Tú no sabes en qué lío está a punto de meterse Max si su mamá lo inscribe a esa organización," le respondió a George a regañadientes. Este último soltó a Cody y se adelantó para quedar junto a él.
"¿Qué tan malo puede ser?"
"Tan malo como los otros centros de conversión que han existido antes. De hecho, puede ser peor. Mucho peor."
"¿Centro de conversión?" preguntó George con una mirada perdida. "¿Tiene algo que ver con vegetarianos?"
Al ver la expresión en el rostro de Cody, George supo que no era así.
"¿Cristianos?" intentó de nuevo.
"No, George," le contestó Tina como si hablara con un niño pequeño.
"¿Entonces qué?"
Tina lo pensó un momento antes de contestar. "Centro de conversión para homosexuales. Un lugar donde intentan hacer que los homosexuales se 'curen' mediante diferentes técnicas no muy... sanas."
"Exactamente eso," dijo Cody, quien ahora comenzaba a caminar más de prisa.
"¿Y por qué quieren hacer eso?"
"Porque son unos pen-"
"Porque piensan que hay algo malo con eso, George," lo interrumpió Tina al cubrirle la boca con la mano. "Creen que es una enfermedad que puede ser curada si buscan suficiente."
"¿Y no lo es?" preguntó George de manera inocente.
Cody volteó y lo encaró sin previo aviso. "¡CLARO QUE NO LO ES!" Tomó a George por la remera y lo acercó a él para intensificar sus palabras.
"¡Cody!" Tina lo separó de George, quien estaba tan confundido que se había quedado helado. "¡¿Qué rayos te pasa, eh?!"
"¡No estamos llegando a ningún lado!" le gritó él. "¡A este paso llegará navidad y nosotros seguiremos caminando!"
"Tranquilo, Cody." Brandon puso su mano en el hombro de Cody y lo miró directamente a los ojos.
A Cody le fue imposible seguir enojado. "Sólo quiero asegurarme de que Max esté bien," dijo como excusa. "Si ustedes no quieren eso, sigan caminando. Yo me adelantaré." Dicho eso, Cody dio media vuelta y comenzó a correr en dirección a la casa de Max. Por supuesto, él sabía que nadie más sabía la dirección, así que cuando Tina llamó su nombre, Cody se detuvo y suspiró.
"No seas ridículo, Cody." Tina llegó con él y lo abrazó. "Sabemos cómo te sientes por esto," le susurró. "Pero no podemos apresurar las cosas demasiado. Tenemos que descansar."
Cody se quedó mirando al suelo y después asintió. Volteó a ver a los demás por un segundo y luego continuó caminando, los demás detrás de él.

Al acercarse a la casa de Max, Cody no pudo resistir más. Aceleró el paso y lo primero que hizo al llegar a la puerta fue tocar ansioso.
Al abrir la puerta, el corazón de Cody se detuvo por un segundo. Esperaba que fuera mentira. Esperaba que Max abriera la puerta y le gritara "¡Sorpresa, caíste!" o algo por el estilo. Pero no. Cristian abrió la puerta, y no fue nada placentero.
"Hola, Cody," dijo él. Se veía horrible. Tenía bolsas bajo los ojos rojos, parecía tener un resfriado y fiebre al mismo tiempo, y su sonrisa fue más dolorosa que amigable.
"No era mentira, ¿o sí?" dijo Cody.
Cristian se limitó a agachar la cabeza y negar. Luego dio un paso atrás y le indicó a Cody y sus recién llegados amigos que entraran.
Todos se presentaron brevemente, y a Cody le pareció increíble la manera en la que Cristian podía sonreír y hacer parecer que nada grave estaba pasando cuando en realidad estaba pasando por tanta mierda. Cody tenía razón en que Cristian tenía coraje.
"Pónganse cómodos, chicos. Están en su casa." Cristian había terminado de ofrecerles bebidas a todos y Cody ya comenzaba a ponerse inquieto, así que decidió comenzar a hablar.
Cristian se sentó junto a Cody en el sofá. Todos los observaron en completo silencio, esperando a escuchar lo que tenía qué decir.
"No sé si Max te haya contado sobre su madre," comenzó Cristian.
Cody asintió levemente, inseguro de si se refería a ella en general o a lo de la separación. No sabía mucho sobre la mamá de Max aparte de que ahora también era la madrastra de Scott.
"Me contó algunas cosas," respondió Cody, cuidando no decir de más frente a sus amigos.
"Bien," suspiró Cristian, "pues todo empezó cuando ella decidió que quería quedarse con Max de la nada."
"Un momento," lo interrumpió George. "Creía que su madre lo quería llevar al centro de conversión cristiano."
Un codazo de Tina fue suficiente para callarlo.
"¿Cristiano?" preguntó Cristian.
"No le haga caso," le respondió Tina. "Pero es cierto, ¿no dijo que lo había llevado con Domínguez?"
Cristian asintió y agachó la cabeza. "Estaba muy cansado. Me fue difícil siquiera gritarle que dejara a Max en paz."
Todos siguieron escuchando atentamente, ansiosos por saber más.
"No es excusa, lo sé." Cristian tomó su cabello con sus manos e hizo como si fuera a arrancarlo, pero se detuvo.
"¿Cómo es que se lo llevó?" preguntó Cody. Tenía que saber cómo era posible que su madre pudiera llevarse a Max del lado de su padre.
Cristian tomó un momento antes de continuar. "Lo llamó en la mañana. Hablaron por unos minutos, pero no sé qué le dijo exactamente. Sólo sé que Max aceptó ir con ella y yo le dije que estaba bien. Sabía que era cuestión de tiempo antes de que los dos se pusieran en contacto de nuevo. Incluso pensaba en la posibilidad de que Max..." hizo otra pausa, bastante larga. "La posibilidad de que Max quisiera ir a vivir con ella."
"Eso nunca pasará, Cristian," le aseguró Cody. "Sé cuánto lo quiere Max, él nunca se alejaría de usted."
Cristian suspiró una vez más. "El problema es que tengo mis manos atadas."
"¿Por qué?" preguntó Tina.
"Su madre me dijo que si Max se niega a ir, que pedirá su custodia y lo obligará."
De no haber estado en un sofá, Cody se habría caído hacia atrás. ¿Cómo podía una madre pensar que eso sería lo mejor para su hijo? Toda esa farsa sobre ayudar a los homosexuales no era más que bazofia. A menos que... ¡Por supuesto! ¡La madre de Max no sabía lo que estaba haciendo! No tenía ni idea de lo que estaba pasando, por eso quería llevar s Max. Si lograran decirle a tiempo sobre lo peligroso que podía llegar a ser para Max, tal vez terminaría recapacitando.
"Necesitamos ir a hablar con ella. Necesito su dirección." Cody se levantó para mostrar lo apurado que estaba.
"¿Piensas poder razonar con ella?" le preguntó Cristian levantando una ceja. "No será fácil. Tómalo de alguien que estuvo casado con esa señora. Es difícil hacerla cambiar de parecer."
"Mujeres," susurró George, sólo para recibir otro codazo de Tina.
"No espero que sea fácil, pero sí eficaz," respondió Cody con una sonrisa.
"Conozco esa mirada," dijo Brandon al mismo tiempo que comenzaba a sonreír él mismo. "Es esa mirada que Tina y tú tienen cuando se les ocurre algo genial."
"Eso mismo pienso," concordó Tina. "Ahora dinos cuál es el plan."
"El plan es que tú y Brandon busquen los vídeos más tristes que puedan sobre personas que hayan vivido los horrores de los centros de conversión en el pasado. Necesitamos tanta emoción como sea posible. Con esos testimonios, hasta el peor monstruo recapacitaría."
"¿Y crees que eso funcionará?" preguntó Melanie, quien hasta entonces no habría dicho una sola palabra.
Todos voltearon hacia ella, pero sólo Cody contestó.
"Eso espero. Es lo mejor que tenemos."
Melanie soltó una risa un poco exagerada y se levantó al mismo tiempo que extendía los brazos. "Lo que ustedes necesitan es crear un sentimiento de culpa, queridos amigos. Sí hacen que la madre de Max se sienta culpable por entregar a Max antes de que siquiera lo haga, bingo."
"¿No es ese el propósito de los vídeos?" le preguntó Tina.
"Hasta cierto punto lo cumpliría," admitió Melanie. "Pero poniéndome en el lugar de la madre de Max, la mejor manera de que me convenzan de no entregar a mi hijo sería si me muestran los efectos en vivo."
"¿Y de dónde exactamente se supone que sacaremos a alguien que haya pasado por todo eso?" contestó Tina.
"Resulta que conozco a la persona indicada."
"Y esa persona sería..."
"John, pero le pueden decir J. Mi tío J."

***
Holis! Breve anuncio(?
Sólo quería agradecer, como siempre, y avisar que tal vez comience a hacer los capítulos un poco más pequeños, para intentar subir más a menudo. Esta vez sólo me tomó una semana, y espero que les haya gustado :) Se me acaba de ocurrir algo genial para los próximos capítulos con el final de este, así que espero poder subir pronto :D

No olviden que un voto equivale a un beso y un comentario equivale a un abrazo, así que bechos, bachos y apapachos y nos leemos luego :3

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